Centro Escolar Revolución, una escuela de inspiración socialista
En 2018, el Centro Escolar Revolución fue declarado Monumento Artístico. Conoce la historia de esta escuela, cuya creación simbolizó una ruptura histórica.
En las inmediaciones del Metro Balderas de la Ciudad de México, yace un edificio que sobresale del resto por su arquitectura, que aunque gris, inmediatamente revela un aura de majestuosidad y singularidad. Se trata del Centro Escolar Revolución, ubicado entre las calles Arcos de Belén y Niños Héroes.
Durante el periodo novohispano, los terrenos del Centro Escolar Revolución fueron ocupados por El Recogimiento de San Miguel de Bethlem para mujeres pobres, el cual se edificó en 1683. Posteriormente, en el siglo XVIII, el edificio fue renombrado como Colegio de las Niñas de San Miguel de Bethlem. En 1863, durante el México independiente, en el terreno se inauguró la Cárcel de Belén, misma que funcionó como principal centro penitenciario hasta la construcción del Palacio de Lecumberri durante el gobierno de Porfirio Díaz que lo colocó en segundo plano.
Finalmente, los presos de la Cárcel de Belén fueron trasladados a Lecumberri y el edificio se demolió en 1933, tras la Revolución Mexicana. En aquella década, el gobierno posrevolucionario de Abelardo L. Rodríguez inició las gestiones para la reconstrucción de la Ciudad de México y las construcción obras públicas.
Aarón Sáenz, titular del gobierno del Departamento del Distrito Federal, y el secretario de Hacienda, Alberto J. Pani, trabajaron en obras como la finalización del Monumento a la Revolución y el Palacio de Bellas Artes, así como en la construcción del Centro Escolar Revolución, basado en un proyecto de José Vasconcelos. En 1934 se inauguró el Centro Escolar Revolución, obra del arquitecto Antonio Muñoz García.
El Centro Escolar Revolución, ruptura simbólica con el régimen de Díaz
Fuente: La Ciudadela y sus alrededores.
“En este sitio donde se levanta el Centro Escolar Revolución derribamos con gran placer, piedra por piedra una prisión inmunda que sirvió de instrumento de venganza política de la vieja dictadura, que, no sabiendo hacer hombres libres, quiso acallar en ella las ansias de libertad encarcelando a muchos de nuestros precursores de nuestros movimientos revolucionarios, que deshonró muchos años a nuestro país y en su lugar levantamos ahora este plantel educativo popular [..] demostración de la fuerza moral de un gobierno revolucionario.”
Mencionó Aarón Sáenz durante la inauguración el 20 de noviembre de 1934.
La construcción, que distaba mucho de la influencia europea privilegiada durante el Porfiriato, poseía líneas y formas rectas, vitrales y murales con escenas obraras y campesinas. Debido al enfrentamiento entre gobierno e iglesia, el nuevo templo del saber pretendía hacer frente a “la mentira capitalista solapada por el clero”. De acuerdo con el mismo Sáenz, estos “templos de cultura igualitaria” debían multiplicarse para que México avanzara hacia el progreso y la modernidad. El Centro Escolar Revolución era el modelo a seguir, aún cuando se tratara de una meta casi imposible.
“una escuela con conciencia de clase […] que lucha contra el fanatismo religioso y contra los prejuicios […] que nos conduzca a una interpretación racional del universo.”
Un modelo socialista de educación
Ya entrado el gobierno de Lázaro Cárdenas, el Centro Escolar Revolución logró por fin un modelo integral de Educación Socialista, por lo cual, además de la educación de las aulas, los alumnos también recibieron educación técnica, artística y deportiva. De acuerdo con Angélica Beltrán, a partir de ese momento, el Centro Escolar Revolución ya no sería un templo, “sería escuela y fábrica”, enfocada al “trabajo individual y colectivo”.
“Una escuela que siempre se activa, funcional, socializante, en que lo humano no tenga la limitación egoísta de lo individual, sino que desborde el sentido de lo colectivo, de lo universal. Una escuela que enseñe que para ser libre hay que renunciar a las arbitrariedades.”
Sostenía Luis Tijerina, entonces oficial mayor de la Secretaría de la Educación Pública.
A diferencia de la meta inicial de esta escuela, cuya meta era ser un modelo para el sistema educativo completo, ahora era una escuela única que llamaba la atención de todos. Las clases, para niñas y niños, iniciaron por fin el 15 de abril de 1935.
Patrimonio artístico del Centro Escolar Revolución
Dos años después de sus funciones como escuela, el Centro Escolar Revolución recibió esculturas y vitrales de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Entre sus obras destacan los murales de Aurora Reyes, un conjunto escultórico titulado “Educar es redimir” de Muñoz García.
Actualmente, el Centro Escolar Revolución cuenta con dos estancias infantiles, dos escuela primarias y dos escuelas secundarias. Fue declarado como Monumento Artístico por el Instituto de Bellas Artes mediante decreto presidencial el 16 de noviembre de 2018.
Fuente: Beltrán Trenado, Luz Angélica (2009). Centro Escolar Revolución: la construcción de un espacio escolar. Tesis de maestría, UNAM.
