Chapultepec Polanco (Distrito Federal)
La Ciudad de México, la urbe que cobija todos los signos, la que se parece a todas las grandes ciudades del mundo pero que no es como ninguna, presume, sin duda, del área de Chapultepec-Polanco, ubicada en el centro-poniente de la ciudad, entre el Anillo Periférico y el Circuito Interior, en la parte más hermosa de la avenida más hermosa: el Paseo de la Reforma.
El inventario del área sería imposible: museos, hoteles, restaurantes, galerías, muestras de la mejor arquitectura de México, parques… todo concentrado en un punto único de la ciudad por sus posibilidades culturales, su belleza y su lujo. Para emprender el recorrido por la región de Chapultepec-Polanco habría que distinguir tres zonas en su interior, aunque en realidad están totalmente integradas y sería imposible concebir a una sin el concurso de las otras.
En la parte más al sur de la región, atravesada por el Paseo de la Reforma, nos encontramos con el muy antiguo pero tan vigente y contemporáneo Bosque de Chapultepec, primera sección, donde se ubican al menos cuatro de los más importantes museos del país: el Nacional de Historia, el Nacional de Antropología, el de Arte Moderno y el Rufino Tamayo, además del centro de espectáculos y artes escénicas más relevante de la ciudad, el Auditorio Nacional. En el centro de Polanco, en el área que se encuentra a lo largo de la avenida Presidente Masarik, está la zona comercial, marcada por la presencia de las más importantes firmas comerciales, restaurantes, bares, librerías, hoteles, etcétera, del más alto nivel y calidad. Y una tercera zona hacia el norte de la colonia Polanco cuya vocación habitacional no limita las posibilidades de un gran disfrute, con su arquitectura de estilo sirio-libanés, californiano y art déco.
Seguramente Polanco es la más “europea” de las colonias de la ciudad. No es casual, pues, que la mayoría de las embajadas diplomáticas en México tengan sus oficinas en esta zona. Ello genera un ambiente cosmopolita y rico en oportunidades que le permitirá descubrir una perspectiva contemporánea y diversa del país.
Polanco es, ante todo, sinónimo de riqueza, de belleza y de confort. Un visitante de la ciudad podría llenar su tiempo sin necesidad de salir de la zona y llevarse la grata sensación de haber conocido una ciudad cosmopolita, profunda y divertida. Y no se equivocaría.
Polanco, construido sobre los antiguos campos de la Hacienda de los Morales en las postrimerías del siglo XIX, creció al abrigo del Bosque de Chapultepec; luego, elegido como zona residencial por los sectores económicamente más poderosos, en la segunda mitad del siglo pasado se convirtió en sinónimo de elegancia y buen gusto; hacia la década de los ochenta el impulso comercial y su excelente ubicación modificaron ligeramente su característica habitacional y se fue llenando de boutiques de los más importantes diseñadores de la moda internacional, de galerías con muestras de los artistas plásticos de mayor renombre, de restaurantes con cartas magníficas, de hoteles de gran turismo, de cafeterías y bares que se instituyeron como los centros de reunión de intelectuales y hombres de negocios; así, Polanco se transformó en una zona destinada al disfrute de la vida, de lo más exclusivo y placentero de la vida.
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