El resumidero La Joya (Guerrero) - México Desconocido
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El resumidero La Joya (Guerrero)

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El resumidero La Joya (Guerrero) fifu

El estado de Guerrero guarda en su territorio infinidad de frágiles maravillas subterráneas de las que sin embargo poco se conoce.

El estado de Guerrero guarda en su territorio infinidad de frágiles maravillas subterráneas de las que sin embargo poco se conoce.

Debido a su conformación geológica y recia orografía, producto de las grandes presiones y de la introducción de la Placa de Cocos bajo la continental Norteamericana desde hace 90 millones de años –lo que originó enormes plegamientos y elevaciones constituidas por estratos de animales marinos ricos en carbonato de calcio–, el estado de Guerrero guarda en ese gigantesco alhajero calizo de 64 281 km2 de territorio, infinidad de frágiles maravillas subterráneas en forma de cavernas, simas y ríos de las que sin embargo poco se conoce.

La mayoría de los visitantes no especializados se ha limitado a la famosa y legendaria Gruta de Cacahuamilpa, que acondicionada para el turismo consiste en una gran galería de 1 300 m de longitud, decorada con múltiples formaciones estalagmíticas; a los ríos subterráneos

San Jerónimo (5 600 m de largo) y Chontacoatlán (5 800 m), que ubicados 100 m en forma vertical bajo la Gruta de Cacahuamilpa cortan de parte a parte una cadena calcárea constituida por los cerros Tepozonal y del Jumil; y a las hermosas Grutas de Juxtlahuaca, cercanas a Chilpancingo, también acondicionadas para el turismo.

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Sin embargo, es la región guerrerense conocida como Sierras del Norte, colindante con los estados de México y Morelos, la que más ha llamado la atención de los exploradores y estudiosos de la espeleología desde hace más de treinta años, y en donde se han documentado muchas cavidades.

Una de ellas, ubicada cerca de la población de El Gavilán, municipio de Taxco de Alarcón y que por años ha sido utilizada como escuela de muchos espeleólogos del valle de México, es paradójicamente una de esas maravillas de las que poco se ha escrito.

HISTORIA DEL LUGAR

Fue el señor Jorge Ibarra, del Club Andino de Chile-Sección México, quien el 20 de diciembre de 1975 mostró esta cavidad al señor José Montiel, miembro de la asociación base Draco. En esa época se consideraba como el final del recorrido un pequeño sifón ubicado a 800 m de la entrada, el cual permitía observar un reducido espacio de aire; sin embargo, el deseo por explorar y buscar más allá de lo que para otros parece terminar, y que ha sido la clave de grandes descubrimientos espeleológicos, permitió al señor José Montiel superar este primer obstáculo.

Examinando antes el reducido pasaje, y después de varios intentos de progresar por la inundada gatera y no pocos regaños de sus preocupados compañeros, Montiel logró pasar el obstáculo, al que bautizó como el “Paso del Cocodrilo”, ya que al cruzarlo tuvo que quitarse el casco, y con la cabeza zigzagueando entre las formaciones de la bóveda, aguantando la respiración y procurando no mover mucho el agua, ya que el nivel de ésta le llegaba al ras de los ojos, consiguió pasar del otro lado.

Como sus compañeros no podían hacerlo, tuvieron que escarbar, con ayuda de algunas piedras, hasta que lograron bajar el nivel del piso y así pudieron reunirse con él, para encontrar al fin una serie de hermosos meandros, inexplorados hasta entonces, con pozas de agua transparente, entre inmaculadas paredes de pulida caliza blanca y negra por donde se avanzó, sin resistir la atracción de la mágica y desconocida espelunca.

Después de superar este paso clave, las incursiones del grupo Draco se hacen más constantes, y es en la novena visita, el 28 de diciembre de 1976, cuando tres personas llegan al sifón-laminador del fondo de La Joya. Muchas personas han penetrado en este resumidero (llamado así porque capta mucha agua, por lo que no se puede visitar en época de lluvia); algunos sólo unos cuantos metros, otros han descendido uno o más tiros, y los menos han logrado llegar hasta el fondo, pero nadie entra en sus ramales “El brazo de la ventana” y “El brazo de los gours”, que se desprenden del ramal principal y que son los más visibles.

La exploración de estos ramales secundarios, con pasos estrechos, en donde el explorador tiene que eliminar obstáculos rocosos, embarrando la cara entre el techo y el piso casi totalmente inundado, reptando con dificultad para poder avanzar entre el agua, la arena y las piedras por un claustrofóbico espacio, es un freno natural para quien no tiene la preparación adecuada, pero a cambio ofrece al osado frágiles y hermosas formaciones; de ahí su atinado nombre.

La posibilidad que nos brinda esta cavidad de descubrir nuevos pasajes es inigualable, pues a pesar del tiempo transcurrido y siendo visitada por tantos grupos, aún se puede explorar –en el sentido estricto de la palabra– y obtener tantas o más satisfacciones como las que vivieron sus primeros exploradores hace casi 25 años.

DESCRIPCIÓN

El resumidero La Joya presenta un recorrido de 2 960 m en su ramal principal, y de 3 400 m si se incluye “El brazo de la ventana”, alcanzando un desnivel, es decir una profundidad, de 234.71 metros.

Su entrada se ubica a unos 900 m al suroeste de la población de El Gavilán, en el fondo de una colina. Siguiendo un pequeño cauce seco, una gran entrada se adivina al aproximarse, pero no hay tal, ya que se trata de pequeños accesos causados por varios derrumbes. Uno de estos accesos, el más utilizado, es por una fisura con un tiro de 5 m; aunque existen otros en la pared derecha por donde se puede desescalar, pero ahí desemboca el cauce del arroyo.

Bajando por este acceso se recorre un pasaje corto y algo ajustado que da paso a uno de 30 m de largo por 18 de ancho, en donde la luz del día se filtra a través de los bloques de derrumbe de la entrada. Luego el pasaje se angosta y llegamos a un lugar en que desescalamos un poco, para encontrar el tiro de las cortinas de 15 m, donde se coloca una cuerda atada a una formación natural de lado derecho y a unos pocos metros del mismo. Se desciende teniendo un espejo de agua en el fondo; se trata de una poza ubicada en un pequeño y hermoso salón de unos 7 m de diámetro; es aquí donde comienza la parte activa. Cerca de 25 m más adelante y del lado izquierdo se encuentra “El brazo de los gours” (formaciones calcáreas en forma de pozas escalonadas), y avanzando un poco más, un buen lugar para acampar. A 20 metros de ahí la bóveda casi se junta con el piso, formando lo que se llama un “laminador”, a 160 m de la entrada.

Pasando el laminador y después de unos gours la bóveda se eleva a 10 m de altura. Se continúa por un bello pasaje por espacio de 200 m para llegar a una zona de derrumbe, la cual se sortea por su pared derecha, llamada “Paso de la resbaladilla”, que no es otra cosa que un laminador descendente. A unos 130 m de pequeñas pozas encontramos el “Paso de la tortuga”, el primer paso “a gatas” donde se moja el pecho o se elige pasar por el “Tubo del faquir”, paso alterno salpicado de estalactitas y estalagmitas diminutas, para después de 100 m llegar al tercer tiro, llamado de “La mochila”, de 11 metros.

Lo que continúa es verdaderamente hermoso: un cúmulo de impresiones asombrosas en cada recodo, poza tras poza y desescalada tras desescalada, para descender por un cuarto tiro de 10 m conocido como “La poza”, siguiendo el recorrido en un conducto zigzagueante colmado de fantásticas formaciones que nos llevan al “Paso del cocodrilo”, de 7 m de longitud.

Los meandros continúan despertando el interés del visitante por avanzar; a mano derecha está “El brazo de la ventana” y después un tiro de 11 m conocido como “La ventana”, e inmediatamente se encuentra el más grande y espectacular de la cavidad, al cual se desciende bajo la brisa de una cascada.

El pasaje principal se prolonga aún por 900 m entre paredes bellamente esculpidas y algunas desescaladas hasta alcanzar el fondo del resumidero. El recorrido de La Joya lo efectúa en un promedio de 25 horas un grupo de entre cinco y diez personas, todos con equipo y capacitación adecuados.

Además de La Joya, en el área existen otras cavidades de morfología similar, con gran cantidad de tiros pequeños y galerías subhorizontales que siguen los planos de estratificación. Éstas son los resumideros de Zacatecolotla (1 600 m de longitud), Gavilanes (1 100 m) y el Izonte (1 650 m). Las dos primeras desaguan hacia el oriente, para resurgir en la cueva de Las Granadas; en cambio, el Izote lo hace hacia el norte, para salir en la cueva de Las Pozas Azules (1 400 m). Esto indica la presencia de un parteaguas subterráneo que no coincide con el parteaguas superficial.

Es importante decir que antes de incursionar en una cavidad no acondicionada para el turismo, es conveniente adquirir los conocimientos y la práctica en una organización espeleológica de prestigio, pues pululan los pseudoinstructores, verdaderas fábricas de accidentes en potencia que descuidan la ética y la seguridad.

INFORMACIÓN ESPELEOLÓGIA

El resumidero La Joya se ubica en las calizas de la formación Morelos de edad albiano-cenomaniana, a una altitud de 1 730 msnm. Se localiza en la carta topográfica del inegi 1:50 000 “Taxco” en las coordenadas 18° 35’50’’ de latitud norte y 99° 33’38’’ de longitud oeste.

La humedad es muy alta, por lo que se sugiere llevar neopreno de 3/4, ropa de polipropileno o polartec bajo el overol para hacer un recorrido más confortable. Los anclajes artificiales son estándar y milimétricos. Como abundan las desescaladas es conveniente llevar algunos empotradores y cuerdas cortas adicionales.

SI USTED VA AL RESUMIDERO LA JOYA

Se puede llegar de dos formas; la primera es tomando la autopista núm. 95, de Puente de Ixtla (Morelos) a Taxco, y en el km 49 aproximadamente tomar a la derecha en el crucero la desviación que por la carretera federal núm. 95 conduce a las Grutas de Cacahuamilpa. A unos 8 km se encuentra un letrero a la izquierda que dice Parada El Gavilán, donde encontrarán unas casas. Pregunten por la señora Olivia López, quien les puede preparar una comida rica y económica, o por la señora Francisca, con quienes se podrán registrar para tener un control de cualquier imprevisto; asimismo, ellas les informarán cómo llegar al resumidero.

La segunda es por la carretera federal núm. 95, llegando a Cacahuamilpa y continuando a Taxco. A 10 minutos de la población de Acuitlapan encontrarán el letrero, pero a mano derecha.

Si van en autobús, tómenlo a Taxco y pídanle al conductor que los baje en el crucero, si es que va por autopista.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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