Descubre Campeche, una imponente ciudad amurallada
Campeche es una maravillosa ciudad colonial que sorprende con las leyendas e historias que se tejen entre sus fuertes. ¡Visítala!
Lánzate a conocer Campeche, una ciudad de gran historia, riqueza cultural y llena de leyendas. Descubre sus fortificaciones y porqué fue tan atacada por la piratería durante la época colonial.
Descubre la ciudad fortificada de Campeche
En 1540 dio comienzo la época colonial en gran parte de la península de Yucatán, y Campeche se convirtió en un importante puerto desde el cual se exportaban por mar un sinfín de riquezas naturales como el famoso palo de tinte. Poco después empezaron los ataques piratas patrocinados por los reinos de varios países europeos que buscaban desestabilizar la corona española.
Las naves de los corsarios Francis Drake, John Hawkins, Lauren Graff “Lorencillo”, Kornelius Jols “Pie de Palo”, Diego “El Mulato”, Jacobo Jackson, Henry Morgan, Bartolomé “El Portugués”, Lewis Scott y Rock Brasiliano, dejaron su nombre escrito con sangre en las memorias de este lugar.
Durante 160 años las luchas fueron constantes, hasta que en 1686 se comenzó la construcción de la ciudad amurallada y fortificada de Campeche. Esta defensa se concluyó alrededor de 1704, aunque los ataques de los corsarios para entonces habían casi desaparecido.
La muralla que circundaba a la ciudad tenía una longitud de 2 560 m y consistía en un polígono de forma irregular con seis frentes, cuatro puertas y ocho baluartes. Además estaba custodiada por dos fuertes construidos en los cerros cercanos. En la actualidad subsisten 500 m de muralla, siete baluartes, dos puertas y los dos fuertes.
La Puerta de Tierra
La Puerta de Tierra era la entrada principal y aún sigue siendo uno de los símbolos de la capital. Construida en 1732, conserva su imponente esplendor; están íntegras sus almenas, casamatas y almacenes, así como su defensa, formada por una muralla en forma de triángulo con un foso de cuatro metros de ancho y tres de profundidad.
La protección de esta puerta estaba encomendada a los baluartes de San Francisco y San Juan, y los lienzos de muralla que conectan entre sí a estas fortificaciones son los de mayor extensión; están construidos con piedras de cantera y sascab, y miden aproximadamente 400 m de longitud y 8.5 m y 2.27 m de grosor. Cuenta también con torreones y atalayas.
Hoy en día la Puerta de Tierra es escenario de un espléndido espectáculo de luz y sonido en el que se reviven los pasajes históricos más importantes del estado.
El baluarte de San Juan era el principal bastión para la defensa de la Puerta de Tierra y en él podemos contemplar una ambientación del siglo XVII, que incluye la cocina, la armería, un almacén con calabazo y la habitación del capitán. Como los demás bastiones, el de San Juan cuenta en su parte superior con atalayas, almenas, troneras y un campanario cuyo repicar advertía a la población de un posible ataque pirata.
El de Santa Rosa era ocupado por las tropas militares encargadas de la defensa de la Puerta de San Román, hoy destruida. Su plaza de armas tiene forma pentagonal y se encuentra rodeada por una rampa de tres metros que la comunica con el terraplén superior. En su planta baja se pueden ver el pozo y dos bóvedas para almacenamiento de pólvora y alimentos.
San Carlos es uno de los tres baluartes que se encuentran del lado de la costa y estaba destinado principalmente a la salvaguarda de la Puerta de Mar. En la actualidad acoge el Museo de la Ciudad y exhibe fotografías y maquetas relativas al desarrollo histórico de Campeche.
El baluarte más grande, el de Nuestra Señora de la Soledad
El de Nuestra Señora de la Soledad es el de mayor tamaño entre los que formaban parte de la muralla y fue concebido como el principal apoyo de la Puerta de Mar. Además de demostrar su imponente construcción, hoy alberga el interesante Museo de Historia Colonia.
Posee el otro lienzo de muralla que se conserva hasta nuestros días, el cual tiene una extensión y altura menores que el de la Puerta de Tierra, pues los ataques piratas se producían desde ésta y no desde el mar, debido a que la costa es poco profunda y no podían acercarse con los barcos.
El baluarte de Santiago, también con vista al mar, fue el último en construirse. A principios de este siglo fue demolido y lo que ahora se contempla es una reconstrucción de lo que fuera este imponente fortín. En su interior está el Jardín Botánico Xmuch´haltún, que en maya quiere decir: “conjunto de sartenejas o depósitos de piedra donde se almacena el agua”.
Posee más de 150 especies de flora representativa de la región, entre las que sobresalen el famoso palo de tinte, la llamada palma de jipi-japa y las hermosas orquídeas y nenúfares o flores de loto.
Al concluir la piratería, el baluarte de San Pedro fue utilizado como prisión de paso para los reos que serían juzgados por el tribunal de la Santa Inquisición en España. En su entrada, sobre el vano de la puerta, puede verse el escudo de armas del Vaticano: la tiara papal y las dos llaves cruzadas.
Otras partes de la fortificación de Campeche
El fortín de San Francisco tenía a su cargo, junto con el de San Juan, la defensa de la Puerta de Tierra. Cuenta con dos pequeños cuartos abovedados, en donde se encuentra actualmente la biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Los fuertes de San Miguel y San José el Alto custodiaban Campeche desde dos cerros cercanos a la población; los vigilantes estaban encargados de avisar si el ataque pirata comenzaba.
San Miguel es una impresionante y grandiosa fortificación a la que se tenía acceso sólo a través de un puente levadizo, ya que un foso de cuatro metros de ancho lo rodea totalmente. La entrada se realizaba siguiendo un estrecho y sinuoso pasillo con elevados muros, lo que facilitaba la defensa debido a que los atacantes no podían ver desde lejos la puerta interior.
En la actualidad, el fuerte de San Miguel alberga al museo de la cultura maya y exhibe numerosas piezas arqueológicas, entre las que sobresale la fabulosa Máscara de Jade de Calakmul.
El fuerte de San José es de menor tamaño que el de San Miguel. Tiene sus mismas características arquitectónicas y, al igual que este último, una posición privilegiada en lo alto de una colina, desde donde se contempla una magnífica vista de la ciudad y del mar.
Hoy está habilitado como museo, con salas de exposición temporales.
Recorrer los majestuosos y bien conservados baluartes, atalayas, almenas, torreones y fuertes de Campeche nos transporta al pasado y nos hace revivir por unos instantes el esplendor y riqueza de una época rica en fábulas y leyendas.
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