Consejos de las madres mexicas a sus hijas para ser buenas ciudadanas
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Consejos de las madres mexicas a sus hijas para ser buenas ciudadanas

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Estos son algunos de los consejos que las madres mexicas daban a sus hijas cuando eran niñas, jóvenes e incluso recién casadas.

Las madres mexicas preparaban a sus hijas para enfrentarse al mundo, lo hacían a través de una serie de consejos en los que les enseñaban a conducirse con moral y decoro, tanto con sus padres, familiares, desconocidos y el futuro marido.  

Esto se supo por una recopilación hecha por el sacerdote jesuita Francisco Javier Clavijero, a los escritos de misioneros Motolinía y Fray Bernardino de Sahagún, quienes describieron las costumbres de los habitantes de Tenochtitlán durante la conquista.  

Los consejos parecen estar divididos en aquellos que se enseñaban a las niñas, jóvenes y recién casadas, aquí les dejamos 9 de ellos.

1. “Hija mía, nacida de mi sustancia, alimentada con mi leche, he procurado criarte con el mayor esmero, y tu padre te ha elaborado y pulido a guisa de esmeralda, para que te presentes ante los ojos de los hombres como una joya de virtud. Esfuérzate en ser siempre buena”.  

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2. “La vida es trabajosa y es necesario echar mano de todas nuestras fuerzas para obtener los bienes que los dioses nos quieren enviar, pero conviene no ser perezosa ni descuidada, ni diligente en todo”.

3. “Donde quiera que vayas preséntate con modestia y compostura, sin parar apresura el paso, sin reírte de las personas que encuentres, sin fijar miradas en ellas, sin resolver ligeramente los ojos a una parte y a otra, a fin de que no padezca tu reputación. Responde cortésmente a quien te salude o pregunte algo”.

4. “Empléate diligentemente en hilar, en tejer, en coser y en bordar, porque así serás más estimada y tendrás lo necesario para comer y vestirte. No te des al sueño, ni descanses en la sombra, pues la inacción trae consigo la pereza y otros vicios”.

Hasta el momento se han dado a conocer las enseñanzas relaciones con el comportamiento que las hijas debían de tener  en los primeros años de vida, ahora colocamos lo que parecen indicaciones para conducirse en la juventud y el matrimonio.  

5.  “Evita la familiaridad indecente con los hombres y no te abandones a los perversos apetitos de tu corazón, porque serás el oprobio de tus padres y ensuciarás tu alma, como el agua con el fango. No te acompañes con mujeres disolutas, ni con las embusteras, ni con las perezosas; porque infaliblemente infectarán tu corazón con su ejemplo”.

6. “Atiende a las cosas domésticas y no salgas fácilmente de tu casa ni andes vagando por las calles, el mercado o los caminos; porque en esos lugares encontrarás el daño y la perdición. Mira que el vicio mata como las hierbas venenosas y que una vez admitido es muy difícil dejarlo. Si yendo por la calle te encontrare algún joven atrevido y se riere contigo, no le correspondas, sino disimula y pasa adelante. Si te dijere alguna cosa no le contestes, ni atiendas a sus palabras, y si te siguiere no vuelvas a verle, porque no le enciendas más la pasión; si así lo hicieres él se cansará y te dejará en paz”

7. “No entres en casa ajena sin urgente motivo, porque no se diga o se piense algo contra tu honor, pero si entras en casa de tus parientes, salúdalos con respeto y no estés ociosa, sino toma inmediatamente el uso o empléate en lo necesario”.

8. “Cuando te cases respeta a tu marido y obedécelo diligentemente en lo que te mande. Acógelo amorosamente en tu seno, aunque sea pobre y viva a tus expensas”.

9.  “Sé limpia y trabaja en tener bien concertada la casa; sirve el agua de manos a tu marido y haz el pan para la familia. Por donde quiera que vayas ve con mucho recato y mesura, no apresurando el paso ni riéndote con los que encuentres, ni mirando de lado, ni fijando la vista en los que vinieron hacia ti, sino ve tu camino, especialmente si vas acompañada; de esta manera alcanzarás mucha estimación y buen nombre. A los que te saludaren o preguntasen algo, responde cortésmente, porque si callas te tendrán por necia”.

Para los investigadores, como María J. Rodríguez Shadow, la cultura mexica es evidentemente patriarcal y orillaba a las mujeres a la sumisión masculina, pese a su importante contribución a la economía y al orden familiar.

Por eso algunos opinan que las enseñanzas de las madres mexicas a sus hijas son evidencia de la construcción de un rol, de honor, sabiduría y obediencia a su esposo.

¿A qué conclusiones llegan ustedes?

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