Explorando los Bosques de Chiapas
Naturaleza y café en El Triunfo
Nuestros fotógrafos Claudio y Rodrigo se aventuraron en un intenso viaje a la Reserva de la Biosfera El Triunfo, donde conocieron, además de su biodiversidad, los esfuerzos de preservación en las fincas cafetaleras de la zona.
Texto: Rodrigo Sierra
Fotografías: Claudio Contreras Koob y Rodrigo Sierra
ANTEDECENTES
Fue en junio de 2004, durante una caminata dentro de los cafetales de Arroyo Negro, que Efraín (administrador de Finca Arroyo Negro) logró observar un jaguar. Este hecho, que bien pudo haber quedado como una experiencia más, lo hizo pensar en todas las formas de vida que dependen de la existencia de los bosques dentro y alrededor de la finca, y de cómo la producción de café de sombra de altura podría jugar un papel importante en su conservación.
Este evento terminó desencadenando la completa transición de la Finca Arroyo Negro hacia la sustentabilidad, con un fuerte énfasis en la conservación de los bosques, el agua y la biodiversidad, cambiando muchas de las maneras de producción tradicional y convirtiéndose en un ejemplo regional y nacional. Algunas de las reglas implementadas fueron la no cacería de fauna silvestre, la no extracción de vegetación y suelo, y el respeto absoluto a las corrientes de agua, evitando su contaminación. También implementaron la producción orgánica, eliminando el uso de pesticidas sintéticos, peligrosos para la salud humana y de sus ecosistemas únicos.
Objetivo
7 días para probar la resistencia del Equipo MD en áreas extremas.
Descubrir lugares casi inexplorados de la zona de la Reserva de El Triunfo en compañía de un guía local experimentado.
Conocer una finca cuya producción cafetalera es autosustentable y una de las más reconocidas del mundo.
Examinar de cerca las especies únicas que habitan la reserva como colibríes, venados, pecaríes y nauyacas.
El viaje
EL INICIO
Salimos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con destino a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, de donde partimos rumbo a la Reserva de la Biosfera El Triunfo. En la tarde llegamos a la finca El Paraíso, propiedad de la familia Orantes, dedicada a la producción cafetalera desde 1946 y dueña también de la Finca Arroyo Negro, que destaca por la producción de café orgánico.
Después de conocer los pasos del procesamiento del café de sombra de altura, salimos hacia Arroyo Negro, localizada a 16 kilómetros, siguiendo un camino de terracería junto al río. En el paisaje, las selvas tropicales se entremezclan con bosques de coníferas y mesófilos, resultando en una panorámica sorprendente.
DÍA 7
El calor es agobiante, pero vemos la niebla cubrir las montañas y los bosques. Nos quedamos aquí fotografiando hasta caer la noche. Al llegar a Arroyo Negro, don Víctor, el encargado, nos tiene listos un caldo de pollo orgánico y tortillas recién hechas.
Esta corta visita nos deja con ganas de regresar, pero saber que hay gente trabajando por su conservación es un gran respiro. Las áreas naturales de México, con o sin protección gubernamental, dependen de las decisiones de sus propietarios, por lo que ejemplos como Arroyo Negro son fundamentales para mantener estos ecosistemas y su biodiversidad en el largo plazo.
DÍA 6
Son las 5:00 am y nos espera Juan Carlos, que trabaja en La Nueva Linda. Para llegar a las zonas más altas, donde la neblina se acumula y el bosque mesófilo se forma, es necesario caminar por horas siguiendo veredas hechas por tapires (podemos ver sus huellas), con pendientes pronunciadas.
Hallamos un nido de pajuil en el que Claudio se instala por una hora; los demás buscamos una nauyaca cotorrera o bicolor, una especie bella y poco venenosa. Continuamos cuesta arriba. Poco a poco, los árboles se cubren de orquídeas, bromelias, lianas y heno. El ambiente es fresco. Aprovechamos el atardecer para fotografiar estos paisajes y respirar el aire húmedo. A pesar de estar cubiertos de tierra, hojas y sudor, el administrador de la finca y su esposa nos reciben con una cena deliciosa. La hospitalidad de esta región no deja de sorprendernos.
DÍA 5
Esta tarde visitaremos la Finca La Nueva Linda (a escasos kms de Arroyo Negro) que nos permitirá acceder a las partes más altas. Ahí nos recibe Juan José Moguel Orantes, el dueño, quien nos ofrece una habitación y un café. Doña Pascuala, indígena chamula a cargo de la cocina, nos da un vaso de pozol.
Conversamos sobre la fauna local (jaguar, tapir, quetzal, pavón y nutrias) y partimos hacia los cafetales, donde los gruesos árboles de la selva tropical se unen con los bosques de niebla. El paisaje es impresionante. Escuchamos el canto del pajuil, ave cuyo sonido es similar al que emitían los Velociraptor de Parque Jurásico. Ya de noche, seguimos un arroyo con mucha vegetación en nuestra habitual búsqueda de ranas y serpientes. Vemos una rana arborícola, que brinca de un lado a otro, complicando el trabajo de fotografía, pero logramos retratarla y nos vamos triunfantes.
DÍA 4
Javier nos contó de La Salina, una sección del río Negrito donde hay nutrias. Esta vez nos separamos: Claudio se queda en La Salina, ya que fotografiar estos animales requiere silencio; Javier y yo continuamos corriente abajo a La Caja, una bonita cascada donde retratamos el amanecer. Javier me deja aquí y regresa con el desayuno: café, huevos fritos, frijoles y tortillas hechas a mano.
Nos encontramos con Claudio a medio día. No vio nutrias, pero logró buenas imágenes de aves en el arroyo. Nos lanzamos a explorar las partes altas de la finca. Javier y Claudio se internan en el bosque para fotografiar un pájaro trepatroncos y yo busco el atardecer. En el recorrido veo un grupo de pavas en lo alto de un enorme pino. Regreso corriendo por mis compañeros, pero al llegar ya no están. Javier escucha el canto cañada abajo y se lanza tras ellas. Media hora más tarde regresa Claudio y me dice: “Una foto buena”. Conociendo su estricto control de calidad, sé que se trata de una foto grandiosa.
DÍA 3
Empezamos fotografiando paisajes al amanecer, percibiendo el agradable aroma de los cafetales. A nuestro regreso, escuchamos el canto de la pava cojolita, ave de gran tamaño representante de la fauna nativa. Claudio se queda inmóvil. Permanecemos ahí tres horas, pero no conseguimos un buen ángulo.
En la finca aprendimos cómo se hace el secado del café. Después nos preparamos una taza y montamos un estudio portátil para fotografiar una serpiente que encontramos en las inmediaciones. Al poco rato llega la lluvia. Esta noche dormimos temprano.
DÍA 2
Andamos a oscuras y en silencio, vestidos en camuflaje para evitar ser detectados por la fauna. Hoy el objetivo es fotografiar al ave manaquín de cola larga, común en los bosques del sur. Javier nos lleva a una ladera donde la ha visto y nos hace señas al oír su canto. Claudio se queda inmóvil por horas, esperando el momento adecuado. Después de tanto esfuerzo, el resultado no es bueno. La decepción es un sentimiento normal en esta profesión.
Regresamos a la finca, tomamos café y nos alistamos para la expedición nocturna. Atravesamos un arroyo bastante complicado, donde aparecieron tres ranas diferentes. La noche es fresca y esta vez las serpientes venenosas no salen a nuestro paso.
DÍA 1
Son las 18:00 hrs y el sol está por ponerse. En un viaje fotográfico común, esto significaría el fin del día. No esta vez. Javier, nuestro guía, y yo colocamos dos cámaras trampa en sitios de paso de fauna silvestre y Claudio prepara su equipo. Escogemos un echadero de pecaríes de collar, con la esperanza de capturarlos en foto y video. Un chotacabras, una nauyaca real, dos ranas y miles de mosquitos son el resultado de la primera noche.
Conclusiones
La expedición llega a su fin. Camino a Tuxtla conversamos de este viaje. Nos enfocamos en la problemática de estas áreas naturales. Nos explicaron que los incendios provocados para abrir campos de cultivo o nuevas zonas ganaderas son un dolor de cabeza constante. Después de quemar el bosque, se extrae la poca madera restante y se prepara carbón. A esto le sigue la conversión a agricultura y ganadería, mismo que acabará por degradar los suelos en pocos años, dejando esos sitios totalmente destruidos e inservibles, con pocas ganancias económicas pero enormes pérdidas ecológicas con efectos negativos en el ya de por sí frágil tejido social.
En nuestro camino nos encontramos con incendios inducidos, venta ilegal de carbón y sitios devastados, advertencias de que no hay que bajar la guardia en la protección de nuestros recursos naturales.
El paso más radical para Efraín fue quizá el convertirse en uno de los defensores más activos de los bosques tropicales y de niebla en Chiapas. Actualmente, su trabajo como conservacionista no solo incluye la producción de café orgánico, sino que se ha asociado con importantes organizaciones de la sociedad civil, así como con fundaciones mexicanas que han creído en su proyecto de conservación.