El arte en la naturaleza (Oaxaca)
Ubicada en el sureste mexicano, Oaxaca es uno de los estados con mayor patrimonio histórico-cultural y natural del país. A lo largo de su territorio nos ofrece paisajes variados y un clima agradable. En sus sierras podemos encontrar desde grutas, como las de San Sebastián, hasta bellas cascadas, como las de Llano de Flores; otros de sus atractivos son el ya milenario Árbol del Tule y una maravilla natural: Hierve el Agua, espectaculares cascadas petrificadas que se formaron a partir del agua que brotaba de una cima.
Ubicada en el sureste mexicano, Oaxaca es uno de los estados con mayor patrimonio histórico-cultural y natural del país. A lo largo de su territorio nos ofrece paisajes variados y un clima agradable. En sus sierras podemos encontrar desde grutas, como las de San Sebastián, hasta bellas cascadas, como las de Llano de Flores; otros de sus atractivos son el ya milenario Árbol del Tule y una maravilla natural: Hierve el Agua, espectaculares cascadas petrificadas que se formaron a partir del agua que brotaba de una cima.
Oaxaca también posee dos de las áreas protegidas más antiguas del país: el Parque Nacional Chacahua y el Parque Nacional Benito Juárez, ambos decretados como tales en 1937. El primero, que se localiza a 56 km de Puerto Escondido en la cálida costa cuenta con selvas, manglares, dunas costeras y con las lagunas Chacahua y Pastoría, en las que se pueden admirar cientos de aves acuáticas. El Parque Benito Juárez luce bosques de pino-encino y selvas bajas que recargan el manto acuífero. Aquí, los capitalinos realizan largas caminatas mientras disfrutan, desde los miradores, el imponente Valle de Oaxaca y Monte Albán.
En la región árida poblano-oaxaqueña se encuentra la nueva Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, en donde el verde y el dorado de la selva tropical, del matorral espinoso, del pastizal y de los bosques de pino y encino, engalanan la vista de casi 2 700 especies de plantas, muchas de ellas únicas.
No debemos olvidar Los Chimalapas, reducto vegetal, aún sin proteger, de selva alta, media y baja, y nubosos bosques de encino, pino y liquidámbar, que resguarda casi al 80% de las especies de flora y fauna nacional.
Junto a la carretera que recorre la costa desde el límite de Guerrero encontramos más bellezas naturales: Pinotepa Nacional, la antes mencionada Laguna de Chacahua y Puerto Escondido; además de Puerto Angelito, Carrizalillo y Zicatela; estas últimas, bellísimas playas rodeadas de acantilados rocosos y bahías ideales para practicar la natación ysurfing. A 15 km está la Laguna Manialtepec, un paraíso más para observar cientos de aves y la playa La Escobilla, famosa por su campamento tortuguero donde desovan, entre junio y diciembre, miles de tortugas marinas.
En la costa central se puede disfrutar de playas como Zipolite, Playa del Amor, San Agustín y Mermejita, entre otras. Cerca está Huatulco, con sus caletas, acantilados y playas rodeadas por selva tropical. El Istmo ofrece más bahías y más playas; y por si fuera poco existen otros atractivos, como Chipehua, Carrizal y San Mateo del Mar, donde mágicas dunas de arena dorada rodean las casas de palma y madera, bañadas por las tranquilas aguas de un profundo mar azul que promete emoción y descanso.
