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5 hoteles para quedarte en Tulum según tu personalidad

Quintana Roo
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Una de nuestras expertas se lanzó al sureste mexicano para registrar los mejores espacios para alojarse en este paraíso disfrutando de las más asombrosas instalaciones en contacto con la naturaleza.

1. Be Tulum (para sofisticados en privado)

Un hotel de 20 habitaciones como para no salir nunca de ellas. Las que no tienen alberca privada presumen entonces su jacuzzi. En todas dan ganas de quitarse los zapatos, pisar de inmediato el suelo de madera y abrir las cortinas para dejar que entren por los enormes ventanales las palmeras. Tienen aire acondicionado (raro en Tulum), burós como troncos, sillas de piel y una hamaca para recordar de qué se trata el ocio. Una regadera externa juega con el capricho de quien no quiera bañarse dentro.

La atmósfera de intimidad continúa fuera de las habitaciones: en el bar, el restaurante, la alberca, las camas de playa, incluso en la arena cuando el océano es lo único cerca. Todas las noches arde una fogata en la playa, los jueves hay música en vivo. Y mientras alguien regresa después de un paseo en bicicleta (su uso es gratuito para los huéspedes), una pareja se sienta a la mesa dispuesta a probar del restaurante el ceviche de camarón y calamar con leche de coco y jengibre.

No te puedes perder:
El Bar Maresias, una terraza toda de madera desde donde se mira la alberca a un costado y el mar a lo lejos. En la escena cabe una margarita de jalapeño (tequila, limón, almíbar, albahaca y chile jalapeño).
www.betulum.com

2. Maya Tulum (para yoguis de corazón)

Imagina un antiguo centro de meditación junto al mar, ahora piénsalo convertido en un hotel con techos de palapa. El resultado es un Yoga Retreat & Wellness Center, un pedazo de tierra donde abundan el agua vuelta paisaje y ese espíritu de recogimiento y descanso siempre necesario. Los huéspedes recurrentes saben que aquí se viene a escuchar el propio cuerpo para sacarlo del olvido. Hay clases de yoga por la mañana y en la tarde, y dos veces por semana se realizan ceremonias de temazcal.

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El spa es todo plantas y flores y manos, donde cualquier momento es bueno para dejar que la piel se relaje y entienda las bondades del cacao o el barro. También existe un diminuto laberinto hecho con piedras, corales y numerología maya; recorrerlo es como buscar a un minotauro interior. Los cuartos no saben de teléfono, televisión o Internet (este último se encuentra en la recepción o el restaurante); tienen en cambio calma, jabones artesanales y el sonido de las olas para dormir.

No te puedes perder:
-El desayuno en Chac Mool: hot cakes hechos con plátano y granola de la casa, acompañados por jugo de piña, naranja y chaya.
-Su boutique, un pequeño y concurrido mundo donde se encuentran velas hechas de coco, ropa para hacer yoga, alebrijes, bolsas de henequén y sandalias africanas.
www.mayatulum.com

3. Zulum (para desenfadados)

Cuando lo único que importa es el sonido del mar y un buen coctel en la mano, este hotel de solo 18 habitaciones se antoja necesario. Las camas están suspendidas, los lavabos cubiertos de piedras de río y agua semi salada corre a través de un caracol a manera de grifo. Desde los cuartos superiores la selva se entiende a la distancia como una alfombra uniforme y verde; abajo, el viento corre entre palmeras, palmas y siricotes.

Las tardes sorprenden a los huéspedes en el bar de margaritas (se elaboran con frutas naturales y a los labios llega el sabor a pepino, tamarindo o mango). Debajo del bar está el latin lounge, donde la gente pide jícaras y jarritos (de ron, vodka o tequila). Aquí se espera la llegada de la noche, mientras un grupo de jazz toca para despedir al día con cariño y el camino principal del hotel se va iluminando con la luz de antorchas encendidas.  

No te puedes perder:
-Su restaurante, un sitio de arena en lugar de piso, con columpios en la barra y un candelabro tallado sobre la raíz de un palo de rosa. Además de los tacos de langosta, el ceviche y aguachile, el menú ostenta orgulloso el buen sushi que aquí se prepara.
www.zulum-hotels.com

4. Nueva Vida de Ramiro (para apasionados ecologistas)

Se trata de un hotel familiar que comenzó hace 15 años y desde el principio fue concebido como un proyecto de desarrollo sustentable. Parte de la basura se recicla, se reutilizan materiales, procuran no gastar demasiada luz o agua, y tanto la energía solar como la eólica forman parte de la cotidianidad. Además, promueven el trabajo local y comunitario. Los huéspedes reciben como regalo una figura artesanal de madera re usada y se les invita a practicar actividades de turismo ecológico.

Las 31 habitaciones (hay desde bungalows y pequeños estudios hasta suites y casas) están dispersas en un laberinto de plantas y arena. No hay espacios comunes más que la recepción o la playa, por eso cada habitación semeja una isla auto suficiente con camas envueltas entre cortinas y una bolsa con toallas de playa lista para ser llevada hasta el mar. El restaurante, Casa Banana, se encuentra enfrente, al otro lado de la carretera.

No te puedes perder:
-Los productos que al visitante esperan en su habitación: crema de coco para el cuerpo, gel de sábila para después del sol, jabones de miel, avena y chocolate. Todo es biodegradable, elaborado por cooperativas yucatecas de manera artesanal.
www.tulumnv.com

5. Ana y José (para hogareños)

Este hotel está lleno de agua y vida por todas partes. Tiene seis albercas privadas además de la principal. Sus 23 habitaciones son de las pocas en Tulum que guardan para el viajero las comodidades que no quiere dejar atrás: teléfono, internet, aire acondicionado, mini bar, cafetera y televisión. Batas y pantuflas esperan la salida del baño, el sueño se concilia bajo un edredón blanco y un espejo de madera tallada refleja el contento que el mar provoca en la cara.

Los niños van y vienen, piden helado de mango con cilantro o esperan ansiosos su tratamiento a base de chocolate en el spa. Si es jueves, viernes o sábado y de noche, en el restaurante flotan las notas del latin jazz o el bossanova tocado en vivo. Alguien brinda con una margarita de chaya, otros disfrutan de la langosta flameada al tequila o mezcal, y las botellas de vino van saliendo de una cava refrigerada. De día el cuerpo atiende su cita con un masaje tailandés o sueco, para luego dejarse consentir por el sol y el servicio de valet exclusivo en los camastros.

No te puedes perder:
-La vista que se tiene desde la alberca privada en las suites ocean view, es como tener el mar entero para uno mismo.
-El pan dulce del restaurante, hecho en horno de leña. El panqué de plátano no se olvida.  
www.anayjose.com

Dónde escaparse:

Comunidad Señor
Tulum no es solo sus hoteles con vista al mar, en realidad es un paraíso hecho de zonas arqueológicas, grutas y cenotes. Pero también están las comunidades, esos reductos mayas escondiendo sabiduría. A 130 km al sur se encuentra el poblado conocido como Señor. Ahí, el proyecto de ecoturismo comunitario Xyaat permite ver cómo del henequén se sacan las fibras para hacer sogas, se conocen las plantas que la medicina tradicional utiliza y se escucha a Don Abundio contar las historias de sus ancestros sobre la Guerra de Castas. 
www.xyaat.com

¡Disfruta Tulum!

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autor #ViajeraExpertaMD y periodista cultural.
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