Tlatlauquitepec, Puebla, ¿qué hacer y cuáles son sus atractivos?
Tlatlauquitepec vive saturado de oyameles, de nubes que vuelan bajo, de sombras jugando en el piso de su Plaza Principal. ¿Ya conoces este Pueblo Mágico en la Sierra Norte de Puebla?
Fin de semana en Tlatlauquitepec, Puebla
Tlatlauquitepec sabe de resplandores y atardeceres. Y tiene por tesoro sus flores: con ellas le demuestra cariño a su virgen o se obsequia, a sí mismo, jardines.
En lugar de quiosco, la Plaza Principal tiene una fuente al centro; palmeras y una araucaria la acompañan. Alrededor se extienden los anaranjados portales bajo los que transcurre la vida del pueblo.
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Más allá, entre nubes, se alza el Cerro Cabezón, la interrumpida montaña de superficie caliza que le da nombre a este rincón poblano. Porque Tlatlauquitepec quiere decir en náhuatl “cerro que colorea o arde”, y la metáfora no hace más que recordar el momento en que las luces del oriente iluminan el único pedazo de paisaje desprovisto de árboles.
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Hay que comenzar a relacionarse con el pueblo adentrándose en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la Plaza Principal, justo en el extremo opuesto al Palacio Municipal.
Un incendio en 1955 hizo que el techo de madera fuera suplantado por una bóveda de cañón corrido. Y si se mira el altar en busca de consuelo, este se encuentra en la resplandeciente imagen del Sagrado Corazón.
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A unas cuadras está la Parroquia de Santa María de la Asunción que, acompañada por un atrio almenado, se levanta exigiendo ser vista. El hogar de la patrona del pueblo fue primero un convento fundado por franciscanos en 1531, y el aspecto que ahora tiene lo obtuvo hasta el siglo XIX.
El interior es un mundo de madera por el que los ojos se pasean: el techo mudéjar, el barandal del coro que se extiende a lo largo de la nave, el altar principal y la misma virgen, todo está tallado, todo brilla o tiene cosas que decir.
Al lado, adornando las paredes de la casa cural, se encuentran las pinturas de Luis Toral González, el famoso artista de Zacapoaxtla que también firmó los murales del interior de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
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Quien no se hospede en el Hotel Estancia San Jorge –desde sus habitaciones se miran el Cerro Cabezón y el Santuario del Señor de Huaxtla– al menos debe asomarse al Rincón de los Recuerdos en la planta alta, el museo fundado por Jorge Alberto Guzmán.
Sorprende encontrarse con toda clase de objetos: desde fósiles, piezas prehispánicas, timbres y monedas antiguas, hasta baúles, butacas de cine, máquinas de cocer y de escribir; además de armas, fotografías y documentos del Tlatlauquitepec de hace más de un siglo. El hotel también tiene un orquideario.
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El Jonuco
Antes de las 19 horas es preciso ir a El Jonuco (Revolución 51), la tradicional vinatería que desde 1921 prepara vino de higo, jerez, capulín, guayaba, tejocote, toronjil, vainilla, anís y maracuyá. Se trata de un pequeño local donde la única decoración son las amenas conversaciones, vaso en mano, de quienes lo visitan.
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Al fondo, acumulando tiempo, están las barricas donde los vinos reposan. Otro sitio para conocer es el Barcito, el bar del Hotel Santa Fe (abierto hasta pasada la medianoche). Por sus balcones entran la Plaza de Armas y las estrellas.
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Recuerdos con olor a café en Tlatlahuquitepec
Se debe ir al Tianguis Artesanal que se instala en la Plaza Principal. Las cestas y sombreros de palma, los juguetes de madera y los rebozos de lana bordados por las mujeres de Acogogta y Tenpazol forman entonces una colorida escena. La atención se concentra en la joyería de plata que ostenta figuras en forma de pescaditos y alcatraces.
No hay que olvidar la comunidad vecina donde se encuentra el Santuario del Señor de Huaxtla, el lugar donde se adora a un milagroso Cristo. Cuentan que fue tallado en el siglo xviii con la madera de un árbol arrastrado por un río.
¿Qué hacer en Tlatlauquitepec? Averigua aquí
La gente de los alrededores viene hasta aquí, atraviesa la fachada de petatillo y se inclina frente a su azulado altar neoclásico solicitando protección. Del lado izquierdo de la iglesia se halla la Virgen del Rayo; la de Ocotlán, la de la luna a los pies.
Al que ama la espeleología debe visitar el Cerro Cabezón, a solo ocho kilómetros del centro, porque está lleno de grutas. Tres cables de tirolesa (de 80, 150 y 200 metros) otorgan a quien los atraviesa la posibilidad de volar con Tlatlauquitepec a la distancia.
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Por la carretera que conduce a Mazatepec, hay que avanzar 22 kilómetros para llegar a la Presa de la Soledad, alimentada por el río Apulco. El camino es todo helechos y liquidámbares, y se pasa por el mirador desde donde se observa la Cascada de Puxtla (Km 7).
Al llegar a la presa es la Cascada del Tenaxate la que recibe al visitante –puede hacerse rapel aquí o en el Puente de la Soledad–, después están el embarcadero y la promesa de un paseo en lancha entre garzas y gavilanes, saucos y bambús.
¿Qué hacer en Tlatlauquitepec? Averigua aquí
De regreso al pueblo hay que saciar el apetito en el Café Colonial. Es el espacio donde se cocinan las típicas carnes ahumadas de Mazatepec, la comunidad que durante el Porfiriato vio llegar italianos traídos para enseñar a la gente de aquí mejores técnicas agrícolas.
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Sus descendientes continúan utilizando como ellos leña de encino y árboles de cítricos para ahumar el pollo, la longaniza, el lomo y la costilla, y acompañan la carne con salsa de cacahuate, de chile verde o chile de árbol. En el restaurante también se vende el café orgánico que en Mazatepec se produce. Por último, ¡no te vayas sin probar el yolixpa!
¿Cómo llegar a Tlatlahuquitepec?
Si planeas salir desde la Ciudad de México, puedes dirigirte a la TAPO y abordar la línea de ADO. El trayecto es de 3 horas y media aproximadamente.
Mapa de Tlatlahuquitepec
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