De Mérida a Palenque: la cultura maya por tren

ANTES DE PARTIR: CONOCE MÉRIDA

Nuestro viaje por tren en la península de Yucatán viaje inicia en la blanca y hospitalaria Mérida, que cada día ofrece más alternativas a sus visitantes. La Plaza Mayor es señorial y llena de movimiento. En uno de sus lados se encuentra la Casa Montejo, joya colonial que fuera hogar de los fundadores de la ciudad en 1542, y al otro el Palacio de Gobierno, edificio que alberga 27 murales del maestro yucateco Fernando Castro Pacheco; también se observa el Palacio Municipal, entre cuyos arcos los lugareños disfrutan de algún platillo típico o de un humeante café.

A un costado se levanta el Centro Cultural Olimpo con un amplio programa cultural; asimismo, destaca el Ateneo, que alberga el Museo de Arte Contemporáneo con colecciones y exposiciones temporales. Entre el museo y la catedral se encuentra el pasaje escultórico con espléndidas piezas. La catedral de Mérida, construida entre 1561 y 1599, cuenta con cúpulas y columnas románicas; en el altar un estilizado Cristo y en el coro un magnífico órgano.

Sobre la calle 60 se despliega la Plaza Hidalgo que es dominada por el Gran Hotel con más de cien años hospedando a distinguidos visitantes de la ciudad. Ahí también se encuentra la iglesia de Jesús y el famoso café Express, donde se reúnen lugareños y turistas. Continuando por la misma calle está la Plaza de la Madre con el teatro Peón Contreras, templo de la cultura en Mérida; más adelante se llega a la Plaza Santa Lucía con su hermoso templo y eventos culturales los fines de semana.

Desde esta plaza se accede al Paseo Montejo, arteria principal de la ciudad que está flanqueada por magníficos edificios como las hermosas casas gemelas y el Palacio Cantón que alberga el Museo Arqueológico del INAH, con la más importante colección de arte maya de la región. Continuando por el paseo se llega hasta el Monumento a la Bandera. Para las compras vale la pena visitar la Casa de las Artesanías, en el antiguo Convento de las Monjas, o ir al mercado municipal “Lucas de Gálvez”.

Se recomienda visitar Izamal, a sólo 40 km de Mérida, donde podrá apreciar cinco pirámides mayas. En el siglo XVI, los franciscanos construyeron sobre una de ellas el convento de Izamal, joya colonial con uno de los atrios más espectaculares de América.

El conjunto es armonioso y caprichoso; la comunidad limpia, tranquila y pintoresca, con sus fachadas bien pintadas y las calles adoquinadas, ideal para caminar, aunque son típicas las calesas que se encuentran en la plaza principal y en las cuales puede recorrer la ciudad y visitar sus vestigios arqueológicos: Kinich, Kakmo, El Conejo, Kabul e Itzamatul.

AHORA SÍ, EL VIAJE EN TREN POR YUCATÁN

Al día siguiente, a las 7:00 a.m., sale el tren hacia Palenque; tres horas después se llega a una vieja estación: Maxcanu, donde un autobús nos aguarda para llevarnos a Uxmal, que junto con Kabah, Sayil y Labná, pertenece a la llamada Ruta Puuc, conocida así por su estilo arquitectónico: construcciones revestidas con piedra formando conjuntos orientados con precisión y en armónico equilibrio ricamente ornamentados con mosaicos que forman motivos geométricos, columnillas, mascarones antropomorfos y representaciones humanas, entre otros elementos.

Uxmal, construido alrededor del 750 al 1000 d.C., es sin duda el sitio más representativo y espectacular del estilo Puuc. Según las crónicas, Uxmal fue fundada por un grupo maya foráneo: los xiu, cuyo origen está en duda; sin embargo, la mayoría coincide en que vinieron de la región adyacente a la Chontalpa, en la costa del Golfo. A finales del siglo IX y principios del X, Uxmal llegó a ser la ciudad más grande de la región Puuc, pues la urbe cubría un área aproximada de 8 kilómetros cuadrados.

Al entrar al conjunto el primer edificio en aparecer es la Pirámide del Adivino, la más grande y espectacular que antecede al magnífico conjunto del Cuadrángulo de las Monjas, que en sus cuatro edificios posee elaborados diseños de mosaicos de piedra, que incluyen mascarones de larga nariz, grecas angulares, páneles con motivos en zigzag y una serie de figuras humanas.

Continuando nuestro recorrido encontramos el juego de pelota y más adelante el Palacio o Casa del Gobernador, con una longitud de casi 100 m y decorado con una de las fachadas esculpidas en piedra más elaboradas de la región Puuc. Después aparece la Gran Pirámide con sus detalles en la fachada de tecolotes esculpidos; desde aquí se divisa hacia el poniente el impresionante Palomar.

De regreso al tren continuamos el trayecto hacia la ciudad de Campeche. Durante nuestra visita vimos los muros que fueron construidos en el siglo XVII para proteger la ciudad de los ataques piratas; aún se observan los baluartes, algunos habilitados como museos. Al interior de las murallas se ven callejones, casonas coloniales multicolores y templos; destaca la plaza principal con su bello quiosco y la imponente catedral al frente. Por la noche no se puede perder el espectáculo de luz y sonido que destaca los edificios y detalles más interesantes del sitio.

SIGUIENTE PARADA: EL CENTOE BALAM

Al día siguiente el tren nos espera. Tres horas después nos detenemos en medio de la selva para visitar el cenote Balam con sus aguas templadas y limpias perfectas para nadar y refrescarse. Sentir la profundidad de estos pozos milenarios alimentados por ríos subterráneos es una verdadera experiencia. Los mayas consideraban a los cenotes lugares sagrados y depositaban ofrendas en ellos; además, en muchos casos representaban el único abastecimiento de agua en cientos de kilómetros.

A medio día el tren retoma su curso hacia la mítica Palenque.

Al caer la tarde por fin llegamos a la estación de Santo Domingo de Palenque, el pueblo está repleto de hoteles y restaurantes para recibir a los miles de turistas que visitan la zona arqueológica.

Al día siguiente, temprano para evitar las horas más calurosas, nos dirigimos al sitio. Al entrar destaca, por su monumentalidad, el Templo de las Inscripciones en cuyo interior fue descubierta la magnífica lápida esculpida en bajorrelieve que cubría los restos del rey Pakal. Frente a este edificio se encuentra El Palacio, con su torre y sus galerías abiertas al interior. Hacia el norte destacan los magníficos templos del Sol y de la Cruz Foliada. Al norte de los edificios principales hay otros como el Templo de los Murciélagos.

La arquitectura de Palenque se adapta al clima excesivamente cálido y húmedo, por lo cual se crearon construcciones de grandes pórticos, techos inclinados y cornisas muy salientes. En época de lluvias el río Otolum presentaba un impetuoso torrente, por lo que se construyó un acueducto dando curso al arroyo y proteger El Palacio. Siguiendo el arroyo se llega a la cascada de La Reina, que es uno de los lugares más espectaculares y donde se puede descansar a la sombra de los helechos.

En tu próximo viaje al sureste mexicano no dudes en hacer este interesante recorrido que te acercará al misterio y a la magia de la cultura maya.

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