Campeche, el tesoro escondido de México
Queremos hablarles de un lugar donde se conjuga un ramillete de riquezas naturales con siglos de historia... donde el Mundo Mayaconvive con las ciudades coloniales y con las leyendas de piratería... donde el visitante se siente como en casa porque su gente es amable, abierta y sincera... donde reina la tranquilidad y donde el cuerpo y el alma encuentran la paz y el sosiego tan codiciados hoy en día.
Ese lugar, amigos, es Campeche.
En Campeche la humanidad desarrolló una de las más evolucionadas civilizaciones, el Mundo Maya, cuyas antiguas ciudades se encuentran esparcidas por todo el estado, desde las tierras bajas costeras hasta las profundas selvas del sur, en donde la vegetación envuelve los enormes vestigios, como queriendo proteger el misterio de su ocaso.
A Campeche lo conforman once municipios, y en cada uno de ellos el turista descubre infinidad de tesoros naturales y culturales.
Uno de estos municipios es Calkiní, al norte del estado, que en mayo se viste de mestiza para bailar La Vaquería, festividad que conjuga la danza autóctona de los mayas con el baile de los conquistadores españoles. La Vaquería es el colorido del “Baile de las cintas” y la vistosidad de la corrida de toros.
En Calkiní las manos indígenas tejen con los hilos del árbol de jipi, livianos y frescos sombreros de una elegancia sin igual.
En el municipio de Hecelchakán, o la Sabana del Descanso, despertará cada mañana con los trinos de los pájaros y percibirá el olor característico de la gastronomía mestiza, que mezcla condimentos poco conocidos en platillos como la cochinita pibil, los papapdzules, los panuchos de pavo o la gallina en relleno negro.
Carca de ahí, en el municipio de Hopelchén, podrá descender al inframundo de los antiguos mayas en las grutas de X’tacumbilxunaán y visitar tres joyas de la ruta Puuc, como son Hochob, Dzibilnocac y Santa Rosa Xtampac.
Parte de lo nuestro es Tenabo, donde las manos de la mujer campesina transforman en deliciosas conservas las frutas de la región.
Más hacia el sur se ubica Champotón, con su plácido río que desemboca en el mar y la infinidad de especies de flora y fauna que habitan sus riberas.
También encontrará Palizada y Candelaria, donde el sol del ocaso acaricia la tersa superficie de sus palpitantes ríos, al arrullo de los mágicos sauces llorones.
Llegamos así al municipio Del Carmen, con sus playas de blanca y fina arena en Sabancuy e Isla Aguada, y las de Isla del Carmen, como El Palmar, con un hermoso bosque de cipreses; Bahamitas, de frente al Golfo, y El Playón. Isla del Carmen, con su Laguna de Términos, es el área de procreación de delfines más grande del mundo, y donde es posible admirarlos dando brincos y piruetas. Situada en el extremo sureste de la isla se encuentra Ciudad del Carmen, antiguo refugio de piratas y hoy un tranquilo sitio tropical, con hoteles confortables y buena comida. En sus casas son notables los techos de tejas marsellesas, llevadas ahí como lastre por los buques que arribaban a la isla hace 200 años.
Un municipio de reciente creación es Calakmul, selva virgen donde reina el jaguar, selva verde que guarda con celo las viejas ciudades mayas y en donde aún se puede oír el rumor de sus antiguos pobladores.
La experiencia de la selva se complementa con el merecido descanso en diversos hoteles ecológicos, enclavados en medio de la vegetación; son el lugar perfecto para que disfrute de las comodidades de la civilización moderna, teniendo como marco la exuberante flora campechana.
Pero si de sitios mágicos se trata, permítannos invitarlos a un lugar conocido como la “Casa de los gestos”: la zona arqueológica de Edzná, a tan sólo 60 km de la ciudad de Campeche. Por su ubicación, fuera de las rutas turísticas convencionales, Edzná viene a ser un tesoro oculto, disfrutado únicamente por los buscadores de sorpresas.
Hemos dejado para el final de este recorrido a la ciudad y puerto de San Francisco de Campeche, cuyos atractivos son innumerables, como su arquitectura civil y religiosa, sus paseos por su Centro Histórico o por el malecón, sus museos, etcétera. La ciudad capital ofrece una variedad infinita de artesanías, bailes folclóricos, buenos hoteles, magnífica comida, excelentes vías de comunicación, historias y leyendas de piratería, gente cordial y, sobre todo, paz y sosiego para el espíritu. Todo esto hace que la visita a Campeche sea un encuentro con el “Tesoro escondido de México”.
Fuente: Guía México desconocido No. 68 Campeche / abril 2001
¿Quieres escaparte a Campeche? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable