La región minera de Batopilas
Aunque fueron varios los centros mineros que se formaron en el fondo de algunas barrancas, ninguno de ellos se comparó con la riqueza mineral de la Barranca de Batopilas. Las vetas de La Bufa y las del mismo poblado alcanzaron renombre a nivel mundial.
Caracterizan e identifican a esta barranca, sus pueblos mineros y sus minas. Entre ellos destacan Batopilas y Cerro Colorado, las comunidades tarahumaras de Munérachi y la Yerbabuena y la misión de Satevó.
A diferencia de otras zonas, en la de Batopilas la gran mayoría de sus atractivos se encuentran en el fondo de ésta, abajo de los 600 msnm. Por ejemplo el pueblo de Batopilas está a 500 msnm y su clima caliente permite que en ellas predomine la vegetación semitropical y tropical, así que abundan los huertos con naranjos, mangos, aguacates y papayos, asimismo son comunes las bugambilias, los tabachines y el árbol de la ceiba.
CÓMO LLEGAR
Hay dos caminos para arribar a la región de Batopilas: el primero parte de Creel (a 247 km de Chihuahua) y el segundo de Guachochi (a 407 km vía Parral). En ambos casos se toma la desviación a Samachique (a 70 km de los dos lugares) y desde ahí se deben recorrer 55 km de descenso por terracería hasta llegar al fondo de la Barranca y a Batopilas. Los 55 km se recorren en más o menos tres horas de viaje, que gracias a sus grandiosas vistas de la barranca resulta atractivo.
Batopilas es una comunidad con alrededor de 800 habitantes, que en sus mejores tiempos llegó a tener casi 10,000; y que todavía conserva parte de su arquitectura minera de fines del siglo pasado.
Hay servicios de traslado a Batopilas, los hay desde Chihuahua en camionetas, y desde Creel en camiones. El pueblo tiene pocos servicios y los hoteles son en general muy modestos. Sólo hay uno de cuatro estrellas. En Chihuahua también se pueden contratar avionetas para ir a Batopilas.
TE RECOMENDAMOS ESTOS MIRADORES
El mejor mirador de la zona es el de La Bufa, localizado en las cercanías de la comunidad tarahumara de Quírare, ya para iniciar el descenso en vehículo de la Barranca de Batopilas. Desde él se tiene una visión de 1,300 mts de profundidad en la que se aprecia muy bien el río Batopilas y el mineral de La Bufa.
Otros miradores interesantes en la región son el de la Piedra Redonda, desde donde se observa la Barranca de los Plátanos, arriba de la comunidad de Cerro Colorado.
BATOPILAS Y SUS RÍOS, ARROYO Y CASCADAS
En el río Batopilas hay innumerables parajes donde es posible acampar y bañarse. El puente de La Bufa es especial, ya que se encuentra en uno de los puntos de mayor profundidad de la barranca.
Ya en las cercanías de la Piedra Redonda se despliegan majestuosas, una serie de cascadas del arroyo de San Fernando que caen abruptamente a la Barranca de los Plátanos. El salto de agua más grande es de alrededor de 100 metros.
PUEBLOS MINEROS
Las minas de Batopilas fueron descubiertas desde 1709 y de esa época es la fundación del poblado. Sin embargo, la explotación alcanzó su mayor auge durante la época porfirista, tiempo en el que se construyeron sus más notables obras arquitectónicas como: la antigua casa de Manuel López Morín, quien fuera Rector de la UNAM y fundador del Partido Acción Nacional; Presidencia Municipal, que data de 1890; la Hacienda de San Miguel o Hacienda Shepherd, enorme construcción de fines del siglo pasado y que fue casa del estadounidense Alexander Robert Shepherd, llamado El Magnate de Plata, debido a la enorme fortuna que hizo con la mina de La Bufa; y el edificio del hotel Riverside Lodge.
Los fabricados antes del esplendor porfirista son: la Casa Barffuson, construcción que data de fines del siglo XVIII y residencia del Marqués de Bustamante al ser comisionado por el Rey de España, Carlos III, en la región; la Casa Bigleer, de principios del siglo XIX y que desde 1873 hasta ahora conserva gran parte de su mobiliario antiguo; el Templo de la Virgen del Carmen, del siglo XVIII y cuya fachada es muy bella; la actual escuela Sor Juana Inés de la Cruz que ocupa una construcción de fines del siglo XVIII, que antiguamente fue casa de raya; y la Casa Morales, actualmente Casa Cural que data de fines del siglo XVIII.
Imposible sería siquiera nombrar las múltiples e importantes obras de arquitectura vernácula y civil que hay en Batopilas: casas, puentes, acequias y túneles son algunos ejemplos. Es especial el viejo canal de piedra que construyera Mr. Shepherd para generar electricidad en el pueblo.
Batopilas fue la segunda población en el país, después de la ciudad de México, que tuvo en 1873 energía eléctrica. En el antiguo pueblo minero de Cerro Colorado, a 8 km al norte de Batopilas, se pueden admirar también numerosos vestigios del siglo pasado, especialmente en obras mineras como puentes, túneles, canales, acequias y tahonas. A este pueblo sólo se llega a pie o a caballo. En Batopilas y La Bufa es viable visitar con seguridad varias minas ahora abandonadas.
Fiestas tarahumarasEntre sus celebraciones famosas están las de Semana Santa y la fiesta de la Virgen de Guadalupe que se lleva a cabo en Munérachi y en la Mesa de la Yerbabuena
RUTA DE LAS MISIONES
A finales del siglo XVII los jesuitas penetraron a la región -hasta entonces territorio de los indios tarahumaras y tubares, hoy extintos- y establecieron misiones. La de El Santo Angel Custodio de Satevo, a 6 km de Batopilas, es única por su aislamiento y bellísima construcción levantada entre 1760 y 1764.
A la entrada de la desviación a Batopilas, en el pueblo tarahumara de Samachique, fue erigida en 1757, la misión de Nuestra Señora de los Dolores de Samachique, que aún conserva su iglesia casi íntegra. En la comunidad de Yoquivo, al este y accesible sólo a pie desde Batopilas, está la misión de Nuestra Señora de Loreto de Yoquivo, fundada antes de 1745.
EXPLORA LA REGIÓN DE BATOPILAS A PIE
La región se presta para que los aficionados a las caminatas incursionen siguiendo sus principales ríos y arroyos o las antiguas veredas que comunicaban a misiones y a pueblos mineros. Quizá una de las rutas más fascinantes de todas las Barrancas del Cobre sea la del antiguo camino real entre Batopilas y Urique, pasando por escenarios y miradores fuera de serie, además del antiguo pueblo minero de Cerro Colorado.
Este recorrido requiere de dos a tres días de marcha, además de una buena condición física y un guía experto. La caminata desde Batopilas hasta Satevó, es breve, puesto que siguiendo el río, se recorren 12 km de ida y vuelta. La caminata a Yoquivo, con su misión y escenarios naturales, se realiza entre dos y tres días, considerando el viaje de ida y vuelta.
Siguiendo el río de Batopilas, aguas arriba, logrará conocer la antigua misión jesuita de Tónachi. Esta excursión dura una semana y comprende casi toda la Barranca de Batopilas, hasta su nacimiento.
¿Quieres escaparte a Chihuahua? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable