Tamaulipas, desde la barra de Conchillal hasta la laguna de Charcel

El Golfo de México cuenta con un litoral de múltiples contrastes y de innegables atractivos. Más de 2,500 kilómetros se extienden desde la barra el Conchillal, en Tamaulipas, hasta la punta noroeste de la península de Yucatán.Barras, lagunas, islas, esteros, pantanos, rías y playas, con arena de los tonos más diversos, conjuntan la geografía de este litoral vastísimo que invita a recorrerlo desde la desembocadura del río Bravo, hasta los pantanos de El Cuyo e Isla Holbox.

En su extremo norte, la costa del Golfo comienza en una zona lacustre que flanquea el límite de nuestro país con los Estados Unidos. En la barra Conchillal, inicia la primera de una larga lista de playas: playa Lauro Villar, donde llega al mar un brazo del río Bravo y donde es posible pescar y disfrutar del sol y la arena cuando el clima está sereno. Del lado norte, aún se observan las ruinas de Bagdad, población despedazada por un huracán en 1880. Hacia el sur de la carretera Matamoros-Lauro Villar, existe una zona muy grande de lagunas como El Mogote, El Barril, La Hormiga y Santa María, de difícil acceso; éstas son frecuentadas por bandadas de gansos y otras aves en época de invierno. Hay pocos lugares donde se puede llegar en vehículo, para lo cual se requiere retornar a Matamoros y tomar la carretera 180.Lucero, El Mezquital y Chaparral, son de los pocos poblados de la zona, accesibles por caminos que inician en la carretera Matamoros-Ciudad Victoria; el segundo muy interesante lugar, ya que que se sitúa en plena barra con la Laguna Madre a su costado poniente y el mar hacia el oriente.

Un lugar muy bueno para fotógrafos y aventureros.Es posible acampar y alquilar lancha para visitar las diversas islas, como Isla del Padre, Isla León o Isla Larga, santuarios de aves. Hay varios sitios de interés en toda esta zona resguardada por una extensión de barras de aproximadamente 200 kilómetros de largo. La Media Luna y El Mezquital son otros puntos situados en la ribera de la Laguna Madre donde se puede pescar y disfrutar de aguas apacibles. Del Mezquital, a 15 ó 20 km., hay una serie de islas desiertas como El Nopal, El Carrizal y otras, muy cercanas a la barra Los Americanos (o barra Jesús María), donde se puede aprovechar y caminar varios kilómetros sobre la arena.El punto siguiente del recorrido es Carboneras o La Carbonera, al cual se llega tomando primero la carretera 180 para doblar después en San Fernando de Presas. De este poblado a Carboneras hay 50 kilómetros.Carboneras es un lugar tranquilo, con palapas donde se puede pasar la noche, o zona para acampar si se lleva lo apropiado. Se puede practicar el veleo.

Hay una brecha de terracería que llega a Carvajal, una punta de Bahía Algodones. De Carvajal, a menos de 10 kilómetros, se inicia la barra Soto la Marina que se prolonga aproximadamente 80 kilómetros hasta el puerto La Pesca en la desembocadura del río Soto la Marina. Este pasa por la población del mismo nombre, donde se libraron históricas batallas en la guerra de la Independencia.A la Pesca se llega por la carretera 70, a menos de una hora desde Soto la Marina. Aquí es posible pescar, velear o navegar por el río en dirección a la barra. Mar adentro, se practica la pesca de piezas grandes como el Marlín; abundan la corvina y otras especies.Es importante recordar que no existe camino costero desde playa Lauro Aguirre en la frontera México-Estados Unidos hasta Ciudad Madero, por lo que resulta necesario volver a la carretera 180 hasta encontrar el crucero para continuar al siguiente punto.Después de La Pesca están Tepehuajes, El Brasil y barra El Tordo. Aquí por la noche los peces saltan de charco en charco cuando la marea empieza a bajar en la barra, donde está un brazo del río Carrizal, que desemboca en el Golfo de México.

Todo alrededor es manglar, una vegetación que esconde una variedad animal impresionante y que es una especie de descanso para las aves migratorias durante el otoño. Una población de pescadores se ha establecido en el lugar; éste cuenta con un pequeño hotel y varios restaurantes para los turistas que llegan a la cercana Playa Dos, llamada así porque hay dos kilómetros entre la carretera pavimentada y la playa, extensa y tranquila, con sólo el murmullo de las olas en los oídos de los caracoles.¿Qué hay por hacer en Barra del Tordo? Uno puede pasar la noche en una palapa, meterse al mar y luego bañarse con agua dulce, comer un pescado recién salido del mar, jugar tan sólo con los guijarros y trozos de caracoles que hay en la playa, sentarse a descansar, enterrarse en la arena o caminar por kilómetros de playa apacible, esperar la noche y descubrir que los cangrejos corren por entre los pies, como agua fluyendo al mar. O ver el amanecer desde las cuatro y media de la mañana. Es una playa donde uno vuelve a lo más original, donde se es más sencillo, más esencial.

Si se hace amigo de los pescadores, lo cual no es difícil, entonces está casi asegurado un viaje muy interesante: uno se convierte en pescador y sale a las ocho de la noche a alta mar para echar las redes y lograr el sustento de una familia, sustento que se traerá a la población por la madrugada o, si se tiene suerte, casi al amanecer.Si no se cuenta con vehículo, habrá que llegar hasta Aldama, de donde sale un autobús hacia la Barra del Tordo en dos horarios: a las ocho de la mañana y a las cinco de la tarde. 0 más sencillo: de aventón, que nunca falta.De aquí hasta Lomas del Real hay una gran extensión que sólo es posible cubrir en lancha o en pequeñas embarcaciones pues no existen caminos. En este franco se encuentra la laguna de San Andrés donde desembocan los ríos Tigre y Barberena. Gracias a esto, la región es una zona con abundante fauna: quelonios, aves migratorias, iguanas y cocodrilos.

Ciudad Madero, en la desembocadura del río Pánuco y límite con Veracruz, es el último punto del recorrido por Tamaulipas. Al norte se encuentra la playa Altamira, a unos cuantos kilómetros del poblado con el mismo nombre. Tanto Tampico como Ciudad Madero están rodeados de lagunas, entre las que sobresale la laguna de Charcel donde se pesca la lobina y el robalo. Además se realizan recorridos en lancha por el río Pánuco que aún tiene lugares espléndidos a pesar de la contaminación

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