Diabetes, el mayor secreto de Pedro Infante
Cuando Pedro Infante fue diagnosticado con diabetes, esta enfermedad era muy rara, así que él, y todos quienes le rodeaban, decidieron guardar el secreto para no arruinar su carrera en franco despegue.
En un momento entre 1939 y 1950, Pedro Infante Cruz recibió por parte de su médico, una de las peores noticias de su vida: el diagnóstico de diabetes.
Entonces, el mal de la glucosa elevada, era considerada todavía una enfermedad rara en el país. Para darnos una idea, en 1950, el Hospital Juárez de México estimaba que la mortalidad por diabetes en el territorio era de apenas 0.2 por cada 100 mil habitantes, cifra muy alejada de los 119.5 fallecimientos por cada 100 mil de la actualidad.
Todos guardaron el secreto
Lo exótico del padecimiento por aquellos años, hizo que familiares, médicos de Pedro, como el chiapaneco Manuel Velasco Suárez, esposas, e incluso sus amigas cercanas Miroslava Stern y Blanca Estela Pavón, le guardaran celosamente el secreto, probablemente para no afectar la carrera de Infante en franco despegue.
La secrecía sobre el asunto era tan fuerte que solo 53 años posteriores a la muerte del ídolo del pueblo, se dio a conocer este detalle por un investigador yucateco de nombre Luis Vargas Aguilar, durante una conferencia que dictó en la Universidad Autónoma de Yucatán.
En 1950, la insulina apenas daba sus primeros pasos
El miedo por tener diabetes se habría apoderado del actor mexicano, contribuyendo a la depresión crónica que enfrentaba, y no era para menos, pues pese a que pocos años antes se había descubierto en Canadá la insulina por el jóven canadiense Frederick Grant Banting, la realidad era que las muertes por comas diabéticos y complicaciones vasculares continuaban.
Pedro seguro fue informado de esto por tener acceso a los mejores médicos de la época gracias a su fama y dinero. Alguno de los doctores le habría aconsejado que la única forma de seguir con vida era con ejercicio, amén, claro, de una buena alimentación, no había más.
La diabetes impulsó a Pedro a tener un cuerpo perfecto
Así, en una época en la que todavía no existía el certamen Mister México, a la Federación Mexicana de Fisicoconstructivismo le faltara tres décadas para nacer y los hombres con cuerpos trabajados eran casi inexistentes, Pedro Infante se convirtió en la primera personalidad del cine con una envidiable figura musculosa y esculpida, algo que no tenían otros galanes de la época como Arturo de Córdova, Ramon Gay, Luis Águilar o Jorge Negrete, por citar algunos.
Y aunque su primera esposa María Luis León escribió en su libro que desde la llegada de Infante a Ciudad de México en 1939, éste ya traían una inclinación por la práctica del pugilismo y el uso de la bicicleta, la realidad era que hasta que la carrera del actor sinaloense empezaba a despuntar, por ahí de 1945, Pedro empezó a obsesionarse con el gimansio, el remo en botes tradicionales del lago de Chapultepec y en correr. Nadie sospechaba que detrás de toda esta actividad física había una lucha del actor contra la diabetes.
Pedro Infante, parte de la primera ola de diabetes en México
Pero aquí viene otro dato interesante. Gracias al estudio Epidemiología de la diabetes mellitus en México. Pasado, presente y futuro, podemos saber que Pedro Infante formó parte de la primera oleada de mexicanos que empezaron a padecer diabetes, porque de acuerdo con las cifras, a partir de 1950, año en que el ídolo del pueblo ya tenía su diagnóstico, la epidemia de la glucosa no paró de aumentar en el país.
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