Casiano García al encuentro de los sueños

Que con gran intensidad anidaron en su conciencia y fueron al mismo tiempo el recurso necesario para orientar su vocación, que con el correr de los años haría de él un artista que no ha olvidado sus orígenes y que abreva en ellos permanentemente para encontrar las imágenes de sus sueños.

HÁBLANOS UN POCO DE TI, DE LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS QUE TE LLEVARON A INCURSIONAR EN LA PINTURA.

Muy temprano me di cuenta de que tenía facilidad para el dibujo y siempre que encontré un espacio para ejercer lo que sería después mi oficio, lo hice, al grado de ocupar incluso paredes ajenas. El pintar se volvió para mí algo cotidiano, necesario y casi intuitivo. Mi adolescencia reforzó mi inclinación por la pintura y llegó un momento en que decidí abandonar Huehuetán para ir en busca de mi destino.

¿FUISTE ENTONCES EN BUSCA DE ALGO ESENCIAL PARA TU VIDA?

Sí, y lo encontré. Fue un largo camino en el que descubrí el dominio del trazo, la proporción, los secretos de la luz y del color. En 1973 empecé a pintar. Ya en Acapulco inicié mi trabajo en el Jardín del Arte; hice el camino como autodidacta y de esa experiencia llegué a la conclusión de que era necesario trabajar con la idea de encontrar un estilo, una forma de expresión propia. En mi mente persistieron las imágenes infantiles en las que aparecía como una constante la tierra, el campo, las flores, el agua y el color…

¿ESTABAS YA EN LA BÚSQUEDA DE-LO QUE HABÍAN SIDO TUS SUEÑOS?

Así fue, después de tres o cuatro años de empezar a pintar, a reconocer lo propio y lo extraño, regresé a mi pueblo y lo familiar se volvió para mí entrañable. Era el lugar donde había trabajado la tierra, el lugar donde tuve mi primera experiencia de observación.

Ahí reconozco los surcos, las parcelas, las plantas y específicamente las flores; se trataba de los elementos indispensables para crear la atmósfera; tenía ya los instrumentos, la habilidad y el deseo de aplicar lo que había aprendido.

Nació entonces el Casiano que recurre al puntillismo que había observado en los cuadros de los impresionistas. Es en ese momento cuando la naturaleza invade mis sentidos y doy un salto definitivo buscando mi propio lenguaje plástico.

¿SE PODRÍA DECIR QUE INTENTAS TRANSMITIR A TRAVÉS DEL ARTE, UN MENSAJE ALENTADOR, OPTIMISTA?

En cierta forma es así, porque se trata de algo que tiene que ver con el futuro, con algo que tal vez no siempre tenemos a nuestro alcance, pero que está ahí presente en las imágenes oníricas que intento recuperar. Se trata en definitiva de un asunto amoroso en el sentido más amplio.

¿PODRÍA PENSARSE EN UNA OBSESIÓN POR LAS FLORES?

Considero que lo que hago tiene que ver con la armonía. Las flores son una expresión superior de la armonía, de la suma del color.

Mi trabajo ha ido en esa dirección, en descubrir lo más difícil, que era precisamente crear la atmósfera, pensando en que el hombre se encuentra ante la maravilla de un universo creado por un ser superior.

SABEMOS QUE HAS EXPUESTO EN MUCHOS LUGARES, INCLUSO EN EUROPA, ¿QUÉ PUEDES DECIRNOS SOBRE ESO?

Puedo decir que estoy muy contento, que me siento más seguro para continuar con mi trabajo. Los viajes me han dado la oportunidad de visitar museos y galerías, de conocer el trabajo de los grandes y seguir con mi hábito de observar y de aprender como lo hice desde mis primeros días.

POR LO QUE ME HAS DICHO, AL PARECER NO LLEVAS PRISA.

Nunca he tenido prisa, he aprendido a esperar, mi trabajo es una experiencia en la que el tiempo es importante, pero no determinante. Desde el principio supe que había que persistir, trabajar intensamente, todos los días de la semana, todos los días del año.

Fuente: Tips de Aeroméxico No. 5 Guerrero / otoño 1997

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