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Arte y golf en Acapulco: arma tu propia historia en el paraíso

Guerrero Acapulco
Arte y golf en Acapulco: arma tu propia historia en el paraíso fifu

¿Amante de la cultura o de la conquista de los greens? Beatriz Santos, Editora de MD, te presenta dos actividades que, reunidas en un mismo destino, te harán sentir como la persona más afortunada del mundo.

Aquí está la primera espuma de mar que tocó tu pie, días felices en familia, tu primera trasnochada, esa escapada con amigos, tu viaje de bodas. ¿Por qué algo tan maravilloso dejarlo atrás? Además siempre, siempre hay algo con qué engancharse: un nuevo restaurante, el club nocturno donde sientes que conoces a todos y todos quieren conocerte; o un campo de golf tan perfecto, que parece esa maqueta que siempre se te antojó pisar… la lista puede ser interminable.


Explora tu lado creativo

Te has preguntado, como yo, ¿qué tiene de especial Acapulco que fue y sigue siendo el elegido por todo tipo de personas que buscan prender una chispa de ingenio en su mundo creativo? Lo mismo deambulaban entre sus cálidas noches estrelladas los propios como José Agustín, como los que venían por temporadas recurrentes y largas como Carlos Fuentes. Los famosos y los no tanto tienen su tintero y ahora memoria digital repleta de anécdotas y sueños acapulqueños. Otro que amaba el puerto era Diego Rivera, donde se reunía con amigos de muchos años, entre los cuales destacaba con brillo propio Dolores Olmedo. Ella tenía una propiedad en el cerro conocido como La Pinzona, cerca del legendario Hotel Casablanca. Al morir Frida, los dos pasaban largas temporadas en esta casa, donde “Lola” le construyó un estudio para que se sintiera libre y feliz; y así lo expresó en su fachada y techos donde trabajó nuevamente con mosaicos venecianos (hechos por cierto en Cuernavaca por la familia Perdomo) y en la serie Puestas de sol -obras muy importantes que fueron el preludio de la despedida del gran artista. Regaló veinte a Dolores, los cuales están en el museo que lleva su nombre en la Ciudad de México. Y también hizo aquí La hamaca (1957), su última obra.

Todo parece lejano, pero gracias a que esta Casa de los Vientos, llamada Exekatlkalli, fue comprada por el Gobierno del estado de Guerrero, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Fundación Carlos Slim, ahora puedes visitarla todas las veces que quieras y pasar largo rato imaginando las tertulias que aquí se daban y disfrutar su impactante vista a una de las zonas más emblemáticas de Acapulco. La pintora acapulqueña Cristina Navarrete es su nueva directora y te invita a ti y a mí a encontrar nuestra musa en este lugar en el que se respira no solo arte, sino una crónica de añoranza que conmueve hasta al más impasible. Además si vienes pronto, podrás ver tal y como la dejó la familia Olmedo (que la hace aún más nostálgica) y poco a poco podrás seguir su restauración y cambios. Es decir, serás parte de su historia. No sé tú, pero yo, cada vez que venga, dejaré que sus vientos me refresquen el entendimiento.

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Conócete en el green

Mi última estancia fue en Tres Vidas, el único Hotel Boutique de México con campo de golf diseñado por Robert Von Hagge (responsable de más de 250 campos de golf en los Estados Unidos, el Caribe y 16 países más). Espera, no dejes de leer porque no entiendes, como yo, de este deporte; no te pienso atiborrar de tecnicismos. Respira e imagínate el escenario: senderos que te llevan entre un verde perfecto por montículos, vegetación salvaje pero estudiada, palmeras, “trampas” que son lagos y bancos de fina arena; y el mar inmenso como premio a los que pasan cada una de las pruebas, sus 18 hoyos.

L'Hotel Tres Vidas HBM / Manuel Cerón

Al empezar este viaje te prometí que harías tu propia historia en Acapulco y este es otro comienzo. ¡Yo no lo hubiera considerado nunca! Pero ahora pienso diferente. Debido a mi desconocimiento total en el tema, solo pensaba en disfrutar de las suites con terraza propia que ven directo al mar, de la hermosísima alberca que se funde con el paisaje, de su restaurante que me sorprendió por su calidad, pero sobre todo por su cálido servicio y obviamente, tenía pensado dar una vuelta en el carrito de golf “para no dejar”. Nunca imaginé que una plática bajo la sombra de la casa club con un amante de Acapulco y de este deporte, me cambiaría tanto la forma de ver este mundo.

Guillermo, que parecía sonreír como pocos con la mirada, me dijo: «Para mí es el único deporte que te obliga a desarrollar un conocimiento amplio y honesto de ti mismo y de tus compañeros de juego. En el green todas las máscaras se quitan y lo único que se exhibe son los valores de cada uno. Responsabilidad, honestidad y respeto son las cartas de presentación. Si no las tienes, a los primeros 9 hoyos, ya todos lo sabrán.

¿Honestidad, respeto? ¿Cómo mides eso en el campo?, le pregunté. «Por ejemplo, es muy fácil quitarse golpes, en vez de tirar un score de cuatro golpes en un hoyo, tiras ocho, pero se te “olvidan” dos por ahí y publicas un seis; también sería fácil mover la bola y ponerla en mejor lugar sin que tus compañeros te vean, o “encontrarla” cuando se fue en medio de una selva, porque tu caddie “te ayudó a encontrarla”. Y lo del respeto sale a la vista cuando le pegas mal a la bola y no haces un sendo coraje, no maldices, y reconoces un buen golpe o score en un hoyo de tu contrincante.

Nunca había pensado lo que me dijo Guillermo, que es el único deporte que su cancha siempre es diferente y te exige diferentes habilidades -que puedes o no tener- y te obliga a poner lo mejor para salir adelante. «¿Quieres contratar a una persona clave en tu empresa y tienes dudas? Juega golf con él y tus dudas se disiparán. ¿Hiciste un nuevo amigo y quieres conocerlo mejor? Juega golf con él y listo». ¡Yo no cabía de asombro! Era lógico y cierto.

También lo que me gustó es que es un juego que no excluye edad ni género para hacer equipo como otros deportes. Para ello existe el llamado handicap, que es cuando se imponen desventajas a los mejores participantes para igualar las posibilidades de todos. Por lo que hace al golf un deporte muy equilibrado y parejo.

El campo de Tres Vidas es precioso, largo y -dice Guillermo- difícil; no te regala ningún hoyo. Debido a la brisa, el campo por la mañana es totalmente diferente cuando lo juegas en la tarde. Al preguntarle sobre su mayor reto en este campo, me contestó que tanto el hoyo 1 como el 5 son “su coco”, pues exigen un magnífico tiro de salida. En el 1 además el green es una isla y es un par 5 (quiere decir que el hoyo se tiene que terminar en cinco golpes, desde el tee de salida hasta que la pelota caiga al hoyo donde está la bandera). No hay otra, o la subes al green para que puedas después rodar la pelota al hoyo con el golpe fino y delicado, que es el “putt”, o te vas al agua y vuelves a tirar hasta que la subas al green. Un descuido y estás contemplando ocho o nueve golpes, en vez de cinco, porque cada vez que tu bola vaya al agua, es un tiro adicional de castigo. En el hoyo 5, además del tiro de salida, tienes que lidiar con la fuerte brisa en contra que en las tardes; si tienes suerte, la puedes subir de tres golpes al green en vez de dos. «Es un hoyo demandante, pero con una de las mejores vistas al mar y la playa de todo el campo», concluyó Guillermo, suspirando como un enamorado. Wow, había logrado atraparme y hasta me dieron ganas de tomar una clase al otro día, después de asistir al campeonato que en ayuda a los niños quemados habían organizado en Tres Vidas.

Definitivamente, venir de seis a cuatro veces al año para relajarse y conocerse a sí mismo, además de disfrutar las múltiples virtudes de Acapulco, es un plan completo para quienes como tú y yo deseamos escribir nuestra propia historia y dejar nuestra huella en el puerto. ¿No lo crees así?

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Tu camino y el mío

Mientras cruzaba en avión la sierra de enormes montañas, me vino a la mente todo cuanto hemos hecho por estar más cerca de Acapulco. No ha importado cuántas curvas nos separaban… siempre llegábamos. ¿Sabías que en 1531 Hernán Cortés ordenó la construcción de un camino de herradura que comunicara a la capital con Acapulco? En 1592 se mejoró el camino y recibió el nombre de “Camino de Asia”, debido al tránsito de mercancías que llegaban de ese continente al puerto. En 1750 se hizo el tramo de Cuernavaca a Taxco; en 1842 iniciaron el de Chilpancingo-Acapulco; durante el porfiriato se concluyó el tramo de Iguala a Chilpancingo (obviamente durante la Revolución Mexicana la carretera fue abandonada). A principios de 1920, Álvaro Obregón acelera los trabajos de construcción y mejora de los tramos México-Amacuzac, así como el de Iguala-Chilpancingo. Qué tan importante fue que finalmente, el 11 de noviembre de 1927, en punto de las cuatro de la tarde, el Presidente Plutarco Elías Calles, desde el Castillo de Chapultepec, hizo explotar con dinamita a través de un hilo telegráfico, la última piedra que obstaculizaba la carretera en el kilómetro 402, cerca de la población de Xaltianguis. Doce automóviles en dirección a Acapulco esperaron el acto ceremonial, así como la remoción de escombros, para finalmente poder entrar a Acapulco a las seis de la tarde de ese mismo día, en medio de cohetes, música y júbilos de los lugareños. Por cierto, estos fueron los primeros vehículos modernos que pisaron suelo de dicho puerto. En 1931 que la carretera México-Acapulco quedó completamente terminada para alegría de todos. Hoy es mil veces más fácil por la Autopista del Sol, pero… ¡qué tiempos aquellos!

Lo nuevo, lo mejor

Seguramente conoces o has oído de la legendaria discoteca Palladium, conocida en todo el orbe por estar en lo alto de una pequeña montaña, desde donde se ve toda la bahía y también donde han estado todos los grandes DJ’s del mundo. Pues justo abajo de ella, en lo que era parte del estacionamiento, Tony Rullán, su dueño, ideó Tony’s Asian Bistro, un restaurante íntimo de solo nueve mesas, donde también conmueve la estupenda vista. Lo más interesante es que tiene una cocina abierta donde ves al chef Erik Nguyen hacer sus propias fusiones asiático francesas que llegan pausada pero contundemente a tu mesa. Por cierto, el currículo del chef es sorprendente, podrás preguntárselo al mismo Tony que cada noche se aparece para saludar a cada uno de los comensales (él también una leyenda en Acapulco). Después puedes pasarte al sky bar que está junto para seguir disfrutando de la vista y el ambiente festivo característico de Aca.

Contactos

L’Hotel Tres Vidas
Carretera Barra Vieja Km. 7, Plan de los Amates.
Tels.: 01 322 221 2277 y 01 800 508 7923.

Tony’s Bistro
Escénica s/n, Guitarrón.
Tel.: 01 (744) 446 5492 (previa reservación).

Fideicomiso para la Promoción Turística de Acapulco
Av. Costera Miguel Alemán No. 2408, Plaza Arrecife, Interior 206, 207 y 208, Fraccionamiento Club Deportivo, Acapulco.
Tel.: 01 (744) 484 4159.

Servicio de Taxi seguro
(Ellos te llevarán a Casa de los Vientos cómodamente)
Cel. 044 744 160 1756.

Agradecemos el apoyo del Fideicomiso para la Promoción Turística de Acapulco por el apoyo para realizar este reportaje.

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autor Viajera con un amor infinito por México. Lo lleva, literalmente, tatuado en la piel.
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