Conoce un Tzompantli real expuesto en el Castillo de Chapultepec
El tzompantli es uno de los elementos rituales más relevantes para la cultura mexica. Los altares se dedicaban a Huitzilopochtli y a Tláloc.
El Tzompantli fue uno de los elementos rituales más relevantes para la cultura mexica, por ello el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, expone el altar de Tecoaque.
«Los 14 cráneos expuestos en la Sala 1 del recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), adscrito a la Secretaría de Cultura federal, es evidencia de un hecho trascendente en nuestro devenir: la captura y progresiva inmolación de 450 personas en Zultépec, “Cerro de las codornices”, en náhuatl, un sitio localizado en lo que fue la frontera de la región acolhua -aliada de la Triple Alianza, encabezada por México-Tenochtitlan- y el señorío tlaxcalteca», menciona un comunicado del IAH.
Los tzompantlis son altares que se formaban con los cráneos de personas sacrificadas en tributo a Huitzilopochtli, dios de la guerra y el sol, así como de Tlaloc, dios de la lluvia.
El Tzompantli de Tecoaque
El altar está compuesto por 14 cráneos humanos que se encontraron en la zona arqueológica de Zultépec-Tecoaque, Tlaxcala, en 1991.
Al ser descubiertos estos restos presentaban perforaciones en las regiones parietotemporales, huellas que permiten deducir su pertenencia a un tzompantli, o «muro de calaveras».
De acuerdo con los investigadores, este muro de calaveras estuvo originalmente en la plataforma adosada al Templo de Quetzalcóatl en dicha zona arqueológica.
Los cráneos corresponden a siete personas de género femenino y a otros siete masculinos. Con su exhibición el Museo Nacional de Historia pretende generar una narrativa que aborde el proceso de la invasión española en su complejidad.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el tzompantli de tecoaque ofrece evidencia sobre la captura e inmolación de 450 personas en Zultépec, en el siglo XVI.
Persecución y captura en el Cerro de las codornices
Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia, señaló que 450 personas, varones y mujeres, partieron de la costa de Veracruz y su misión era transportar importantes propiedades de Hernán Cortés.
Sin embargo, fueron perseguidos, para finalmente ser capturados por indígenas, durante un periodo que abarca entre junio de 1520 y marzo de 1521.
Destaca que entre los cautivos se encontraban europeos, tlaxcaltecas, totonacos, mayas, mestizos, mulatos y zambos.
Posterior a la captura, estas personas se ofrendaron a las divinidades mexicas en la zona de Zultépec, que en náhuatl significa «cerro de las codornices». Después de estos actos, el sitio se rebautizó como Tecoaque, que se traduce como «donde se los comieron».
Por otro lado, los cráneos que se exponen en la Sala 1 del Museo Nacional de Historia corresponden a personas europeas, así como a una mulata e indígenas mesoamericanos, según los estudios antropofísicos.
Tzompantli, un elemento ritual para la vida
Desde hace algunos años aumentaron los hallazgos arqueológicos de entierros y ofrendas en el Templo Mayor, con altares dedicados principalmente al dios Huitzilopochtli, dios de la guerra y el sol, así como de Tláloc, dios de la lluvia.
Una parte de la ritualidad de los mexicas era la de realizar una serie de sacrificios dedicados al sol, para que el ciclo de la vida continuara cada vez y no se detuviera, involucrando un pedimento a la lluvia para que la tierra continuara con su proceso vital y las cosechas no faltaran y fueran abundantes.
No pierdas la oportunidad de presenciar este elemento fundamental para la cultura mexica y visita el Museo Nacional de Historia, que se encuentra en Chapultepec.