Descubriendo México en Bicicleta: Guadalajara en dos ruedas - México Desconocido
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Ecoturismo y aventura

Descubriendo México en Bicicleta: Guadalajara en dos ruedas

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Sigue la travesía en bicicleta por México de Roberto y Annika, y acompáñalos en su paso por la Perla de Occidente.

Estábamos por regresar al lugar en donde todo había empezado y eso nos llenaba de emoción. Estábamos en Tequila, Jalisco y nos faltaban solo 65 kilómetros para llegar a Guadalajara.

Viví 9 años, muy felices, de mi vida en Guadalajara. Fue ahí donde conocí a mi esposa, amiga y compañera de viaje, Annika. Y fue ahí donde los dos empezamos a planear el viaje de nuestras vidas. El viaje alrededor del mundo montados en nuestras bicicletas. De eso ya han pasado casi 7 años, 27 países y 28,000 km en dos llantas.

Después de tanto tiempo estábamos muy cerca de regresar a casa…

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De tour por la ciudad 

Entrar a ciudades grandes en bicicleta siempre es complicado. El tráfico, el ruido, los topes y las calles no facilitan mucho el pedaleo, sobre todo con una bicicleta montada con alforjas.

Después de dos horas y 20 kilómetros de luchar en contra de las inclemencias de la ciudad en su periferia, finalmente entramos a la ciudad.

Lo primero que me sorprendió fue ver varias ciclovías marcadas por la ciudad, especialmente en el centro. También vi calles marcadas que indicaban la preferencia de flujo de bicicletas y bici puertos en casi cada esquina importante.

 Roberto Gallegos

Sin lugar a dudas la ciudad había cambiado mucho en cuestión de movilidad no motorizada en los últimos 6 años.

En Guadalajara nos hospedamos dos semanas con mi mejor amigo Douglas. Con hospedaje patrocinado y muchos amigos por re-encontrar, nos dimos el lujo de disfrutar tranquilamente la ciudad en dos llantas.

El domingo participamos en la Vías Recreativas. Un proyecto que lleva 12 años cerrando este día las calles principales de la Zona Metropolitana de Guadalajara para el libre tránsito de las bicicletas y cualquier transporte no motorizado.

 Roberto Gallegos

Prácticamente toda la Zona Metropolitana de Guadalajara se convierte en un museo que se puede recorrer en bicicleta. Más de 30 kilómetros para recorrer y deleitarse con el legado arquitectónico de la segunda ciudad más importante de nuestro país.

A lo largo de la Vía Recreativa se llevan a cabo diversas actividades culturales, educativas y recreativas tales como acondicionamiento físico, clases de baile, ajedrez, entre otros. Siempre hay algo que hacer para toda la familia.

Annika y yo participamos en un ciclo tour guiado y gratuito organizado por las Vías Recreativas que nos llevó a varios puntos de interés de la ciudad. En esa ocasión visitamos la Casa Vallarta, antigua mansión donde se realizaban  misas clandestinas en épocas de la Guerra Cristera.

También visitamos Los Arcos Vallarta, antigua entrada a la ciudad y finalmente la emblemática Minerva. Lugar donde los tapatíos celebran cada vez que hay un gran acontecimiento nacional. El tour nos pareció magnífico, sobre todo por el hecho de haberlo hecho en bicicleta.

En muy poco tiempo Annika y yo nos volvimos a sentir locales en esta ciudad que nos había dado tanto. En las dos semanas que estuvimos nos dimos la oportunidad de hacer cosas que nunca hicimos mientras vivíamos en la ciudad.

Lo que nunca hicimos…

Visitamos el balneario Los Camachos, un parque acuático en medio del bosque que utiliza el agua de manantial para llenar sus albercas. Cuenta con varios toboganes. En uno de ellos iba tan rápido que cuando salí del tobogán mi traje de baño parecía mi tanga playera.

También hicimos el clásico recorrido a pie por la Barranca de Huentitán, a través de un sendero marcado. Cuatro kilómetros de belleza pura en un ambiente verde y de tierra mojada. Durante el camino nos lloviznó, acrecentando el ambiente de aventura y naturaleza.

Todos los días que estuvimos ahí, Guadalajara se encargaba de recordarnos la razón por la cuál la amábamos tanto.

Siguiente parada

El momento de despedirnos de ella había llegado. Las dos semanas que pedaleamos por sus calles y sus ciclovías se pasaron demasiado rápido. Yo recomendaría a cualquier persona que se anime a vivir la capital del estado de Jalisco, que la recorra montado en dos ruedas. La ciudad se presta en su totalidad para ésta actividad, especialmente los domingos.

Nos dirigíamos hacía el este. El paisaje urbano estuvo presente por casi todo el camino hasta Ocotlán. Justo cuando nuestros ánimos estaban decayendo, apareció una ciclovía para alegrarnos el día.

 Roberto Gallegos

A lo largo de casi 20 kilómetros pedaleamos en un carril para bicicletas que conectaba Ocotlán con Jamay. Annika y yo no dábamos crédito de lo magnífico que esto era para nosotros. En partes parecía Alemania.

Un camino seguro y bien señalado especialmente hecho para andar en bicicleta. No cabe duda que México nunca nos deja de sorprender. Durante nuestro trayecto vimos casas muy coquetas decoradas con flores blancas, rosas y rojas.

 Roberto Gallegos

También pasamos por locales de comida que con sus aromas despertaron nuestro apetito hasta que sucumbimos a uno de ellos. Un restaurante de pollos a la leña, con tortillas recién hechas, dos tipos de salsa y un ambiente familiar.

Jalisco nos había tratado excelentemente. En poco días estaríamos entrando al enigmático estado de Michoacán.

autor Embajadores de México desconocido ¡en bicicleta! #mexicoendosllantas
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