Besos escondidos en la CDMX
Te presentamos nueve escenas de enamorados besándose “atrapadas” en la fachada de uno de los edificios más bellos de CDMX, así como en las colecciones de estupendos museos de arte.
Beso 1. En la fachada del Palacio de Bellas Artes
Inaugurado por el presidente Porfirio Díaz en 1910, en el marco de los festejos por el centenario de la Independencia, el Palacio de Bellas Artes es uno de los edificios más bellos y emblemáticos de la Ciudad de México.
Caminando por la avenida Juárez, y una vez superada la recientemente remodelada Alameda Central, de inmediato salta a la vista la monumentalidad de este conjunto, obra del arquitecto Adamo Boari quien, al frente de un grupo de reconocidos artistas, dio vida a esta “obra maestra de la construcción nacional” en un predio donde durante el siglo XIX se levantaba el antiguo Teatro Santa Ana.
Sin embargo, aunque muchos son los que se detienen a admirar su espectacular fachada, pocos son los que en realidad se ocupan de escudriñar cada uno de sus detalles, particularmente aquellos que se advierten en la parte superior de la entrada principal. En este espacio se puede apreciar una serie de personajes, en diferentes actitudes, tallados primorosamente en el mármol de carrara con el que fue recubierto la totalidad del complejo. Ahí, justo a la extrema derecha de la escena general, si eres curioso, podrás descubrir a un par de enamorados besándose desinhibidamente, mostrando sus cuerpos desnudos.
Efectivamente, destacando en un primer plano la silueta de la mujer, estos dos jóvenes dan rienda suelta al amor sin, al parecer, importarles que miles de turistas y capitalinos los podamos sorprender dándose ese delicioso beso. Y tú, ¿ya los habías visto?
¿Dónde está?
Beso 2. En una escultura en el MUNAL
Ubicado en la calle de Tacuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el Museo Nacional de Arte aloja una importante colección de pintura y escultura representativa de diferentes momentos de nuestra historia, organizada de acuerdo a las diferentes corrientes que han marcado época desde tiempos de la Colonia.
En este magnífico recinto, alojado en un portentoso edificio que sirviera como sede para la antigua Secretaría de Comunicaciones durante el Porfiriato, encontramos una curiosa pieza, obra del artista de origen colombiano Rómulo Rozo, en donde se muestra a dos personajes regordetes fundiéndose en un beso “que pareciese como eterno”.
Tallada en 1932, esta escultura fue trabajada en bronce, en un aparente solo bulto, y dispuesta después en una base para su exhibición al público. La podrás hallar en una de las esquinas de la sala dedicada al arte del Siglo XX, en este estupendo espacio museográfico que sin duda, se ubica entre los cinco foros culturales que no puedes dejar de reconocer durante tu próxima visita a la “Ciudad de los Palacios”.
¿Dónde está?
Besos del 3 al 7. Esculpidos por Rodin en el Museo Soumaya
Inaugurado en marzo de 2011, el Museo Soumaya (Plaza Carso) exhibe, en su Sala 6 una estupenda colección de esculturas del maestro francés Auguste Rodin.
De entre este lote, el más grande acervo de obras del artista oriundo de París reunidas en territorio no francés, destacan cinco besos que a continuación presentamos:
El primero es una pieza tallada por Rodin, en 1886 en bronce con pátina café, titulada sencillamente así: El Beso.
La segunda, muy similar a la anterior, también fue tallada en 1886, y muestra la misma escena que en la escultura con pátina café pero notablemente más lisa en su tallado.
Titulada “La Eterna Primavera”, esta obra del maestro Rodin fue elaborada en 1884, en mármol blanco. ¿Notas cómo el artista ahora lleva su obsesión por los besos a otro soporte pero igualmente tratado de manera magistral?
Continuando con la misma zaga de “La Eterna Primavera” este beso fue tallado también en 1884 pero, a diferencia del otro, éste fue hecho en bronce y en un formato mucho mayor.
Notablemente similar al beso anterior, esta “Eterna Primavera” presenta en su realización una especie como de fondo que parece prolongarse hasta alcanzar el brazo del varón. Esta pieza, aparte de por su notable realismo, destaca por el triunfo que el artista francés logró sobre el bronce patinado en tonalidades café. ¡Sencillamente irrepetible!
¿Ya los conocías?
¿Dónde están?
Besos 8 y 9. En fotografías de Diego y Frida en los museos Dolores Olmedo y Casa Azul
Localizado al sur de la ciudad, en el barrio de La Noria, en Xochimilco, el Museo Dolores Olmedo exhibe un formidable acervo de obras de Diego Rivera y Frida Kahlo, así como de la artista rusa Angelina Beloff y un sinfín de estupendos objetos de conforman un verdadero recorrido por el arte popular mexicano a través de la historia.
En este lugar, famoso también por sus verdes jardines en los que alegremente deambulan varios perritos xoloiztcuintles y no menos de una docena de elegantes pavorreales, descubrimos -en el marco de la exposición temporal “Frida y Diego, testimonios de una vida” (de 2012)- un par de fotografías en donde el enorme muralista guanajuatense y la famosísima pintora de la ceja poblada aparecen besándose como pocas veces en público. Primero, durante la celebración de su cuarto año de matrimonio (en 1933) y después, en cualquier otro momento de romanticismo ocurrido en la popular Casa Azul, ubicada en Coyoacán, hacia 1950.
Sin duda estas fotografías, que se exhibieron en la Sala Claudia Madrazo y Roberto Hernández Ramírez del Dolores Olmedo (y ahora puedes admirar en el Museo Frida Kahlo-Casa Azul) te permitirán revivir, tan sólo por algunos instantes y a través de sendos besos, la tormentosa pero fascinante relación que sostuvieron estos artistas, verdaderos íconos del arte pictórico de México en el mundo. Y tú… ¿ya te animaste a descubrir estos besos «atrapados» en la gran CDMX?
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