Chimalhuacán, un jardín secreto de olivos productores de aceitunas
¿Sabías que Chimalhuacán posee árboles con más de 300 años de edad que producen aceituna y aceite?
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¿Sabías que Chimalhuacán es un centro productor de aceitunas? A lo largo de su historia, la gastronomía mexicana se ha enriquecido de los ingredientes y recetas de todo el mundo. Sin embargo, la producción o siembra de ciertos insumos aún nos parece extraño, pues hasta hace poco aún existía una marcada línea que separaba a las culturas.
Éste es el caso de los olivos, árbol mediterráneo que si bien se consume en España, no tuvo impacto en México durante la Colonia debido a las restricciones impuestas por el gobierno español. Sin embargo, la siembra de pequeños lotes de olivos fue posible, y por más sorpresivo que sea, se mantiene en algunas regiones poco pensadas: Chimalhuacán, Estado de México.
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De acuerdo con El escondido reino de la aceituna en Chimalhuacán de Dalila Carreño, las propiedades de los terrenos de esta región mexiquense son óptimas para la producción del olivo y la aceituna; algo poco pensado para la región centro de México. Esto se debe a que Chimalhuacán posee dos tipos de suelo: feozem, que es rico en materia orgánica, y solonchak, rico en sales y que no es aprovechable para la agricultura.
Pese a que la producción de aceitunas en Chimalhuacán es mínima –tan sólo 30 toneladas anuales–, representa el medio de subsistencia de algunas familias, así como el mantenimiento de una tradición sorprendente si se piensa que se trata de una de las zonas más estigmatizadas de la megalópolis del centro de México.
Chimalhuacán posee olivos con más de 300 años de vida
Según la investigación de Carreño para Goula, los primeros olivos de América se encuentran en el atrio de la Iglesia de Huexotla en Texcoco, municipio aledaño a Chimalhuacán. Dichos ejemplares tienen cerca de 500 años de antigüedad y poseen troncos de hasta seis metros de diámetro.
Mientras tanto, los olivos de Chimalhuacán tienen una data de aproximadamente 350 años de edad –según las investigaciones hechas por la Universidad de Chapingo–. El arraigo por la producción de aceitunas en el municipio es tal, que Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) capacita a los habitantes que actualmente forman parte de esta industria; esto les permite conocer mejor las condiciones de vida y características del árbol, con la finalidad de tener una mejor calidad en el producto.
Don aceituno
Un ejemplo de productores es la familia Barragán Buendía, cuyo padre es apodado con el nombre de «Don Aceituno», título que también le da nombre a su marca. La familia produce cuatro tipos de aceituna: gordal, manzanilla, picual y arbequina. Sus productos se venden en mercados orgánicos, pues no usan pesticidas. Entre las opciones de compra se encuentra el Huerto Roma Verde de la colonia Roma y sus redes sociales. También comercializan aceite, jabones y otros productos hechos con el aceite de oliva.
«Una gran cantidad de árboles se encuentran en los patios y son 100% productivos. Hay árboles que nos dan hasta 500 kg de aceituna», menciona Elisa Buendía en una entrevista para Forbes, para luego mostrar cómo se realiza la conserva de aceitunas en salmuera. Se calcula que en Chimalhuacán existen cerca de 200 ejemplares de olivo.
De acuerdo con esta familia, que no se limita al expresar su arraigo y amor por Chimalhuacán, la producción les permite ofrecer productos distintos, sanos y hechos en México. Por ello, invitan a las personas no sólo a consumir los artículos de Chimalhuacán, sino a visitarlo y a descubrir su cultura y tradiciones, entre ellas la Feria de la Aceituna que se celebra cada año durante el mes de diciembre.
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