El político que estuvo a punto de tirar a cañonazos a la Catedral Metropolitana - México Desconocido
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Historia

El político que estuvo a punto de tirar a cañonazos a la Catedral Metropolitana

juan jose baz catedral

Juan José Baz odiaba la iglesia católica, por lo que tiró conventos y templos como el de San Francisco, Santo Domingo y La Merced.

En la Semana Santa de 1855 los cañones de la Ciudad de México apuntaron hacia la Catedral Metropolitana con el firme propósito de convertir al máximo templo de la iglesia católica en pedazos de cantera y astillas. ¿Quién estaba detrás de esto? Juan José Baz.  

La orden de esta acción la había dado Juan José Baz, gobernador de la ciudad, quien ya llevaba tiempo almacenando en su alma bastantes rencores contra el clero, por lo que estaba dispuesto a cobrárselas todas de una vez aquel Jueves Santo

Al interior, los representantes de la iglesia católica temblaban, pues sabían que si había un político que odiaba tanto al clero y fuera capaz de destruir templos sin el menor miramiento era él. 

Juan José Baz sabía de las «traiciones» de la iglesia católica al país

Las cosas llegaron a este punto porque ocho años antes el entonces presidente de México, Valentín Gómez Farías, decidió buscar ayuda de la iglesia católica para que le otorgaran con urgencia un préstamo de 15 millones de pesos a fin de crear un ejército que combatiera la violenta invasión estadounidense en Veracruz y Tuxpan.  

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Fue el gobernador de la Ciudad de México, Juan José Baz, de apenas 26 años de edad, quien fue el enviado del presidente para solicitar y recoger el préstamo de la iglesia; sin embargo, ésta se negó varias veces a otorgar el dinero pese a la emergencia bélica que estaba enfrentando el país. 

Juan José Baz tomó la negativa como traición a la patria. A esto se sumó que el clero decidió combatir la invasión del ejército estadounidense creando su propio batallón, al que llamaron Los Polkos, conformado por personas de la clase alta mexicana que no hicieron más que atrincherarse en la ciudad sin salir a combatir a los invasores en las zonas más calientes del país. 

¿Un milagro evitó que la Catedral Metropolitana no fuera tirada a cañonazos?

Pero volvamos al momento en el que la Catedral Metropolitana estaba a punto de ser derrumbada por los cañones del gobernador de la actual Ciudad de México en 1855.

El preludio a este tenso momento fue que ese Jueves Santo Juan José Baz acudió desde temprano a recibir las llaves de la Catedral Metropolitana —acto tradicional en aquella época para simbolizar la buena voluntad entre el presidente de México y el clero— en representación del presidente Ignacio Comonfort, quien había recibido días antes una carta de la iglesia para que no fuera.    

De todos modos ese día Juan José Baz acudió a la Catedral a cumplir con la tradición en nombre del presidente de México, pero encontró las rejas cerradas, así que usando su caballo las tiró y entró hasta el atrio; dos de los militares que lo acompañaban soltaron balazos al aire asustando a los feligreses, quienes luego convocaron a más gente para protestar por lo que consideraron una falta de respeto.  

Molesto, Baz apuntó los cañones al templo; sin embargo, se desconoce quién lo persuadió para no detonarlos. 

Juan José Baz experto en tirar templos católicos

Cuentan que se la pasó muchos años soñando con derrumbar la Catedral Metropolitana, cuando estaba frente a ella suspiraba pensando qué edificio a favor de la población podría colocar ahí. 

Con el tiempo se volvió experto en derrumbar templos católicos en la zona centro de la ciudad, aplicando una técnica que consistía en colocar polines que iban de piso a techo de cada inmueble, para luego bañar estos maderos en brea, prenderles fuego y esperar a que por el calor las paredes tronaran hasta colapsar.   

Así terminó con los conventos de San Francisco, Santo Domingo, San Agustín, San Fernando, La Merced, La Concepción y Santa Isabel.

Juan José Baz Catedral Metropolitanaquien fue Juan Jose Bazvida de Juan Jose Baz
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