De Nuevo Laredo a Puerto Bagdad Tamaulipas. La nueva frontera
El área que hoy delimitan las ciudades de Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa fue antaño una extensa zona árida que apenas presagiaba el fin de lo que fue el antiguo territorio novohispano.
Por ahí corrían las aguas del Río Bravo, que entonces tampoco eran el límite entre estas tierras y los llamados Estados Unidos de Norteamérica. La vocación del suelo de lo que fue Nuevo Santander se inclinó durante la época colonial hacia la agricultura y la ganadería, y en la segunda mitad del siglo XIX llegó el auge inesperado debido a los embarques de algodón que se hacían en barcos de vapor desde el habilitado puerto interior en Mier, para recibir la carga que los sureños enviaban a Europa. Centenares de viajes se hicieron río arriba a lo largo de unos cuantos años; luego de concluida la Guerra de Secesión el algodón tomó nuevamente los caminos del Mississippi.
Todavía quedan, sobre todo en Matamoros y Reynosa, algunos rasgos de la bonanza de aquellos años, pero la historia de esta región tiene otros ecos, otros momentos, no es posible hacer a un lado la época en que proliferaron las fundaciones que en ese entonces fueron la avanzada del régimen colonial, pero que resultaron insuficientes para detener la ofensiva que significó la pérdida del territorio.La cadena de pueblos y ciudades que van de Nuevo Laredo a Playa Bagdad forman hoy una franja fronteriza que ha sabido encontrar en la diversificación el camino para escapar del esquema que concebía a las ciudades de frontera como espacios dedicados a los servicios para visitantes.El arribo del ferrocarril durante el porfiriato y en años más recientes la introducción de modernos sistemas de riego, la instalación de maquiladoras y el tráfico aduanal, hicieron más que viable esta región y la han convertido en una de las economías de frontera más importantes del mundo.
Este desarrollo le ha permitido a Nuevo Laredo y a las otras ciudades fronterizas mantener una relación favorable con sus vecinos, y ha propiciado también el surgimiento de una vida cultural más intensa que incluye exposiciones, ferias de libros y actividades en museos y teatros. Nuevo Laredo cuenta con excelentes restoranes de comida mexicana e internacional. Los que han estado en esta ciudad saben que se puede disfrutar de un excelente cabrito que no le pide nada al que preparan los regios.Con Nuevo Laredo tenemos los mexicanos una deuda pendiente, yo diría que un homenaje nacional para aquellos ciudadanos que al ver su asentamiento original en el territorio de los Estados Unidos, decidieron fundar una nueva ciudad, que preservaría la identidad que le dio vida y que hoy se muestra orgullosa, abierta a los tiempos que corren, pero atada a la memoria de su pasado.
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