El Xantolo, fiesta de los muertos en San Luis Potosí
Del 31 de octubre al 4 de noviembre, en esta bella región del estado de San Luis Potosí, tiene lugar una de las fiestas más asombrosas dedicadas a los muertos. ¡Descubre el increíble Xantolo!
Para todos los mexicanos, los días de muertos representan las festividades de mayor arraigo en el folclor popular y en el ideario colectivo de nuestra cultura, por su carácter de simbólica “restauración” de la vida material, que permite a vivos y muertos reencontrarse durante unos días para recordar con emoción y alegría, la vida y sus más secretos encantos.
En todo el país, el 31 de octubre marca el inicio de estas festividades, y en el estado de San Luis Potosí, esta fecha marca el inicio del Xantolo, cuerpo univoco de regocijo y bienvenida que durante cinco días envuelve el ambiente solemne del día de los Fieles Difuntos, transformándolo en un evento festivo donde la música, las danzas, los cantos y la comida, marcan el ritmo de la vida de los habitantes de la Huasteca Potosina.
La Huasteca Potosina, hogar de etnias como los teenek y los nahuas, celebra a sus muertos con el tradicional altar, que aquí se le llama “arco”, ya que su atributo central consiste en 4 varas de madera que se colocan en cada esquina de la mesa, representando las etapas de la vida de una persona, las cuales se doblan para formar dos arcos cubiertos por travesaños que simbolizan los ríos mitológicos por los que el alma debe pasar para purificarse.
El camino para llegar al “arco” es señalado por la flor de Cempasúchil o Cempoalxochitl, cuyo aroma y color es inconfundible, colocándose desde los cementerios hasta los hogares donde los difuntos regresarán a convivir con sus familiares y a disfrutar de las ofrendas de comida, bebida y placeres tal como lo hacían antes de su partida.
El primer día de Xantolo es el 31 de octubre, fecha en que se considera que las almas de los niños son las primeras en visitar a sus familias, por lo que las ofrendas de los arcos son alimentos que ellos acostumbraban comer, como atole, chocolates, dulces, tamales y otros elementos simbólicos que tienen que ver con el bautismo y la vida.
El día siguiente, 1º de noviembre, se hace una velación con rezos y alabanzas, se inciensan las imágenes y el altar, además de tocarse música de son, dedicada a la muerte.
El 2 de noviembre, los pobladores de la huasteca llevan ofrendas a los panteones, adornando las tumbas con flores, las cuales son renovadas hasta el último día del mes para despedir a las almas que han venido de visita.
Adicionalmente a esta manera de celebrar a los muertos en la Huasteca Potosina, cada población de la misma añade elementos que le dotan de mayor o menor sacralizad a la fiesta, aunque todas mantienen un respeto muy especial hacia dicha celebración.
En Axtla de Terrazas, se lleva a cabo una ceremonia de cambio de bastón de mando entre los ancianos de la región, mientras que en Coxcatlán se añaden juguetes a los arcos para el 31 de octubre. En San Antonio, se emplea la música de viento para aderezar la velada de los 3 días de difuntos.
En San Martin Chalchicuatla se hace la ochavada, es decir, una tamalada para toda la comunidad ocho días después del fin de las festividades, mientras que en Tamazunchale, Tanlajas y Tancahuitz convergen distintos tipos de danzas y adornos en los altares, matizados con la particularidad de las lenguas que se hablan en cada comunidad.
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