Creel - México Desconocido
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Creel

Chihuahua
Creel fifu

En este Pueblo Mágico abrigado por la Sierra Tarahumara descubrirás enormes formaciones rocosas, bosques, cascadas y antiguas tradiciones rarámuri.

En el corazón de la Sierra Tarahumara, Creel es la puerta de entrada a un sinfín de bellezas naturales, entre bosques, peñas, cuevas, las espectaculares Barrancas del Cobre, los lagos, cascadas y ríos, además de sus misiones y las tradiciones de la cultura rarámuri. También es el paso del tren Chihuahua al Pacífico.

Se ubica a 247 kilómetros al sureste de la ciudad de Chihuahua, sobre las partes altas de la Sierra Madre Occidental, conocida como Sierra Tarahumara. En 1907, al ser inaugurada la estación del tren, se le dio su actual nombre, en honor al famoso gobernador local Enrique Creel. Al paso de las décadas, este pueblo ganó importancia por su industria maderera y como nudo de comunicaciones de la sierra. Los viajeros descubrieron poco a poco los múltiples atractivos naturales que lo rodean, por lo que hoy es un punto imprescindible del “estado grande”.

Conoce más

Creel se encuentra en el parteaguas de la Sierra Tarahumara. Los arroyos que nacen a unos cuantos kilómetros al oriente, son parte de la cuenca del río Conchos, afluente del río Bravo. Los del sur y el poniente, como el arroyo San Ignacio, ya alimentan los ríos de la Barrancas del Cobre, que desembocan en el Pacífico.

Lo típico

La artesanía más tradicional de los rarámuri es la cestería, en especial los wares, canastas tejidas con palmillas. Pero en fechas recientes, han incursionado con gran maestría en productos de madera tallada, objetos decorativos y muebles; objetos de barro y artículos de lana. Podrás encontrar estas piezas en el Museo o Casa de las Artesanías, instalado en la antigua estación del ferrocarril. Asesorados por escuelas italianas, los rarámuri también comienzan a fabricar violines de una calidad extraordinaria. Podrás comprar más objetos artesanales en San Ignacio Arareko.

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Plaza de Armas

Lo más notable de este agradable es pueblo maderero está en la Plaza de Armas y sus alrededores inmediatos. En medio de la explanada arbolada hay un sencillo quiosco y un monumento a Enrique Creel.

Sus iglesias

En la esquina noreste de la plaza se levanta la Iglesia de Cristo Rey de estilo neogótico y junto a ella, el Templo de Nuestra Señora de Lourdes, ambas construcciones muy austeras del siglo XX. En el costado poniente de la plaza no hay que perderse la Casa y Museo de las Artesanías, dedicado a los rarámuri.

Hacia el poniente del pueblo, hay un mirador natural en lo alto de una colina, donde se encuentra un Monumento a Cristo Rey, una imagen de ocho metros de altura de Jesucristo con los brazos abiertos, que ya es una figura emblemática de Creel.

Las peñas y el Valle de los Monjes

En los alrededores boscosos se levantan varias peñas que son ideales para escalar, comunicadas entre sí por veredas para caminar o practicar ciclismo de montaña. Un ejemplo es el Valle de Bisabírachi –unos kilómetros después de San Ignacio Arareko– conocido también como el Valle de los Monjes (también llamado "Valle de los Dioses"), con puentes de piedra y varias cuevas. Otros son el Valle de Los Hongos y el Valle de Las Ranas.

San Ignacio Arareko

Se encuentra a ocho kilómetros de Creel. Se trata de una comunidad rarámuri rodeada por bosques y formaciones geológicas; el pueblo conserva un templo sencillo, edificado a inicios del siglo XX.

Cascadas de Rukíraso

Este paraje está a 20 kilómetros al sur. Las cascadas caen a una altura de 30 metros en la Barranca de Tararecua, visibles desde los miradores, con caminos para andar en bicicleta.

Aguas termales de Recowata

A 15 kilómetros al sur se ubica este sitio revela que la actividad ígnea no es cosa del pasado.

Cusárare

Este pueblo, a 20 kilómetros de Creel, tiene una misión del siglo XVII y una cascada que vale la pena visitar en época de lluvias.

Divisadero

A 50 kilómetros, ya sea por carretera o por el Ferrocarril Chepe, se halla este inmejorable punto turístico de observación de la Barranca del Cobre de Urique, junto al Parque de Aventuras, donde hay un teleférico, hotel y veredas para visitar parajes increíbles en los bordes superiores de los paredones rocosos.

También conoce los pueblos enclavados en el complejo geológico de Barrancas del Cobre, tales como Batopilas, Guachochi y Basaseachi. Aunque algo alejados, visitarlos representa una de las experiencias más emotivas en México.

El poblado de Creel fue llamado originalmente Rochivo por los rarámuri.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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