Pluma Hidalgo, Oaxaca - México Desconocido
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Pluma Hidalgo, Oaxaca

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Pluma Hidalgo, Oaxaca fifu

Pluma Hidalgo se encuentra en lo alto de la Sierra de Oaxaca, rodeado por un bosque tropical con cascadas, palomas, urracas y tucanes que embellecen el paisaje, en tanto la cima el pueblo se cubre de nubes bajas.

Entusiasmados por la descripción de un amigo que viajó por esos lares años atrás, nos dirigimos hacia el Pacífico para encontrar Pluma Hidalgo, a unos a 200 km de Oaxaca rumbo a Puerto Escondido, cerca de Pochutla, un pueblo activo y polvoriento convertido ahora en importante centro comercial que une la costa con la sierra y los valles oaxaqueños y de San Pedro El Alto.

Era domingo y comenzaba el día luminoso mientras nos adentrábamos a la sierra pasando por pequeños pueblos como San Roque y San José Chacalapa, donde leemos que a un kilómetro hay un sitio de ecoturismo con alberca y hotel, pero el paisaje típico mexicano nos distrae de la lectura. Más allá, una mujer con la ropa recién lavada y sobre la cabeza camina lentamente a lo largo del río. Los bosques tropicales van rodeando la carretera y todo aparece limpio y tranquilo, sólo el motor de nuestro auto rompe el silencio del lugar.

EN PLENO CAMINO

Antes de llegar al poblado cafetalero de Pluma hay aún numerosos pueblos y rancherías, fincas como El Vergel, San Juan Copalita, El Trapiche, La Guadalupe, en los que la selva se extiende desde los 1 600 m de altitud hasta los 400 msnm. Frutales, limoneros y platanales se alinean mientras las aves, que llaman la atención por sus colores azules, cola larga y un mechón coronando sus cabezas, atraviesan el viento deteniéndose sobre el verde follaje. Las amplias plantaciones de plátanos indican que su cultivo, aparte del café, es también aquí de gran importancia.

Finalmente llegamos a Candelaria Loxicha para desviarnos hacia Pluma Hidalgo e internarnos en la terracería. Este municipio cafetalero se ubica a 1 340 msnm y fue fundado en 1870. Fue la primera zona de café abierta en la región de la costa. Se dice que la gente de Miahuatlán y de Pochutla incursionó en estas montañas por las atrayentes condiciones del terreno y el clima, la vegetación y la temperatura, características importantes que se relacionarían con estos cultivos. Así se fundaron las primeras plantaciones, pero con el tiempo, y debido a la crisis internacional del grano, las fincas fueron abandonadas y tragadas por la selva.

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No obstante, el café denominado pluma es una variedad mexicana de gran reconocimiento internacional por su aroma penetrante y distinguido. La calidad de la tierra y las condiciones ecológicas de la cuenca del río Copalita permiten un cultivo óptimo que abarca las 50 mil ha, además de que la brisa marina de la costa contribuye a la calidad, pues la zona cuenta con una serie de manantiales que permiten un proceso húmedo en cada rancho.

Como planta, el cafeto evita la erosión, “amarra” el sol y enriquece los abonos de la misma región. Desafortunadamente, el paso habitual de los huracanes y un sismo de 6° en 1998 perjudicó la región, lo cual trajo desde hace algún tiempo una situación difícil para los campesinos de Pluma.

Sin embargo, aquí la vegetación tiene la ventaja de recuperarse rápidamente. Pluma Hidalgo es considerado el pulmón de la zona baja de Huatulco y surte de agua a Pochutla y a las Bahías de Huatulco. El Niño dio lugar a una sequía que se prolongó hasta junio de 1999 y trajo como consecuencia una baja en la producción del café de casi 50%, lo cual provocó que una parte de la población haya emigrado a Estados Unidos y a otras ciudades lejanas y cercanas como Oaxaca y el mismo Pochutla.

Durante la cosecha Pluma Hidalgo emplea mano de obra de trabajadores provenientes del valle central y la población se duplica; se habla entonces de otras cinco mil personas que vienen a trabajar en el corte de café.

DESTRÁS DE LAS LEYENDAS

No pocas de éstas han conformado la historia de este poblado. Para conocer algunas hablamos con Lucio Luján Ortega, quien a sus 92 años y los recuerdos en los ojos cuenta que al lugar se le denominó Pluma Hidalgo porque el libertador Hidalgo, quien pasó por ahí, dejó su emblemática pluma. Después de guardar silencio, Lucio repara diciendo que es allí “en el cerro más alto, donde se pone una nube idéntica a esa pluma”.

Pero no sólo la historia se hace de datos y nombres, las tradiciones se tejen con cuentos y leyendas que pasan de una a otra generación, como la de la Matlacíhuatl, mujer con patas de guajolote, que retoma, entre los pueblos de la lengua española, la antiquísima historia de La Llorona, cuyos orígenes se asientan en el siglo XVI, cuando los conquistadores atacaron la población azteca-náhuatl de México, aunque los investigadores aseguran que es todavía más antigua. Es una historia, cuento o leyenda sobre la metáfora del río de la vida que se convierte en el río de la muerte. La protagonista es una mujer-río fértil y generosa, que crea a partir de su propio cuerpo; es pobre y de una belleza particular, rica de alma y de espíritu.

De La Llorona se conocen diversas versiones, pero la esencia es ese lamento que vaga por las noches en busca de los hijos perdidos. La Matlacíhuatl de Pluma Hidalgo es la mujer con patas de guajolote y vestida de blanco con un sombrero que vuela en el aire. Se aparece por las noches a lo largo del río, se detiene a traer agua en baldes, espanta y ahuyenta con su presencia a quien pase por ahí, una curva en el camino que va de Loxicha a Pluma Hidalgo. Todos sus habitantes saben de esa curva, y por supuesto, no se atreven a cruzarla de noche, pues quien lo ha hecho, dicen los nativos, ha desaparecido.

UN RECORRIDO FINAL

Volvemos al pueblo de Pluma, con su plaza central e iglesia de dimensiones iguales a las casas; de calles estrechas que suben y bajan asomándose por doquier, techos brillantes de lámina de hierro, más allá el mercado con los mercantes que vienen de otras rancherías a vender legumbres, frutas y otras especies, guanábana, naranja, plátanos, cacao y chocolate, entre otros de los pro-ductos que se cultivan en la región.

El interior de la iglesia aparece en todo su esplendor con los tonos chillantes de los vestidos de los santos, rojos, blancos y azules, las imágenes en su calvario con las nubes pintadas en el altar, los olores de incienso y nardos, que trasportan al sincretismo mexicano.

Recomendamos a quien viaje por el Pacífico, cerca de Huatulco o Puerto Escondido, que no olvide pasar por Pluma Hidalgo, una zona cafetalera de campesinos, de paisaje interior y leyenda, de gente amable y niños sonrientes, un pueblo en lo alto de la sierra donde tras la lluvia las nubes se engalanan silenciosas.

SI USTED VA A PLUMA HIDALGO

Tome la carretera núm. 200 que va de Puerto Escondido a Huatulco. A unos 70 km de Puerto Escondido hay un crucero –derecha, Puerto Ángel; izquierda, Pochutla, Oaxaca–. Tome la desviación a Oaxaca pasando por el pueblo de Pochutla hasta llegar a Candelaria Loxicha, a unos 45 km. Al arribar a Loxicha tome la desviación a Pluma Hidalgo, unos 12 km de terracería hacia la sierra. Se recomienda precaución en temporada de lluvias debido a las caídas de agua que cruzan algunos tramos de la terracería.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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