Artesanías mexicanas: la historia detrás de la filigrana
Te mostramos "bajo la lupa" una de las artesanías más finas de México. Descubre con nosotros las historia detrás de la filigrana y cómo es que esta técnica llegó hasta las tierras mexicanas.
San Eligio es el patrón de los plateros, de aquellos que transforman el metal en láminas o hilos para construir preciados objetos. Su intrincada labor perdura, se vuelve historia, tesoro que admirar en los museos.
México antiguo
Los secretos de la orfebrería —incluido el proceso de la filigrana— no eran ajenos al mundo mesoamericano. De tierras colombianas y peruanas llegaron además influencias estilísticas. Mixtecos, zapotecas y tarascos, por ejemplo, elaboraron grandes cantidades de objetos en oro y plata.
El legado
Múltiples son las regiones en México dedicadas a la platería, si bien los estilos de las piezas que se confeccionan cambian de una región a otra. La técnica de la filigrana aún se conserva en sitios como Chiapas, Oaxaca y Yucatán.
La colonia
Al comienzo del Virreinato, la plata era transformada para adornar iglesias. Más tarde adquirió importancia la platería civil. En el proceso, el gusto de españoles, portugueses e italianos se impuso. Fueron estos últimos, al imitar la labor de los chinos, quienes incidieron en el desarrollo de la filigrana en la Nueva España.
La nave de Colón
Esta pieza reproduce una de las tres calaveras que acompañaron a Cristóbal Colón en su primer viaje hacia el Nuevo Mundo en 1492. Es la Santa María, la nave que no pudo regresar a España por haber encallado en un banco de arena al norte de Haití. Con su madera fue construido un fuerte en la isla; con su recuerdo, ahora este objeto.
Los hilos
Los orfebres que a la filigrana se dedican, pasan sus días entre hilos de oro, de plata. Con ellos dibujan delicados diseños semejantes a un encaje. Entorchan los alambres, los sueldan entre sí o los ligan para siempre a una lámina de metal que sirve de soporte.
El acabado
Se pule la parte superior de los alambres, el resto de la pieza permanece mate. Ese contraste da identidad a las joyas de filigrana. Hay artesanos, como Félix Ramos Acosta, en Yucatán, que se valen de la técnica para elaborar objetos más grandes, como esta nao.
La pérdida
Pocas de las valiosas y metálicas piezas confeccionadas antes de la Conquista se conservan. Un hado funesto las quiso perdidas: se hundieron en barcos españoles atacados por piratas, fueron fundidas por orden de Carlos V, o los propios indios las escondieron.
Los tesoros
Entre lo rescatado se cuentan los hallazgos en oro y plata de la Tumba 7 de Monte Albán, Oaxaca, o en el cenote sagrado de Chichén Itzá, en Yucatán. Quien a España viaja puede admirar en la Catedral de Sevilla una enorme colección de platería prehispánica: es el Tesoro de las Indias.
Agradecemos a la tienda y al Museo de Arte Popular (Revillagigedo 11, Centro, CDMX; map.df.gob.mx) por el préstamo de esta pieza de colección privada.
