Algo más sobre canicas - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Algo más sobre canicas

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Si usted cree que con la presencia de la tecnología en el ámbito doméstico las humildes canicas han caído en desuso, está en un error.

El sencillo, pero divertido acto de jugar a las canicas, tan común a todos los niños del mundo desde tiempos inmemoriales, no ha podido ser desplazado por los sofisticados, vistosos y, desde luego, muy caros juguetes electrónicos.  En la actualidad, el juego de las canicas aún es una tradición que los padres europeos enseñan a sus hijos.

En Estados Unidos y en Latinoamérica, no obstante que las madres de familia las consideran peligrosas y que las escuelas no toman en cuenta sus cualidades pedagógicas –enseñan al niño a jugar en grupo, a observar las reglas del juego, a realizar trueques y a coordinar algunos “movimientos finos”–, la posesión de canicas sigue siendo uno de los más preciados anhelos infantiles.  Guijarros, pequeñas conchas redondeadas, huesos de frutas y semillas son los más remotos antecedentes de las canicas. Se dice que los niños romanos las jugaban con nueces y los judíos con avellanas. En algunas excavaciones realizadas en Indoamérica se han encontrado montoncitos de canicas labradas de barro formando parte de ofrendas mortuorias. 

A partir del siglo XVIII, el viejo entretenimiento de rodar canicas, impactar unas contra otras e introducirlas en un hoyo cavado exprofeso en la tierra –oficialmente llamado gua por la Real Academia de la Lengua– se “protocolizó” como juego adoptando nuevas ténicas y nuevas estrategias. Las canicas de barro, primero crudo y después cocido, cedieron su lugar a las de piedra y éstas a las de vidrio.  Si bien las canicas han formado parte del patrimonio popular y su elaboración se consideró durante mucho tiempo un trabajo artesanal, en la actualidad las cosas han cambiado.  En 1930 nació en la Ciudad de México la empresa que hoy en día es la fábrica de canicas más importante del mundo.

En sus inicios, producía 35 000 canicas de barro al día, pero en vista de la demanda –un lustro más tarde ya alcanzaba 80 000 piezas diarias–, y de la creciente necesidad de ofrecer al público infantil diseños y colores novedosos, empezó a producir canicas de vidrio azules, verdes y ámbar.  En los años sesentas, vacor de méxico, s. a. de c.v. dio un gran paso al ingresar en el mercado internacional. Gracias a la calidad y a la innovación de sus canicas, logró competir y aun desplazar a los fabricantes europeos –las canicas alemanas habían sido hasta entonces las más apreciadas–. Hoy en día exporta el 80% de su producción a más de 42 países y fabrica la increíble cantidad de 20 millones de canicas diariamente. 

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Además de canicas para juguete, fabrica en su planta de Guadalajara gemas decorativas, canicas para uso industrial –como las que no vemos pero sí oímos al agitar una lata de aerosol– y canicas para publicidad. Parte de su éxito se debe a la diversificación: 60 tipos de canicas en 13 medidas diferentes que van de 12 a 55 mm. Cuenta además con un departamento especializado en la creación de nuevos diseños y la investigación de variados materiales.  Cuando ingresé de nuevo al fascinante mundo de las canicas recuperé un espacio familiar y tuve la certeza de que esas tersas y cálidas esferitas aún deparan muchas sorpresas y son sustancias de muchos sueños. 

Fuente   : México en el Tiempo No. 37 julio / agosto 2000  

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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