En las vegas del tabaco (Veracruz) - México Desconocido
Buscador
Ver revista digital
Sin categoría

En las vegas del tabaco (Veracruz)

Veracruz
En las vegas del tabaco (Veracruz) fifu

Aunque en México el cultivo del tabaco para cigarrillos se extiende por casi todos los estados, sólo los de mayor calidad, los de las hojas más apreciadas, se destinan a la fabricación de puros, para los cuales se encuentran las condiciones necesarias en algunas regiones de Chiapas, Oaxaca y Veracruz.

Los mejores, según opinión de los expertos, son los de San Andrés Tuxtla –La ciudad puro–, una entidad cálida y jaranera enclavada en la hechicera región de los Tuxtlas, a escasos cien km del puerto de Veracruz y a medio camino entre Santiago Tuxtla y Catemaco, capital de los brujos. Se dice que el firme sabor y fino aroma de estos habanos, valorados por fumadores de todo el mundo, se debe a que esta ciudad los dota del gusto cálido y tropical de su clima, exuberante vegetación y la presencia e imponentes cuerpos de agua que custodian la región.Quien visite la ciudad y pase una tarde en los portales de la plaza en compañía de una buena taza de café mientras el cielo se incendia para ponerse luego su vestido de noche; quien suba los cientos de escalones hasta la majestuosa cascada de Eyipantla; que mire volar las aves migratorias en parvada, quedará convencido de la magia y fascinación que, sin duda, le imprime a cada instante, a cada producto, la región. 

HISTORIA ENTRE DOS BOCANADAS   

Reunidos con algunos pequeños productores en torno a una taza de café, envueltos en el suave aroma de los puros, conocimos de un vasto panorama sobre la historia y usos del tabaco, como la leyenda maya que cuenta que cuando una estrella fugaz surcaba veloz la bóveda celeste significaba que los dioses descansaban en el cielo nocturno y arrojaban al horizonte los restos de sus largos cigarros consumidos.Si bien los puros de mayor fama mundial son los que se producen en Cuba, es necesario aclarar que el tabaco es una planta de origen mexicano cuyo uso ha quedado registrado en los códices y es común encontrar pipas de barro en las excavaciones arqueológicas. A las dos especies existentes los aztecas les llamaron yetl, que significa tabaco grueso, y picietl, tabaco delgado o tabaco de montaña, este último de mayor calidad y procedente del golfo de México. Los puros representaban un privilegio exclusivo de las altas esferas del poder y su consumo estaba restringido a ceremonias como una ofrenda a los dioses, un tratado de guerra o de paz, un pacto comercial o la petición de una joven en matrimonio.

El tabaco se consideraba una planta conciliadora, propicia para un estado de cordialidad favorecedor de acuerdos y convenios.  Debido a su carácter social, el cultivo fue extendiéndose por todo el continente. Los conquistadores europeos lo introdujeron en las Antillas y el Caribe, y difundieron el uso de puros en Europa –sir Walter Raleigh los popularizó en la corte isabelina–, aunque de manera clandestina y restringida a los varones, pues durante el periodo colonial cayó sobre esta planta una prohibición férrea y una estricta reglamentación por su papel en las prácticas rituales de los pueblos indígenas. Su consumo era prueba de idolatría.Bien entrado el siglo XIX la producción de tabaco se convirtió en una sólida industria con altos estándares de calidad competitivos entre los mejores a escala mundial, y durante el siglo XX el puro fue ganando aceptación en las altas esferas sociales como símbolo de elegancia, nobleza y poder.La industria tabacalera se mantiene vigorosa hasta nuestros días. Sin embargo, una visita a las fábricas es un viaje en el tiempo, ya que todas tienen algo en común: los procesos de fabricación se mantienen a la manera tradicional y artesanal para conservar la calidad que distingue a los puros mexicanos. Tuvimos la oportunidad de charlar con don Alberto Turrent, cabeza de la prestigiada Casa Turrent, fundada en 1880, y recorrer la famosa fábrica de puros “Te amo” para conocer tan largo proceso de fabricación. 

LO QUE DURA UN INSTANTE   

Cuando un puro llega a las manos del fumador se enciende en un instante para así culminar una historia que ha pasado por decenas de manos laboriosas. Antes fueron necesarios entre tres y cinco años para completar un proceso que comienza con un puñado de semillas y termina en el etiquetado para la presentación final. Al igual que con los buenos vinos, es el tiempo el que determina el sabor de cada puro.El cultivo de tabaco inicia durante los meses más calurosos y el crecimiento de las matas hasta la cosecha tarda aproximadamente 17 semanas. Si bien la labor más conocida y prestigiada en la industria tabacalera es la del torcedor, el trabajo del agricultor no es menos laborioso, pues empieza muy temprano, debe recolectar hojas a mano y visitar cada planta al menos 150 veces durante la cosecha.Cada hoja se clasifica según la textura, tamaño y color para determinar qué parte del cuerpo formará; existen más de 50 categorías y hasta 60 tonalidades. Tras la selección las hojas se distribuyen en galeras para retirar el exceso de humedad y dejarlas fermentar; mientras más fermentado esté el tabaco será de mayor calidad, se trata de un proceso lento que puede tomar hasta cinco años, afirma don Alberto Turrent.Los torcedores se valen de su experiencia y algunas herramientas rudimentarias como la guillotina, el cepo y una tabla de madera para realizar el que quizá sea el trabajo más delicado de todo el proceso.

¡Descubre el México Auténtico a través de nuestro podcast!

Con la sabiduría de sus manos transforman las hojas de tabaco en el cuerpo del puro y lo visten con su capote, una hoja grande, sin nervaduras y de color impecable, que da al habano su elegante presentación.  Los cigarros ya formados son sometidos a rigurosas pruebas de calidad: los que presenten algún defecto se desechan mientras el resto permanece algún tiempo –uno o dos meses– en el área de conservación, donde se vigilan la temperatura y el nivel de humedad. Si ésta es excesiva el puro no se podrá fumar; si es muy baja el sabor será picante; si las hojas están muy apretadas se apagará; si están flojas no se quemará de manera uniforme.

Es necesario tener un estricto control para que el tabaco no pierda sus cualidades de sabor, aroma y textura.La última etapa es el etiquetado, una labor exclusiva de mujeres. Los puros se adornan con una anilla que sirve además para que los fumadores no se manchen los dedos, y se envuelven en laminillas de olorosas maderas como la caoba, en papel tisú o celofán. Hay una gran variedad de presentaciones para cada ocasión, desde las tradicionales cajas de madera o los atados con cintas de seda, hasta los empaques individuales de aluminio.Los fumadores conocen la importancia de cada una de estas etapas y del paso del tiempo, quizá por ello, a diferencia de los cigarrillos, cuyo consumo se asocia con la tensión y rapidez de la vida moderna, fumar puros continúa siendo una práctica que requiere un espacio de tranquilidad para el disfrute.En nuestro país el puro perdió popularidad durante algunas décadas, pero en fechas recientes ha tenido un resurgimiento.

Si bien no ha dejado su carácter de clase y poder, se ha convertido en símbolo de jóvenes que miran la modernidad desde el sosiego que propicia un producto natural, de origen artesanal, que se enciende por puro placer. 

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
Comentarios