El friso de Toniná (Chiapas) - México Desconocido
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El friso de Toniná (Chiapas)

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El friso de Toniná (Chiapas) fifu

Entre las montañas del valle de Ocosingo emerge una gran ciudad de los mayas conocida como Toniná. Cuando se llega allí se despiertan los sentidos y la curiosidad de ir más allá, de descubrir sus secretos.

Cuando vi por primera vez la gran ciudad escalonada tuve la sensación de estar separada por un abismo de quienes la construyeron; después, a través del contacto minucioso y constante con los estucos, comencé a identificar rasgos que podrían reflejar el sentir de sus habitantes. En el momento en que un restaurador se enfrenta a su trabajo entabla una relación íntima con los objetos, logrando así percibir algunos secretos de sus creadores. Estos secretos comenzaron a revelarse con el estudio de la técnica de manufactura y el análisis de los materiales y rasgos plásticos de los estucos. En noviembre y diciembre de 1990 se halló un enorme y bellísimo friso de estuco, donde los personajes en forma humana encarnan su esencia mortal enmarcados en el orden triangular de bandas de plumas y huesos. La actitud de las figuras manifiesta movimiento: parecen detenidas en el momento de actuar. 

El dinamismo de las formas en el friso es un ejemplo de maestría en el manejo del estuco; la alternancia de técnicas y materiales está íntimamente ligada con el resultado plástico: El arte da forma concreta a símbolos de la experiencia humana; en la escultura maya la piedra y el estuco no son sino los medios para crear el símbolo; la manera de trabajar los medios es la técnica, pero la creación de la obra de arte reside en la perfecta adecuación de la técnica y del medio al símbolo que exprese la realidad humana y común del mundo maya.  El primer paso en la construcción del friso estucado fue la elaboración de un enorme talud de piedra; se prosiguió con el modelado y colocación de las figuras de mayor volumen, las más proyectadas que parecen esculturas de bulto (los soles descendentes). Debido a su gran tamaño, fue necesario utilizar una piedra que se ancló al muro y usar una pasta que hace las veces de pegamento. El resto de las figuras se modelaron por partes y sobre el muro.   

Cuando se hace un relieve de grandes dimensiones, es indispensable trazar líneas que marquen la ubicación de las figuras (a estas líneas se les llama dibujo preparatorio). Durante la inspección minuciosa del relieve se encontró que debajo de él, sobre la pared, había unos trazos de color rojo tan gruesos como una brocha, los cuales señalarían la posición definitiva de los personajes: la tusa, el decapitado, el individuo humeante, los glifos y las plumas.  El modelado de las figuras nos hace pensar no en un relieve muerto, sino en una escultura viva, orgánica. La ejecución puede explicarse comparándola con la confección del cuerpo humano: se modeló un esqueleto con una pasta frágil a la intemperie pero lo suficientemente fuerte como para sostener el restos del cuerpo; posteriormente se conformó la carnadura aplicando cojinetes, que corresponderían a los órganos y los músculos; se le pusieron ojos, cabello, uñas, y finalmente se recubrió con una piel, cuya función sería proteger las otras capas subyacentes y recibir el último recubrimiento: la pintura, que resulta la verdadera vestimenta del estuco.

La piel es un revestimiento muy delgado y poco permeable. A pesar de ser distintas, todas las capas son afines entre sí; la última, además de recibir la policromía, protege los estratos subyacentes, los cuales sin ella sufrían las consecuencias de los agentes de la degradación.  Todos los recubrimientos contienen un elemento orgánico en su composición; su interacción con los materiales constitutivos es fundamental en la comprensión de la plasticidad del relieve.  Es difícil pensar que este gran friso, al igual que el resto de Ia ciudad de Toniná, estuvo completamente policromado. Sin embargo, mediante Ia minuciosa observación pudo constatarse que efectivamente fue así, y gracias a Ia conservación de los colores en cantos e incisiones se reconstruyó parte de Ia policromía original. 

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Casi en su totalidad el friso era rojo, por lo que su impacto visual no sólo recae en Ia conformación de Ias figuras sino en su colorido. Todos los contornos e incisiones de los personajes, plumas y glifos fueron pintados con rojo oscuro. EI cabello deI segundo sol fue negro y deI tercero ocre. Las plumas eran de color azul maya. Es interesante mencionar que Ia diferenciación de los tonos deI rojo fue producto de Ia molienda deI pigmento, y en el caso deI oscuro corresponde al más fino.   

La especialización en Ia composición de los morteros, moIienda y creación de Ios pigmentos redunda en Ia complejidad progresiva en Ia estratigrafía plástica de Ia reaIización de este relieve a gran escala, mostrando así que no se trata de plastas de cal sobre el muro, sino de una creación humana que logra captar Ia complejidad deI mundo vivo. La conjunción de técnicas usadas Ie otorgan una riqueza excepcional, ya que cada elemento a partir de su proporción y gracias a Ia diversidad de volúmenes, tiene un valor específico, acentuado además por Ios recursos pictóricos. EI mérito de este friso es proporcional a Ia distancia que existe entre el mundo de sus creadores y el nuestro: entre ambos se abre un abismo al tratar de entender su arte.  Para acercamos a él no basta con preservar el material y Ia forma; es preciso ir más allá, indagar Ias técnicas que hicieron posible esos objetos. 

Con materiales inorgánicos y orgánicos Toniná inventa una técnica de relieve para realizar figuras a gran escala, dotadas de movimiento y expresividad.  A través de Ios pequeños fragmentos pintados, en este sitio excepcional tenemos acceso al mundo colorido de Ios relieves prehispánicos. La observación detallada y Ias técnicas modernas nos abren Ias puertas al pasado: aquí podemos ver Ias figuras con Ia policromía que alguna vez tuvieron.  Toniná es Ia montaña escalonada hecha templo, donde casi todas Ias pequeñas partículas que Ia forman pertenecen a ese lugar que guarda el secreto de su construcción única.   

 Fuente:   México en el Tiempo No. 4 diciembre 1994-enero 1995

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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