Calaca siriaca, el esqueleto mexicano que cobra vida y se mueve
La calaca Siriaca siempre ha estado en el límite de la artesanía y la estafa a los transeúntes de muchas ciudades del país. Como sea estos esqueletos son una tradición de décadas
Para muchos, ganarse la vida en las calles de cualquier ciudad mexicana no es cosa fácil. Ha sido esta necesidad lo que ha hecho surgir a toda una gama de personajes pintorescos, es el caso de los vendedores de la calaca siriaca.
Sin embargo son cada vez menos quienes se dedican a este oficio, que a veces araña la honesta venta de una especie de artesanía mexicana y a veces francamente raya en la estafa. Como sea, la calaca Siriaca es digna de tener un espacio en México Desconocido.
Calaca siriaca, baila y salta a la voz de su dueño
Muchos ya sabrán a qué nos referimos, pero para quienes no, les explicamos a continuación: la calaca siriaca es un esqueleto de apenas seis centímetros de altura, hecho de plástico (a veces también de canutillo de madera), que según los vendedores, tiene la facultad de moverse por sí sola cuando así se le ordena.
“Baile”, “salte”, “Pum (la calaca se muere por el disparo)”. Con estas palabras los vendedores presumen las virtudes mágicas de sus esqueletitos, les dicen a los espectadores que por 15 pesos ellos mismos pueden adquirir el suyo y hacerlo moverse al mando de su voz.
Por décadas la calaca siriaca se ha vendido en plazas públicas
Y aquí la cosa se pone controversial, porque dichos comerciantes jugaban con incrédulos y crédulos por igual, pues mientras los primeros compraban a la siriaca conscientes de que había un truco detrás, otros de plano la adquirieron creyendo que efectivamente traía magia.
Pero antes de revelar el secreto de cómo se movía, si es que no parece obvio ya, debemos contar algunos otros aspectos como el hecho de que a la calaca siriaca y a sus vendedores, se les veía con frecuencia en los centros históricos de la ciudades de casi todo el país, como Puebla, Pachuca, Toluca, Guadalajara, Morelia, y por supuesto Ciudad de México, entre muchas otras más.
El truco detrás de la calaca Siriaca
Por eso era común ver a las calaquitas bailando delante de una pared de piedra perteneciente a algún edificio de la época virreinal, postes o lugares muy conocidos, como al exterior de las rejas de la Catedral Metropolitana de la capital del país.
Ahora sí, el truco está en que cada calaca siriaca está atada al llamado técnicamente como “hilo invisible de nylon”, ése a su vez se cuelga de algún poste cercano, un cable eléctrico o de plano a otro hilo.
La mano que mueve a la calaca siriaca
El vendedor del mini esqueleto tiene al menos un cómplice, en México se les conoce como “paleros”, que son quienes se hacen pasar por un espectador más, pero que realmente son quienes mueven disimuladamente el hilo para que la calaca “cobre vida”. Se les puede conocer porque siempre traen una chamarra, un bulto o una bolsa en la mano, para disimular sus movimientos.
Poco a poco han desaparecido estos merolicos de las ciudades mexicanas, tal vez se deba a que con tanta tecnología disponible, videos increíbles en redes sociales, y un cine con efectos especiales que hacen difícil diferenciar la realidad de la ficción, ya nadie se sorprenda de un mini esqueleto bailarín.