Un almacén de sorpresas (Guerrero) - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Un almacén de sorpresas (Guerrero)

Guerrero
Un almacén de sorpresas (Guerrero) fifu

La inmensa mayoría de los mexicanos que no son oriundos del estado de Guerrero.

Al pensar en esta entidad la asociacian de inmediato con Acapulco, Zihuatanejo y Taxco, olvidándose de las profundas raíces históricas y culturales que van muchísimo más allá de los centros turísticos mencionados. 

Sólo a vuelo de pájaro recordaremos en este reducido espacio editorial unas cuantas poblaciones guerrerenses con las que el país está en deuda: de raíz estrictamente histórica debemos mencionar a la controversial población de Ixcateopan, de la que alguna vez con toda seguridad fuera gobernador militar el infortunado Cuauhtémoc; de profundas raíces culturales empezaremos con Santa María Oapan, Ameyaltepec y Chalitla, poblaciones de filiación nahua localizadas entre las ciudades de Iguala y Chilpancingo, que iniciaron allá por la década de los años setenta, toda una escuela de pintura popular realizada sobre papel amate, que tuvo tal éxito comercial que las comunidades contiguas de Maxela, San Juan, Ahualican y Ahuehuepan se dedicaron a partir de entonces, casi de tiempo completo a esta bella expresión del arte popular que tiene sus mejores exponentes en la realización de verdaderos códices que representan las diversas actividades agrícolas, sociales y religiosas que caracterizan a la vida diaria de esa región. 

Cercana a los límites políticos con el estado de Oaxaca se encuentra Xochistlahuaca, perteneciente a la etnia de los amuzgos, lugar donde por la calidad de sus textiles elaborados en telar de cintura ha merecido una de las mayores distinciones que otorga el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.  Enclavadas en el corazón de la sierra guerrerense encontramos a las poblaciones de Olinalá, Temalacacingo, Acapetlahuaya y a mayor altitud Cualac; esta última famosa por sus machetes cuyas hojas decoradas con la técnica de “burilado”, muestran paisajes en miniatura realizados con verdadera maestría. 

Temalacacingo y Acapetlahuaya producen desde tiempos inmemoriables jícaras, juguetes, adornos pequeños laqueados y por lo que a Olinalá se refiere, baste recordar que desde la época prehispánica está considerada como el centro productor de laca más importante. Este prestigio que continuó vigente durante el virreinato se ha manteni-do refortalecido hasta nues-tros días.  Las “Fuertes Históricas” del siglo XVI incluida la famosa Matrícula de Tributos del Códice Mendocino mencionan y dan cuenta de Olinalá como el sitio proveedor de bules, escribanías, arcones y las preciosas cajas hechas de madera de Linaloe, imprescindibles para ser destinadas a conservar el atuendo nupcial particularmente en el medio rural. 

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Sobre Olinalá se han escrito desde pequeños artículos hasta libros completos, tal es su importancia, por lo que para terminar sólo mencionaré el nombre de las técnicas que emplean los artesanos de esa bellísima población para darle acabado a su trabajos: rayado (el más común), dorado (acabado y decorado a pincel), punteado (como su nombre lo indica) y dorado y plateado con oro y plata de hoja. 

Fuente:  Guía México desconocido No. 66 Guerrero / enero 2001

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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