Bugambilia en México: la flor sudamericana que trajo Maximiliano

¡La bugambilia no es de México! Pero actualmente está presente en parques, casas y jardines, embelleciendo el paisaje de nuestro país.
En estos meses de primavera, las ciudades de México se tornan en bellos crisoles multicolor. Con cientos, no, más bien, miles de especies vegetales, no debe sorprendernos que esta explosión de vida se manifieste en cualquier sitio de nuestro país. Además de las jacarandas, una de las grandes protagonistas es la flor de bugambilia. Común en casas y jardines, esta belleza no es nativa de la República. Su origen se encuentra en las remotas selvas de Sudamérica, desde donde las mandó traer el efímero emperador Maximiliano de Habsburgo, en el siglo XIX.

La botánica de la bugambilia
La bugambilia pertenece a un género de flores, llamado Bougainvillea. Son originarias de Brasil, Perú, Paraguay, Bolivia, el norte de Argentina y Venezuela. Su nombre fue acuñado por el naturalista francés Philibert Commerson, en honor de Louis Antoine de Bougainville, un marino y explorador oriundo también de Francia, quién introdujo la planta en Europa desde Brasil, en la segunda mitad del siglo XVIII.
Se les suele describir como arbustos o árboles pequeños. Miden entre 1 hasta 12 metros de altura. Es una planta trepadora, cosa muy evidente en las ciudades. Se sujetan en otras plantas usando sus púas. Poseen hojas que son alternas, simples y de forma ovalada, con algunos centímetros de ancho. Las flores de la bugambilia son hermafroditas, con pétalos de tonos violáceos, rosas e inclusive amarillos. Son muy sensibles al frío, por lo que para protegerse, muchas veces permanecen en un estado de latencia, en el cual botan hojas y flores.

Maximiliano y las bugambilias
Como es bien sabido, Maximiliano de Habsburgo, emperador de México durante el Segundo Imperio, entre 1864 y 1867, fue un gran erudito. A pesar de haber sido poco proclive y diestro en la política, era un personaje con una impresionante formación intelectual. Sus grandes aficiones fueron la entomología y la botánica.
Precisamente, gracias a estas virtudes es que en su corto régimen, logró realizar algunos pequeños cambios en el urbanismo del país, sobre todo en la Ciudad de México. Lo que nadie sospecharía, es que posteriormente, estos tendrían un profundo impacto. Tal vez uno de los principales fue la introducción de la bugambilia a los jardines y parques mexicanos. El gobernante austriaco ordenó traerla directamente desde Brasil, a fin de fuera una planta de ornamento. Sin embargo, ni él mismo imaginaría el gran provecho que muchos pueblos de México obtendrían de esta flor.

La bugambilia y México
Tras empezar a proliferar en nuestro país, muy pronto pueblos, comunidades originarias y otros entornos de la República, descubrieron las propiedades medicinales de la bugambilia. En Baja California Sur, Hidalgo, Morelos, Michoacán, Puebla, Sonora, Tlaxcala y Veracruz, se encontró que esta flor era muy efectiva para tratar algunos padecimientos respiratorios y malestares en la garganta. Sus pétalos sirven para hacer infusiones.
Además, también se fue comprobando que servía como un buen tratamiento para la piel, ya que posee propiedades antisépticas, las cuales son ideales para prevenir el acné. Gracias a ello, esta planta se volvió en un patrimonio cultural de nuestra nación. Actualmente, México es el principal productor de bugambilias, siendo el estado de Morelos su principal exportador. Los países que más solicitan estas flores directamente desde nuestras tierras, son Estados Unidos, Japón, Canadá y Alemania.
