Excursión de Valle a Santo Tomás de los Plátanos - México Desconocido
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Ecoturismo y aventura

Excursión de Valle a Santo Tomás de los Plátanos

Estado de México
Excursión de Valle a Santo Tomás de los Plátanos fifu

Recorre junto con nuestro equipo de expertos, esta ruta que, partiendo del Pueblo Mágico de Valle de Bravo, te permitirá descubrir numerosos y bellos escenarios colmados de aromas, sonidos y colores.

Hay muchos lugares y rincones que sólo se conocen caminándolos, para disfrutar de sus aromas, sonidos y colores. Éste es uno de ellos. Un grupo de entusiastas jóvenes nos guían a través de la Sierra Madre Sur, ¡acompáñenos!

La provincia de la Sierra Madre del Sur se distingue por su relieve accidentado y por la gran cantidad de fallas y fracturas geológicas, pequeños valles, cañadas, lagos de temporada, ríos y hermosos escurrimientos de agua que dan lugar a los más bellos y excéntricos micro climas que se pueden encontrar. Mágico ejemplo vivo es la pequeña región comprendida al oeste del municipio de Valle de Bravo, justo después de Colorines, al borde del Estado de México con Michoacán, denominada Ixtapango; popularmente conocida como La Barranca del Diablo.

¿De dónde partimos?/ 8:00 horas-Valle de Bravo
Después de un rico cafecito de olla y el tradicional pan dulce en este Pueblo Mágico, tomamos el automóvil rumbo a Santo Tomás de los Plátanos. Johan, Ana María, Lee, Sae y yo; cada quien con su mochila, agua y refrigerio. El sol naciente del otro lado del lago se reflejaba en el agua, tan tranquilo que parecía espejo; y nosotros costeando la hermosa escena justo adelante de San Gaspar. Pasando por detrás de la cortina de la presa, la vista es impresionante, el vacío y los enormes canales por donde pasa el agua que beben muchos mexicanos, nos hizo sentir como granitos de arena en la inmensidad del agua. Habían pasado 30 minutos cuando salimos de la carretera hacia una terracería, como a unos 2 km antes de la Presa de Santo Tomás de los Plátanos, justo frente al pueblo, donde actualmente encontramos la cabecera municipal, al otro lado La Barranca del Diablo. Y ahí abandonamos el auto para comenzar el paseo.

¿Qué buscamos?
Pinturas rupestres, orquídeas, exuberantes formaciones geológicas, manantiales, árboles frutales, plantas medicinales, cactáceas…y la interesante interacción que tal diversidad balancea con tanta maestría. Toda una exploración ecléctica en uno de los rinconcitos mejor resguardados por la naturaleza y su gente.

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Malpaís/ 8:45 horas
Llegamos justo a la parte de arriba de la Barranca y estacionamos la camioneta bajo la sombra de un gran amate amarillo al lado del camino.

Comenzamos a caminar entre sembradíos de aves de paraíso, guayabos y plátanos, en dirección hacia lo que los locales llaman Malpaís. El calor semiseco se comenzaba a sentir y lo que era suelo firme, se transformaba en una superficie accidentada con grandes rocas y crestas filosas, principalmente de origen volcánico, las cuales hacían de caminar una tarea complicada. Posiblemente estas rocas volcánicas daten de la era Terciaria, residuos piroclásticos provenientes de la erupción que dio lugar al cerro hoy llamado El Cualtenco.

Mientras más nos adentramos en esta selva volcánica, nuestra atención se percataba de un paisaje donde distintas formas de vida encuentran en tan inhóspito escenario las condiciones ideales para florecer. “¡Mira… parece que tienen barba!”, decía Ana María sorprendida, señalando a los “abuelitos” o “barbones”, uno de tantos tipos de cactáceas que encontramos caminando dentro de este exótico bosque. Un jardín con árboles con bellas cortezas como el papelillo en sus tres brillantes presentaciones: verde, rojo y amarillo, y el hermoso amate abrazando con sus fuertes raíces tan rudo terreno donde suelen brotar.

Poco a poco fuimos afinando nuestra percepción y comenzamos a descubrir los detallitos, las pequeñas obras de arte de la naturaleza. Grandes e inofensivas arañas multicolor toman la copa de los árboles donde varias orquídeas epífitas se han instalado.  “¡La primer orquídea… por acá!”, Johan encontró emocionado una orquídea en flor comúnmente llamada “japonesito”, de forma curiosa que parece ser un rostro humano con rasgos asiáticos, de ahí su nombre.

La vida en los bordes/ 10:00 horas
Después de un descanso bajo la refrescante sombra de un amate y un delicioso queso fresco y pan, seguimos caminando, llegando al límite de la barranca donde la humedad que sube de la cañada comienza a hacerse presente cambiando el paisaje. El intenso sol cambió por una refrescante sombra bajo las palmas de plátano y los amates, formando una exquisita combinación de bosque-selva semi húmedo. Unos metros más adelante, la vegetación se abrió y frente a nosotros se vislumbró la impresionante Barranca del Diablo.

Pinturas rupestres
No es de extrañarse que nuestros antepasados hayan escogido escenarios tan hermosos como éste para plasmar las memorias de aquellos acontecimientos que marcaron sus vidas; y es justo aquí, en las paredes de la cañada, que encontramos las coloridas Pinturas Rupestres de Ixtapango.

“Qué colores, qué detalle”… , dijo Lee que nos visitaba de Ibiza, España. Resulta que estas pinturas son únicas en su género por ser policromas, tipo códice, aplicadas directamente a la roca. Tienen relación de estilo con Tula, Chichén Itzá y con los mexicas correspondientes al periodo Postclásico. Lo primero que resalta al observarlas, además de sus vivos colores, son los distintos estilos y técnicas. En algunas escenas encontramos gran detalle de vestimentas, escudos, joyas y penachos. El arqueólogo Víctor Ángel Osorio describe el lugar como una zona fronteriza entre las culturas mexica del Altiplano y tarasca de lo que hoy es Michoacán, donde frecuentemente se llevaban a cabo batallas. Existen más pinturas en distintas partes de la Barranca del Diablo, pero debido a la erosión del suelo, es casi imposible el acceso.

Al Fondo de la Barranca / 11:30 horas
Seguimos caminando por un senderito bien marcado que nos llevaría al fondo de la cañada. Mientras perdíamos altura, la presencia del calor y la humedad se intensificaba, en lo que parecía ser un tipo de selva baja caducifolia. El sendero bajaba al lado de una de las paredes de la cañada formada por un conjunto infinito de pequeñas rocas con forma de diedro (ángulo formado por dos planos que se cortan), colocadas con la precisión exacta evitando el desprendimiento. Fue increíble ver como los amates abrazaban estos muros irguiendo de la nada, tejiendo sus raíces en los huecos desplazando rocas.

Al fondo de la cañada, lo primero que nos llamó poderosamente la atención fue el rico olor a fruta: mango, guayaba, ciruela china, zapote, mamey. “¡Comienza el festín!”, dijo Ana María, comiendo unos jitomatitos salvajes bien rojos que encontró. Caminando río abajo, nos fascinamos encontrando plátanos, papayos, café, chile…

Es increíble que tan sólo hace unas horas estábamos en lo que parecía uno de los lugares más inhóspitos e infértiles que se puedan encontrar, pensé regresando a la camioneta. Estando este instante tan envueltos en vida. Arriba como abajo.

Cómo llegar. Viniendo de Valle de Bravo, tomar la carretera rumbo a Colorines. Santo Tomás de los Plátanos se ubica a 20 km de Valle de Bravo pasando el pueblo de Colorines.

Contactos
Este paseo lo puede realizar con:

Raíz
EcoTurismo Cultural & Aventura
Valle de Bravo
Tel. 55 3333 1650.
www.ecoraiz.com

Dónde dormir
Hotel San José ***
Callejón San José 103, Valle de Bravo.
T. 01 (726) 262 0972 y 3642.

El Santuario CE
Kilómetro 4.5 de la carretera a Colorines, San Gaspar, Valle de Bravo.
T. 01 (726) 262 9100 y 01 800 122 3333.
www.elsantuario.com

IxtapangoSiedra Madre del Survalle de bravo
autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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