La comida neoleonesa
Conoce los orígenes de una de las gastronomías más deliciosas de todo México y anímate a probar sus exquisitos platillos típicos como la machaca, el cabrito o las glorias. ¡Conquistarán tu paladar!
La comida neoleonesa, como todas las de los demás estados norteños de nuestro país, no escapa a las circunstancias que le dieron origen. Los primeros pobladores de la región, cazadores-recolectores, atraviesan enormes territorios en busca de alimentos: frutos raíces y animales. Se trata de una cultura que hará de sus formas de vida la esencia de sus propios rituales; de la caza del venado, un motivo de fiesta, y de la dieta frugal, una condición para la supervivencia. No existe prueba de ello, pero tal vez aquí nació la idea de deshidratar los alimentos, entro otros la carne.
Los colonizadores aprendieron de esa experiencia, pues ellos mismos serán, por un tiempo, cazadores y recolectores. No les espera a la entrada de las ciudades imaginarias el banquete lleno de sorpresas que ofreció Moctezuma a sus “huéspedes”; no hay tampoco instalaciones, cocinas ni trastos dispuestos a la orden, ni el constante ir y venir de cocineras.
Podría afirmarse que en los orígenes de la gastronomía norteña, y desde luego en la neoleonesa, el cocinero -que no la cocinera- juega un papel determinante, ya sea al calor de las expediciones o en la fundación de las primeras villas y ciudades. La participación de la mujer fue de menos a más en un largo camino en el que los hombres estuvieron sin compañía femenina durante largos periodos.
La carne y algunos otros componentes van gestando platillos en los que ésta, la harina de trigo y el queso forman una trilogía proteínica indispensable para resistir los embates del clima, el trabajo y la soledad.
Habría que seguir la huella de algunas minorías migrantes para descubrir la influencia gastronómica que dio lugar al cabrito y a “los turcos”, por mencionar sólo unos ejemplos. Con seguridad algunos enigmas tienen respuesta, y bien sabida tal vez por muchos, pero lo cierto es que en la ganadería podría hallarse no sólo la explicación de la carne como alimento esencial, sino también la tradición de encontrar frente a las parrillas, en las reuniones y tertulias, a los hombres, que con gran habilidad preparan la carne y la sirven gustosamente a las mujeres, quienes ostentan felices el privilegio de contar con el mejor cocinero en casa.
