El Museo Francisco Goitia, uno de los museos más bellos de México
Conoce la historia del enigmático pintor Francisco Goitia y del museo que lleva su nombre en Zacatecas. ¡Te sorprenderá!
En Zacatecas existe uno de los museos más bellos de México, con una arquitectura única. Se trata del Museo Francisco Goitoa, el cual está ubicado en la capital del estado y ocupa un inmueble construido en 1948.
Actualmente, el Museo Francisco Goitia expone obras de artistas plásticos del estado de Zacatecas. Entre sus grandes tesoros, se encuentra una colección de trabajos de seis zacatecanos: Francisco Goitia (1882-1960), Julio Ruelas (1870-1907), Pedro Coronel (1921-1985), José Kuri Breña (1913-2004), Manuel Felguérez (1928) y Rafael Coronel (1931).
El edificio que alberga el museo posee una sola plata y está rodeado de hermosos jardines. Inicialmente fue la residencia oficial de los gobernadores, función que cumplió hasta 1962. Sin embargo, en 1978 el Instituto Nacional de Bellas Artes lo acondicionó para transformarse en el actual recinto de exposiciones.
Además de las obras exhibidas, el Museo Francisco Goitia también celebra actividades como recitales, exposiciones temporales, conferencias y conciertos musicales.
Dirección del museo:
Gral. Enrique Estrada 102 , Col. Sierra de Alica, C.P. 98050, Zacatecas, Zacatecas.
Entrada: $30.00
Francisco Goitia, un pintor único en la historia de México
El nombre del museo fue escogido en honor de Francisco Goitia, celebre pintor zacatecano nacido en 1882. A diferencia de sus contemporáneos, Goitia se mantuvo al margen de los procesos políticos y sociales del México revolucionario y posrevolucionario.
Durante su juventud, Francisco Goitia migró a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos, donde entabló amistad con el también célebre Rufino Tamayo. En 1904, viajó a España e Italia para continuar su formación como pintor.
Con la caída de Porfirio Díaz, Goitia perdió su beca de estudios y se vio obligado a regresar a México. En esta etapa, Goitia comenzó a realizar obras de carácter indigenista como Tata Jesuscristo, cuadro con el que ganó el Primer Premio en la Bienal Interamericana de Pintura y Grabado.
Posteriormente, Goitia militó como villista y trabajó como pintor oficial de Felipe Ángeles. Sin embargo, durante el proceso revolucionario jamás portó un arma, ya que su labor era dejar testimonio. Sus obras reflejan el sufrimiento y la miseria de la revolución con gran crudeza.
En 1920, Francisco Goitia se fue a vivir a Xochimilco, donde habitó como un austero ermitaño; manteniéndose al margen del esnobismo y la superficialidad de la clase intelectual y artística. Murió en dicho lugar en 1960. Existe una película sobre su vida titulada «Goitia, un dios para sí mismo», estrenada en 1989 y ganadora de siete categorías del Premio Ariel.
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