Tijuana, destino en movimiento - México Desconocido
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Tijuana, destino en movimiento

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Recientemente esta ciudad celebró su 120 aniversario y, como parte del festejo, nos presentó 120 ideas para recorrerla. Después de casi 100 horas (más de 4 días) de probarla, entenderla y quererla, acabamos rendidos, pero sobre todo, asombrados.

No pudimos abarcar ni la quinta parte de las actividades propuestas, pero, tal y como sospechábamos, descubrimos que Tijuana tiene mucho que ofrecer: no hay ciudad tan viva, tan cambiante, ni tan empeñada en explorar su propia identidad, como esta indescifrable musa de la frontera.

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Locación: Avenida Revolución y calles aledañas
El plan: Recorrer a pie la zona centro de Tijuana, desde el antiguo edificio del Jai Alai hasta la Catedral.
La experiencia: A pesar del gringo-style de la Avenida Revolución, su atractivo va más allá del burro-cebra o de las curiosidades “mexicanas”, las calles están llenas de historia y puede aprenderse más urbanismo aquí que en una cátedra, sobre todo cuando el recorrido se hace a pie. El nostálgico estilo morisco del edificio del Jai Alai (hoy foro de espectáculos), contrasta con las fachadas tex-mex de las tiendas de artesanías. La modernidad del Arco de Tijuana, que funciona como Reloj Monumental, combina perfectamente con los elementos tradicionales de la Plaza Santa Cecilia (con todo y sus mariachis) y con la inclinación de la diagonal Argüello. Al recorrido se suman espacios peculiares, como el Museo de Cera, y construcciones históricas como el Hotel Nelson y el edificio de HSBC. En contra esquina de la moderna Catedral, está el magnífico mercado El Popo, donde se pueden adquirir piñatas, verduras, chiles secos, granos y hierbas tradicionales en un espacio limpio y bien organizado. En las calles aledañas, vale la pena asomarse a una que otra santería. Si bien son sitios inusuales, resulta interesante comprobar que hay cierto público dispuesto a adquirir imágenes de santos y pseudo-santos de todo tipo, desde el intachable San Francisco hasta los enigmáticos Jesús Malverde y Juan Soldado; allí mismo se venden menjurjes o brebajes “curativos” y hasta emociones embotelladas en coloridos frasquitos.

Locación: Bares del centro de Tijuana
El plan: Sentir la vibra de la vida nocturna en downtown Tijuana.
La experiencia: Además de probar mezcales de sabor en La Mezcalera (menta, maracuyá y café, o el puro llamado Tobala), disfrutamos su prendido ambiente y su simpática decoración, con foquitos de Navidad, elementos estilo Frida Kahlo y lámparas hechas con rayadores de quesos. Conocimos también gente franca y divertida, como a los dueños de La Casa de la 9 (precisamente en la calle 9), quienes nos ofrecieron tés exóticos y nos mostraron la acogedora sala donde organizan exposiciones temporales de arte independiente. Este lugar es más café que bar, pero abre hasta tarde y tiene un carácter relajado y hogareño que ya quisieran algunas cafeterías de cadena (ya sabe a qué nos referimos)… Una opción más tradicional es el Dandy del Sur, también sobre la sexta. Abrió en 1957 y aún funciona como cantina, de las que hasta la fecha tienen más público masculino que femenino. La música sale de una rocola, así que se escucha desde Nortec (tecno del norte, el gran género oriundo de Tijuana, que fusiona música electrónica y ritmos norteños como la tambora) hasta Paul Simon, pasando por las tradicionales rancheras “cortavenas”.

Locación: Taberna TJ de la Cervecería Tijuana
El plan: Probar los seis tipos de cerveza que allí producen sin perder el estilo (ni el trabajo).
La experiencia: No sólo degustamos las cervezas Güera, Morena y Light que esta cervecería comercializa tanto en México como en Estados Unidos, sino que pudimos refrescarnos con las marcas Bufadora, Bronca y Brava, que solamente se sirven aquí en la Taberna TJ, aledaña a la cervecería. Después nos mostraron el proceso de fermentación de la cerveza, la cuidadosa selección de sus ingredientes y algunos de los secretos de su delicioso sabor.

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Locación: Archivo Histórico de Tijuana
El plan: Desenmarañar los 120 años de historia de la ciudad, por medio de sus crónicas y documentos.
La experiencia: Además de aprender sobre la fundación de esta atrayente urbe, su papel preponderante en el desarrollo de California y su personalidad fuerte y creativa, tuvimos oportunidad de ver una muestra de cómics realizados por chavitos de secundarias locales y una exposición fotográfica en torno al tema de la identidad tijuanense. Conviene darse una vuelta por este lugar, ubicado dentro del Palacio de la Cultura, para observar los diarios originales que publicaron la noticia de Juan Soldado o los resultados sobre las investigaciones históricas de la Tía Juana, mítico personaje del imaginario de la ciudad. En el mismo sitio hay una amplia exposición permanente de las obras del memorable pintor y muralista jalisciense Raúl Anguiano.

Locación: Restaurante Chan’s Cuisine
El plan: Saborear una de las mejores cocinas orientales de Tijuana.
La experiencia: No sólo cumplimos nuestro objetivo y nos deleitamos con platillos gourmet de excelente calidad y sazón, como los rollos Chan’s (creación original), los camarones enchilosos o el wonton frito, sino que conocimos la limpia y divertida Zona Río de Tijuana, que comprende el distrito gastronómico, con decenas de buenos restaurantes. Por si fuera poco, aprendimos sobre la comunidad china en Baja California y su importante aportación al desarrollo cultural y económico de la región.

Locación: Antiguo Casino de Agua Caliente
El plan: Superar la tentación de nadar en su espaciosa alberca, hoy propiedad de la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas.
La experiencia: La historia de este lugar nos pareció fascinante. El casino surgió en 1927 cuando entró en vigor la ley que prohibía los juegos de azar y el consumo de bebidas alcohólicas en Estados Unidos. El lujoso casino tenía hotel, bares, centros de espectáculos y hasta un galgódromo, por lo que atrajo a personalidades de la talla de Bing Crosby, Dolores del Río y Clark Gable. Allí empezó el destino de Tijuana como proveedor de placeres ajenos (destino trágico, dirían algunos). En la época de Lázaro Cárdenas, las instalaciones del Casino de Agua Caliente fueron expropiadas para albergar varios institutos educativos. Aunque con el tiempo muchos de sus edificios se han dañado, otros han sido restaurados y hoy vale la pena visitar el complejo para admirar el espléndido estilo de su arcada, su gran alberca y su extraño minarete.

Locación: Centro Cultural Tijuana (CECUT).
El plan: Disfrutar la arquitectura y el arte de este lugar; conocer el Museo de las Californias y El Cubo.
La experiencia: Nos impresionaron la arquitectura y la calidad museográfica de todo el conjunto. La Bola, situada en medio de la gran explanada, alberga al cine imax, contrasta de maravilla con El Cubo, la sección más nueva del centro cultural (inaugurada en 2008), que ofrece exposiciones temporales, sobre todo de arte moderno y contemporáneo. Recordemos que Tijuana es una de las ciudades más creativas del mundo, por lo que ha producido valiosos artistas de todos los géneros (si le interesa el arte contemporáneo, le recomendamos visitar alguna de las galerías independientes de la ciudad, como H&H y La Caja, entre muchas otras).

Locación: El Trompo, Museo Interactivo Tijuana
El plan: Respirar dentro de una burbuja gigante, tocar el piano con los pies, entrar en contacto con extrañas fuentes de energía.
La experiencia: Como todo museo interactivo, El Trompo sorprende y rejuvenece. Éste, abierto hace apenas un año (diciembre 2008) se encuentra en el área del Parque Morelos. Nos ayudó a aprender que una de cada dos personas tiene una colonia de ácaros viviendo en las pestañas, nos dio nuevas ideas para cuidar el agua y nos permitió divertirnos como niños, mientras desafiábamos las leyes de gravedad. ¡Una excelente alternativa para pequeños y grandes, con personal amable y dedicado!

Locación: Taquería El Mazateño
El plan: Deleitarnos con los mejores tacos callejeros de camarón, con sazón 100% mexicano.
La experiencia: Los tacos de camarón enchilado de este sencillo restaurante de origen sinaloense son de los mejores que hemos comido, por lo que no nos sorprendió escuchar que El Mazateño está lleno todos los días. Aquí sí se cumple la máxima taquera de “taco que cierra no es taco”, porque cada uno sale muy bien servido, además de que las tortillas están en su punto. Le recomendamos probar el ceviche, el taco “perrón” (con pescado y camarón), y alguna de las sopas, como la de mantarraya. Acompañe los platillos con salsa de la casa y un poco de col rayada.

Locación: Playas de Tijuana
El plan: Caminar por el malecón, echar un clavado al Pacífico y disfrutar el ambiente de este rincón tijuanense.
La experiencia: Nos convencimos de que ninguna visita a Tijuana está completa sin ver sus playas. Resulta sorprendente el contraste entre el lado mexicano, familiar, animado y lleno de gente; y la zona de playas de San Diego, que suele estar vacía incluso durante los días más calurosos del verano. No menos llamativo es el muro fronterizo, aquí llamado “línea divisoria”, que separa los dos países con inmensos barrotes de acero que entran hasta el mar. No deje de probar los cocos con chile, pasear tranquilamente por el malecón, oír a las bandas de música norteña y tomarse un frapuccino mientras admira el atardecer en el café Latitud 32.

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autor #ViajeraExpertaMD y Embajadora de México desconocido en la ciudad de Puebla.
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