Cultivo artesanal del camarón blanco en Sinaloa
En los estuarios del norte de Mazatlán, Sinaloa, los pescadores se preparan para la cosecha anual del camarón blanco.
A estos estuarios se les denomina humedales temporales debido a que en la temporada de estiaje gran parte del agua se evapora por los vientos y los rayos del sol, dando lugar a grandes marismas. En los estuarios de La Escopama, El Tapahuito, El Guayabal y Mármol los pescadores de las cooperativas “Veteranos de la Revolución Mexicana” y “José María Canizales” se preparan para la cosecha anual del camarón blanco.Cada uno de estos humedales se conecta con arroyos intermitentes que se abastecen de agua dulce durante la temporada de lluvias (julio-octubre), que se mezcla con el agua salada que entra al sistema, ya que la cooperativa a finales de junio abre la “boca” (entrada de agua salada al sistema) de los estuarios con ayuda de un buldózer, para que entre la larva del camarón del mar al estuario, aprovechando la presencia de mareas vivas.En los estuarios hay unas estructuras denominadas “tapos” o artes fijas de pesca, y canales con alusión a las marismas que sirven de viveros para el camarón.
Estas estructuras se planean y construyen previamente por los cooperativistas. La función principal de los “tapos”, en síntesis, es filtrar las aguas para retener el camarón dentro del estero hasta que tenga la talla óptima para iniciar la cosecha.Para que el camarón tenga la talla comercial deben transcurrir algunos meses, por lo que los pescadores deben vivir en campamentos establecidos para vigilar y no ser robados por los “changueros”. La mayoría de las veces el robo ocurre durante la noche, por lo que en la directiva de las cooperativas se decide vigilar por turnos día y noche.
Debido a las grandes extensiones de los diferentes esteros, en los canales más lejanos y escondidos hay chozas construidas sobre pilotes al margen del espejo de agua, o en las orillas del estuario, que cuentan con lo esencial para subsistir: camas hechas de vara y una primitiva cocina. En el estuario El Guayabal la pesca da inicio a mediados de enero. Los cooperativistas y socios llegan al atardecer y empiezan la cosecha. El líder decide dónde colocar a cada persona, su función y la obligación que deberá desempeñar durante toda la noche. Una vez que todos están listos, abren las compuertas del “tapo” para que salga el chorro de agua que cae directamente a la red que se encuentra del lado opuesto del “tapo”.
Una vez que la red se llena de crustáceos y peces, se vacía en una jaba y se lleva a la mesa de limpieza en donde se separa el camarón de la fauna de acompañamiento (peces y crustáceos) por tamaño y especie. Una vez iniciado el trabajo, no hay tiempo para descansar. Las jabas se empiezan a llenar rápidamente con el preciado marisco. Parece ser que es una buena temporada, comentó “El Licenciado”. El intermediario se encuentra listo para realizar la compra del producto; pesa las jabas llenas de camarón y enhiela el producto para que llegue fresco a su destino en algún lugar del país. Durante la noche se cosecharon aproximadamente tres toneladas. A los trabajadores se les notaba cansados; sin embargo, tenían una sonrisa en sus caras debido al éxito obtenido durante la captura.
LOS ESTUARIOS: ECOSISTEMAS QUE MERECEN PROTECCIÓN
Una de las características más importantes que presentan los estuarios (aestus=marea), es que son regiones parcialmente semicerradas en donde los ríos se encuentran con el mar, y aquéllos, a su vez, están clasificados entre los ecosistemas marinos más productivos. Cada uno de los estuarios mencionados en el artículo tiene sus propias características físicas que influyen en su ecología, pues incluyen la cantidad de vertimiento del río, profundidad y topografía general, régimen climático y el intervalo de marea. Es muy común que el nekton costero (animales pelágicos capaces de nadar en contra de una corriente: peces y mamíferos marinos) hagan uso de los estuarios como lugares naturales de engorda.
Debido a que los estuarios son por naturaleza altamente productivos, también han sido favorecidos para el cultivo de mariscos, ya que una gran variedad de crustáceos y moluscos se concentran en este ecosistema.Un ejemplo de ello son los camarones adultos que desovan en mar abierto; los estadios larvarios jóvenes (nauplio, protozoea y mysis) se mueven hacia la zona costera encontrándose con la boca de los estuarios; luego se introducen al sistema en donde los estadios juveniles y adolescentes encuentran comida y protección necesarias para el crecimiento rápido en los manglares, bahías someras y marismas. Un rasgo común de los estuarios es la presencia de manglares, unas de las pocas plantas terrestres emergentes (angiospermas) que toleran las salinidades del mar.
Dentro de los géneros dominantes presentes en estos estuarios se encuentra el mangle rojo (Rhizophora mangle), el mangle negro (Aviccenia germinans) y el mangle blanco (Laguncularia racemosa). La dependencia en Sinaloa de estas importantes pesquerías comerciales sobre los estuarios es una de las mayores razones económicas para su conservación. Sin embargo, recientemente muchas pesquerías estuarinas se han cerrado debido a la acumulación de pesticidas, tala sobre el manglar y, actualmente, la conversión de los estuarios en Marinas. Todas estas formas antrópicas de alteración y conversión alteran gravemente la estructura del ecosistema estuarino.
SI QUIERES VISITAR ALGUNO DE LOS ESTUARIOS
Una vez en Mazatlán deberá dirigirse al norte por la autopista núm. 15 con destino a Culiacán. El estuario El Guayabal se encuentra en el km 19; Mármol justo antes de llegar a la primera caseta de cobro; La Escopama y El Tapahuito se ubican al norte del Hotel Emerald Bay.
