Encuentro con Nadzcaan (Campeche) - México Desconocido
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Encuentro con Nadzcaan (Campeche)

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Encuentro con Nadzcaan (Campeche) fifu

Fue don Asunción Pech Cocom, habitante de un pueblo campechano llamado Conhuas, quien me comentó que en las inmediaciones de la exuberante selva, al noreste de su comunidad.

Había visto hacía muchos años unas ruinas muy grandes, y que consideraba adecuado que las visitara para opinar al respecto. Afortunadamente, tiempo después fui comisionado por el Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Campeche para realizar una inspección el el lugar.   

EL HALLAZGO     

Conhuas es un tranquilo poblado de aproximadamente 10 hectáreas de extensión, cuenta con 200 habitantes y sus casas son de madera; está ubicado al sur del estado de Campeche, a la altura del kilómetro 95 de la carretera Escárcega-Xpujil. Es una comunidad de gente laboriosa, dedicada a las actividades de la milpa, a la incipiente ganadería y al cultivo de frutas como el plátano y la naranja; los habitantes recuerdan con nostalgia aquel tiempo en que el pueblo fue eminentemente maderero, pero hoy, debido a la tala inmoderada de los árboles, esa actividad poco a poco va quedando en el pasado.  Después de los preparativos, una fría mañana de invierno iniciamos la marcha, cubiertos con gruesos cobertores que don Asunción Pech nos ha proporcionado, Andrés Caamal, custodio de Balamkú y yo, acompañados por José del Carmen y Chonelo Pech Gomes, hijos de don Asunción, abordamos un camión de redilas que no transporta a 8 km al este del pueblo, dejándonos en el km 103 de la cinta asfáltica, de donde saltamos hacia la selva. 

 La falta de veredas, brechas o camino alguno, no es impedimento para que avancemos a pie; y así a golpe de machete y ladeando arbustos y hierbas, poco a poco nos vamos adentrando a un medio donde reina la naturaleza y el poder de los hombres se empequeñece.  La selva que recorremos es tropical mediana y de hojas caducas; su densidad nos da la impresión de una recia muralla de 15 a 20 m de altura que apenas deja pasar los rayos del sol.  Hacia la tarde empezamos a advertir pequeñas plataformas y cimentaciones de chozas prehispánicas; escalamos entonces un gran árbol para observar desde sus ramas el horizonte y, mirando hacia el oeste, logro ver, a unos 4 km de distancia, una colina de aproximadamente 50 m de altura, sobre la que se levantan dos majestuosas pirámides; ladistancia que nos separa de ellas no es mucha, pero la falta de agua y el poco tiempo que nos queda de claridad nos obligan a regresar a Conhuas.  Al otro día comenzamos de nuevo nuestra marcha por este fragmento de tierra campechana, donde aún abunda el venado, el tapir, el jaguar y el pavo ocelado.  Más de una vez nos perdemos por estrechas veredas, que con machete en mano hace José del Carmen para poder continuar. Ya en la tarde, Andrés Caamal, desde la cima de un enorme árbol, nos informa: «¡estamos como a un kilómetro al este de las pirámides, con claridad veo hasta sus piedras!». 

Nos encaminamos hacia el rumbo que Andrésnos señala y cuando consideramos que estamosen el sitio, exploramos el terreno: es tal la espesura de la selva en este lugar, que estando parado sobre el primero de los cuerpos del Templo Mayor no alcanzo a ver el segundo.  Escudriñamos y lo que vemos nos causa admiración: dos elevadas pirámides de 40 a 50 m de altura, con muros derruidos y escalinatas que rematan en templos, que aunque destruidos por el paso del tiempo aún despiertan el sentimiento de paz y serenidad que producen los recintos religiosos. Distinguimos también muchos otros edificios de menores dimensiones y un juego de pelota, par de construcciones alargadas y paralelas que nos recuerdan que esa actividad era de carácter ritual, no deportivo.  Vemos igualmente más de trece estelas, monumentos monolíticos esculpidos, con sus respectivos altares redondos, algunas permanece en pie y otras yacen caídas.   

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Observamos detenidamente la estela que enumeramos con el número 1 y notamos la imagen del que fue uno de los personajes de la ciudad: está de pie, con las piernas abiertas, el torso lo tiene de frente y la cara de perfil; con la mano derecha sostiene un cetro maniquí de mango serpentino y parte superior con representación del dios “K”, y con la izquierda sujeta un escudo. En uno de sus costados lleva una cabeza-trofeo; orejeras y un tocado zoomorfo de regio plumaje completan su vestuario. Por asociación estilística con las estelas 1 y 25 de Dos Pilas podemos fechar nuestra estela entre los años 650 al 750 d.C.  El sitio que hemos encontrado no es una tierra virgen que el hombre jamás haya pisado: las viejas cicatrices en los árboles de chicozapote nos dicen que hace muchos años anduvieron por aquí los chicleros, y algunas calas nos indican que también estuvieron los saqueadores.  Nuestras observaciones se ven interrumpidas por la penumbra que antecede a la noche, y la falta de equipo para acampar nos fuerza a iniciar elretorno.   

DESCRIPCIÓN GENERAL DE NADZCAAN   

Nadzcaan está construido a base de grupos arquitectónicos dispersos, ubicados en los lugares más altos para evitar las zonas inundables; estos grupos van desde los más grandes, como los que forman el área nuclear o centro cívico-religioso, hasta los más pequeños que forman los sectores habitacionales.  El acceso al núcleo de la ciudad se hacía por el lado oeste, en donde existe un encaño que fue terraceado en forma de grandes escalones que conducen a la parte superior de la colina, donde entremezcladas con la espesa vegetación notamos más de 40 estructuras divididas en tres grupos, los cuales identificamos con las palabras del maya yucateco como: «Ah Kin» (Sacerdote del culto solar), «Ah Balam» (Sacerdote del culto al jaguar) y «Ahau Caan» (Señor del cielo).  Los elementos arquitectónicos observables son: grandes edificios públicos en forma de pirámides con una sola escalinata de acceso a su parte superior y estelas en el interior de los templos, como el caso de las estructuras 1 y 5 del grupo «Ah Kin»; restos de habitaciones angostas y alargadas cuyo ancho es mayor al grosor de sus muros; bóvedas a base de lajas saledizas; escalinatas de grandes y gruesos bloques bien cortados y tallados; muros de mampostería burda en la que los bloques están irregularmente cortados y ligeramente tallados, algunos sin superficie plana; muros recubiertos de bloques de tamaño variable, muy bien cortados y tallados que encajan a la perfección unos con otros; estructuras agrupadas en tomo de plazas. 

Entre los monumentos arqueológicos más sobresalientes detectamos 13 estelas, que servían para plasmar escritura jeroglífica o imágenes y conmemoraban algún acontecimiento importante en la vida de los mayas.  Igualmente destaca la estructura 1 del grupo «Ah Kin», enorme basamento piramidal formado de cuando menos ocho cuerpos escalonados con una escalinata al poniente, ésta remata en un santuario superior, en donde existe unaestela sin relieve. Los cuerpos del basamento fueron hechos a base deuna mampostería burda, lo que indica que estuvieron recubiertos de una gruesa capa de estuco.  Monumento importante también en el grupo » Ah Kin» es la estructura 2. Los cuerpos del basamento son de estilo arquitectónico «Petén». 

En el grupo «Ah Balam», entre escalinatas, altares, patios y plazas de- limitadas por estructuras piramidales, sobresale eljuego de pelota, ambosedificios forman un patio donde no observamos marcadores, anillos ni edificaciones transversales que delimiten los extremos dela cancha; las paredesque determinan el patio son casi verticales y están hechas de una mampostería burda similar ala de los cuerpos de laestructura «Ah Kin-l». En el grupo «Ahau Caan» existe otro par deedificios alargados y paralelos con orientación este-oeste, que probablemente sean otro juego de pelota. Cuevas y canteras,que son los bancos dedonde los mayas extraían el material para construir se observan en varios puntos de la ciudad.   

Nadzcaan es un sitio arqueológico con características que lo unen a las grandes ciudades que florecieron en la región del Petén, en el periodo Clásico de la cultura maya.  Por su ubicación muy al norte del Petén central y su situación entre Calakmul y Edzná, podemos suponer que Nadzcaan-a 70 km de Calakmul-, junto con Balamkú, fueron el eslabón de una cadena de sitios que permitieron la interacción cultural, social y comercial, entre sitios del retén y Edzná, en el periodo Clásico temprano (300-600 d.C.).  Luego de nuestros trabajos de prospección arqueológica en Nadzcaan, el INAH ha levantado un croquis del área central del sitio y ha construido un camino de acceso; actualmente realiza trabajos de excavación y restauración de estructuras que permiten observarlo relevante del sitio.   

SI USTED VA A NADZCAAN   

Para llegar al sitio se toma la carretera federal núm. 186 Escárcega-Chetumal, se llega al poblado de Conhuas y a la altura del km 96 se avanzan 15 km por camino de terracería hacia el noreste del pueblo.  Nadzcaan está a unos 15 km al noreste de Balamkú y a unos 70 km al norte de Calakmul. Sus coordenadas geográficas son: 18° 36’ 30” latitud norte, y 89° 50’ 45” de longitud oeste.   

 Fuente     :   México desconocido No. 272 / octubre 1999

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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