Damián Alcázar: un viajero de película
Damián Alcázar considera que viajar es un placer y hasta cierta forma, una obligación para todas las personas que habitamos este mundo.
Damián Alcázar es un actor renombrado a nivel internacional: tiene en su currículum más de 100 películas, en las que se destaca por protagonizar comedias satíricas como la Ley de Herodes o El Infierno, dirigidas por Luis Estrada.
Nació en Michoacán, pero creció en Guadalajara, a donde se mudó con sus papás a los tres meses de nacido. A los 6 años vivió entre México y Tlaxcala con su abuela materna, y a los 27, se fue a vivir a Veracruz.
Damián se autonombra “un viajero goloso”, pero cuenta con orgullo que nada te hace olvidar tu propia tierra.
“De Michoacán recuerdo cuando iba de visita y mi abuela me llevaba a la plaza a comer camote con leche. Me acuerdo también de las hormigas: en el Bajío se dice que si te paras descalzo en un hormiguero y te muerdes la punta de la lengua, las hormigas no te pican… pero yo creo que la solté por un momento, porque me picó una en el dedo pequeño del pie”.
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Para el actor y activista político viajar es un placer y aunque lo hace seguido por trabajo, procura hacerlo también por el puro gusto de moverse y encontrar cosas nuevas.
“Me considero un viajero caminador. Dondequiera que voy compro cosas, aunque sea pequeñitas”.
Saca una bolsa de hormigas culonas que compró en Colombia y se mete una a la boca.
“Me encanta llevar cosas para regalar a mis amigos. Para mí casi siempre compro sombreros”.
Damián Alcázar: “Uno cae en este mundo; lo menos que puede hacer es conocerlo”.
Como buen goloso, tiene muchas comidas preferidas. Le encantan:
- la barbacoa
- el mole
- el pan de cazón
- los tacos de mariscos de Baja California y Sonora,
- el zacahuil de San Luis Potosí,
- los gusanos de maguey de Hidalgo….
- Y ¿cómo olvidar esos chilitos rellenos de picadillo dulce de Naolinco, en Veracruz?
“Siempre pruebo de todo. ¡Lo malo es que me lleno muy fácil! A veces me gustaría ser grandotote para poder comer más”.
Viajar por México
Damián profesa un gran amor por México y una de sus grandes pasiones es recorrer el país en carretera. Uno de sus principales recuerdos de estos viajes es el que realizó por el desierto de La Rumorosa:
“Es un paraje lunar en donde estás en absoluto silencio, donde el espacio vibra. Por la carretera de Tuxpan hacia San Luis Potosí, que atraviesa por la Huasteca, hay un lugar donde te encuentras con seres fantasmales; después te das cuenta de que son piedras enormes resguardando cada lado de la carretera”.
Aunque confiesa que no tiene auto, pero le gustaría comprar una 4×4 o una jeep para adentrarse en el desierto mexicano.
“Haciendo la película en Bajo California me di cuenta de que cada 10 kilómetros el desierto cambia; a veces hay arena muy suave, a veces piedritas, a veces unas lajas enormes, a veces un poco de zacate y hierba, a veces montañas y declives… Del desierto me gustan los cielos, el silencio y los paisajes cambiantes”.
Damián ya piensa en su próximo destino de viaje, será San Miguel de Allende un lugar al que siempre vuelve.