El teléfono rojo de Palacio Nacional, la línea secreta del presidente de México
Existen muchos mitos en torno al "teléfono rojo" del presidente de México. Te contamos cómo surgió este aparato durante el conflicto EEUU-Unión Soviética.
El teléfono fijo avanza hacia su desuso, incluso cada vez son menos frecuentes las llamadas telefónicas entre las nuevas generaciones. Sin embargo, hay grandes tradiciones forjadas en torno a este aparato. Una de ellas es el «teléfono rojo«, el cual ha llamado la atención de periodistas y analistas políticos por su importancia en los gobiernos.
Aunque el teléfono rojo ha permanecido durante algunas décadas en la oficina del presidente de México en Palacio Nacional o Los Pinos, lo cierto es que tiene un origen fuera de nuestro país. La tradición surgió cuando, el 20 de junio de 1963, se fundó la línea directa entre Washington y Moscú, la cual tenía como objetivo enlazar a los presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética; incluso en épocas de crisis como lo fue la posible guerra derivada de la permanencia de misiles en Cuba.
Cabe destacar que el «rojo» no indicaba el color del aparato, sino era una forma metafórica de aludir el carácter de emergencia de su uso y su relación con el color rojo como emblema comunista. Por el contrario, la línea directa era un teletipo que incluía un protocolo complejo de traducciones para evitar errores que provocaran una guerra.
El teléfono rojo de México
Sin embargo, en México el teléfono rojo asumió una forma literal, por lo que el aparato es tradicionalmente rojo. Aunque se asocia con el presidente de la República, el aparato se encuentra en distintas oficinas de gobierno y de las cámaras.
De acuerdo con los mitos, anteriormente el presidente hacía uso de este aparato para comunicar emergencias políticas o catastróficas. Asimismo, algunos aseguraban que era el medio a través del cual se dictaba la línea para los distintos órdenes de gobierno.
En 2011, el entonces Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos solicitó por primera vez que el teléfono rojo hiciera pública su red de extensiones como parte de un ejercicio de transparencia impulsado por la ciudadanía. En años recientes gobernadores denunciaron que ya nadie hacía uso del teléfono rojo, pues entró en desuso con el auge de nuevas tecnologías.
Aunque el teléfono rojo sigue existiendo y supone la comunicación directa de los presidentes con los gobernadores, hoy representa solo una tradición de oficina.