Cuando unos niños italianos quemaron el Códice Borgia, clave para los antiguos mexicanos
Te contamos la historia de cuando unos niños quemaron el Códice Borgia, que encontraron en el palacio de los príncipes Giustiniani.
El mismo Alejandro de Humboldt cuenta esta increíble historia sobre el importante Códice Borgia. Que los sirvientes de la familia de los príncipes Giustiniani encontraron en el palacio una tira de papel enredado como un acordeón con dibujos que les parecieron monstruosos pero sin importancia alguna.
Los niños y su «juguete»
Al considerar que este acordeón con imágenes incomprensibles carecía de valor, se lo dieron a sus propios hijos. Se desconoce cuánto tiempo los infantes tuvieron esta tira de papel en sus manos, ni si lo tallaron, rayaron o lo llenaron de alguna melaza, lo que sí se sabe es que un día los niños decidieron prenderle fuego.
Stefano Borgia rescató el «juguete»
Justo en ese instante el cardenal italiano Stefano Borgia iba pasando por el lugar; como amante de las antigüedadesm se percató que lo que los rapazuelos estaban quemando no era un papel cualquiera sino algo de mucho mayor valor, así que se los arrancó de las manos enseguida.
Una vez poseyendo la tira de papel, Borgia notó que las llamas alcanzaron a quemar las páginas 1 y 2 del anverso, así como las 74, 75 y 76 del reverso, por lo demás el documento estaba entero, legible y comprensible, con el tiempo se le llamó primero “Códice mexicano” y más tarde Códice Borgia. De ser correctos, todos estos hechos habrían ocurrido en la segunda mitad del siglo XVIII en Italia.
La importancia del Códice Borgia
Investigadoras como Maria Sten, consideran que todos los mexicanos deberíamos estar en eterno agradecimiento con el cardenal Stefano. Esto porque el Códice Borgia ha permitido entender el dual concepto filosófico que se expresa en las acciones de Quetzalcóatl, dios bueno, y de su hermano gemelo Xólotl, dios malo.
“El códice, de 14 fragmentos y 10 metros de largo, es uno de los más bellos que se conocen. (es importante) Su carácter augural, la historia del nacimiento de los dioses…”,
Maria Sten
Stefano de Borgia era un verdadero erudito con una amplia colección que bien podría haber sido calificado de un museo en sí, pues gustaba de mostrársela a los intelectuales de la época; no obstante, nunca escribió sobre cómo adquirió el “códice mexicano”.
Por tanto, algunos suponen que la versión sobre los niños pasó de boca en boca, hasta que la escribieron Humboldt y Eduard Seler en sus renombrados comentarios sobre el Códice Borgia, publicados en 1904. Como fuera, estamos seguros de que este documento aún tienen mucho qué decirnos.