Escalada en El Arenal (Hidalgo)
Desafiando el vértigo del vacío, aferrándonos a la roca con la fuerza de nuestros dedos, manos, brazos y piernas descubrimos el fascinante mundo vertical de la escalada en roca.
Practicar uno de los deportes más intensos y extremos del mundo exige una gran fuerza física y mental, mucho equilibrio, gran elasticidad, coordinación de las cuatro extremidades y nervios de acero. Sólo así se pueden superar las rutas más difíciles.
No hay experiencia que se iguale a pararse debajo de una pared, pasear la mirada por la ruta e imaginar cuáles movimientos hay que realizar. Tomamos las anillas y protecciones necesarias, nos untamos magnesia en las manos y comenzamos a subir; lo más delicado es cuando se colocan las primeras tres protecciones, ya que todavía se está cerca del piso. Una vez que se gana altura uno se relaja y comienza a realizar una serie de movimientos fluidos como una danza sobre la pared.
El secreto de la escalada está en las piernas, nuestras extremidades más fuertes, y hay que utilizarlas bien liberándole carga a los brazos, que se cansan más rápido. Todos los escaladores nos exponemos a las caídas o “a volar”, como decimos; hay veces que se pierde el equilibrio o simplemente se agotan tus fuerzas y nos caemos, “volamos”. Es ahí cuando entran en acción las protecciones colocadas debajo de la cuerda y del compañero asegurador, quien se encarga de ir dándonos cuerda mientras ascendemos y de no dejarla correr cuando nos caemos. De esta manera sólo se vuela la distancia de cuerda que nos sepa-ra de la última protección.
La escalada es un deporte de mucha atención y hay que respetar siempre las reglas de seguridad y nunca escalar de puntero un grado que aún no se domine.
LA CUEVA DEL ARENAL EN HIDALGO
A tan sólo 30 km de Pachuca, tomando la desviación a Actopan, se encuentra el municipio El Arenal, boma en otomí, que significa un montón de arena. A unos diez minutos del pueblo y desde la carretera, se pueden ver increíbles formaciones de roca; lo más llamativo son unas agujas de piedra llamadas Los Frailes, lugar ideal para divertidas caminatas a campo traviesa, escalada relativamente fácil y la posibilidad de “rapelear” desde la cima. Otro dato de interés son las pinturas rupestres, no muy conocidas, pero de importancia histórica. El clima es templado-frío y el lugar semidesértico, con cactáceas, matorrales de zonas áridas y semiáridas y roca volcánica.
Una vez en la plaza principal del poblado se debe buscar una terracería, aproximadamente uno y medio km sin problemas para el coche, que termina a unos 30 minutos de la cueva.
La subida a pie, un tanto empinada, toma alrededor de 25 minutos y en el camino hay un primer sector de escalada deportiva exterior llamado La Colmena. Aquí hay 19 rutas cortas –cuatro o cinco placas solamente–, y los grados van desde 11- hasta un proyecto de 13. Antes de llegar a la cueva hay un desplome donde se armaron unas cinco rutas también cortas y explosivas.
Finalmente, en la cueva hay unas 19 rutas; las que se encuentran en los costados de la entrada son verticales y las de adentro son desplomadas y de techo. Por esta razón, en general son de grados altos, desde un 12a hasta un 13d y una propuesta de 14. Todas armadas por el FESP –Fondo de Escalada Súper Pobre–, que de igual manera es responsable por abrir algunas de las zonas de escalada en roca más importantes del país.
Las rutas de la cueva son cada vez más populares entre la comunidad escaladora, sobre todo del DF, porque en tiempo de lluvia no son muchos los lugares que se pueden escalar. En otros sectores, a lo largo de muchas rutas cae agua directamente, o al menos el ambiente se humedece de tal manera que los agarres se ponen pastosos y las pisaderas resbalosas. En cambio, aquí las rutas están en desplome y techo, así que se puede escalar prácticamente todo el año. Las rutas clásicas de este sector son: Trauma, 13b, explosiva, relativamente corta, viendo la entrada de la cueva de frente, va de izquierda a derecha empezando suspendido en el techo; Matanga, 13b, de resistencia por ser relativamente larga y en desplome, que va en sentido opuesto; en el techo, del lado izquierdo, se encuentra una ruta corta, difícil y con una salida incómoda; Penitente, 12c; y finalmente una ruta nueva, larga, de techo, Rarotonga, 13-, a la primera reunión, y 13+, saliendo por el desplome a la segunda.
Actualmente esta cueva y en especial la ruta de Trauma ocupa un lugar muy importante en la historia de la escalada deportiva de nuestro país, ya que la escaladora Isabel Silva Chere logró encadenar el primer 13B femenino de México.
GRADUACIÓN DE LA DIFICULTAD
Las rutas se clasifican por un grado de dificultad dentro del mundo de los escaladores y se conocen por un nombre que da el que abre la ruta: el primero en escalarla. Hay nombres muy divertidos, como “Por tu culpa perdí los tenis”, “La huevos”, “Trauma”, “Rarotonga”, etcétera.
Para definir la dificultad de una cierta escalada se desarrolló en Los Alpes y más tarde en California un sistema de graduación que sobre todo indicara que la actividad a realizar ya no sería caminar, sino escalar. Esto se representó con un número 5 seguido de un punto decimal y un número representativo de la mayor o menor dificultad de la escalada. Así la escala comenzó en 5.1 y se ha expandido hasta 5.14. Aún con esta graduación, el rango entre un número y otro parecía pequeño, y en 1970 se incluyeron las letras en el sistema de graduación; así surgió el Sistema decimal de Yosemite, el cual abarca cuatro grados más de dificultad entre cada número. Los resultados son de la siguiente manera: 5.10a, 5.10b, 5.10c, 5.10d, 5.11a, y así sucesivamente hasta el 5.14d. Este método es el utilizado en México.
FACETAS DE LA ESCALADA EN ROCA
La escalada exterior: Como su nombre lo indica, los agarres pueden ser hongos de roca, bolas, repisas hasta pequeñísimos agarres donde apenas entran las primeras falanges de los dedos. Aquí el tipo de protecciones son conocidas como plaquetas, donde el escalador se va asegurando conforme asciende con la ayuda de anillas, cinta con un mosquetón en cada uno de sus extremos.
La escalada interior: El escalador asciende por grietas y fisuras empotrando su cuerpo, brazos, manos y dedos como cuñas; las fisuras reciben diferentes nombres según su tamaño. Las más anchas son conocidas como chimeneas, en las que se asciende en oposición entre dos muros laterales. Los off-width son fisuras en las que se puede empotrar todo el brazo; luego hay fisuras de puño, palma de la mano y las más pequeñas de dedos. La forma de proteger estas vías es con anclajes removibles conocidos como: friends, camalots, spiders y stopers.
DEPORTIVA
La escalada deportiva es en la que se persigue el más alto grado de dificultad, como en la cueva del Arenal, sin necesariamente pretender alcanzar una cima. Se progresa únicamente valiéndonos de agarres, apoyos o fisuras. Por lo general, no se superan los 50 m de desnivel.
ARTIFICIAL
La escalada se considera artificial cuando nos valemos de las protecciones para progresar sobre la roca; para ello se utilizan estribos y escaleras de cinta, los cuales se van colocando en cada protección y sobre ellos vamos avanzando sucesivamente.
GRAN PARED
La escalada de gran pared es en la que se pretende superar por lo menos 500 m de desnivel. Puede incluir todos los tipos de escalada mencionados y por lo general requiere de un esfuerzo de más de un día y de dormir colgados.
Fuente: México desconocido No. 330 / agosto 2004
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