Explora Las Nubes, pulmón de Chiapas y del continente
El turismo responsable es lo de hoy. La idea es disfrutar nuestras riquezas naturales, pero respetando el entorno. Hay muchas comunidades indígenas que te ayudarán a vivir de lleno este nuevo concepto.
Escuché de un desarrollo ecoturístico ubicado a orillas del río Santo Domingo, así que abordé mi vehículo y partí de San Cristóbal de las Casas a Comitán (carretera Panamericana Núm. 190). Después seguí por la carretera fronteriza del sur hasta llegar, después de 124 kilómetros, al ejido Las Nubes, Maravilla Tenejapa. Antes de llegar al río Santo Domingo, me desvié a la localidad de Jerusalén, en Las Margaritas, donde está el centro turístico para acampar. Por cierto, avisando con anticipación le organizan un descenso en balsa por el río Santo Domingo. Durante el descenso se disfruta del paisaje inigualable y la fauna de la región: tucanes, garzas, nutrias, loros, jabalíes, mojarras y el martín pescador. Se desciende por emocionantes rápidos clase III y IV y finaliza poco antes de llegar a las cascadas y al Centro Ecoturístico de Las Nubes.
Como en las nubes…
El Centro Ecoturístico se formó hace cinco años y es operado por la cooperativa Causas Verdes, empresa turística local formada por habitantes indígenas tzotziles y tzeltales, quienes encontraron en el ecoturismo una alternativa para aprovechar sus recursos naturales y enseñar a los visitantes sus bellezas. Se ha convertido en uno de las más exitosos del estado, ya que ha demostrado que se puede vivir de la naturaleza sin destruirla, más bien conservándola y protegiéndola.
Este desarrollo cuenta con servicio de alojamiento en 18 cabañas, zona acondicionada para acampar, en donde se puede rentar el equipo apropiado; restaurante con comida típica; mirador escénico, puente colgante, tirolesa y estacionamiento.
Senderismo y fotografía
Una vez que me instalé en la cabaña, preparé mi mochila y uno de los guías me mostró los senderos para caminatas (si quiere andar solo, no hay problema, ya que todo está bien señalizado). Sin más tiempo que perder, comencé a fotografiar las espectaculares cascadas que salían a mi paso. Más adelante me detuve para admirar el espectáculo desde un puente colgante que cruza por arriba de un profundo cañón, donde el agua corre con toda su fuerza.
Caminando fotografié todo cuanto veía: begonias, orquídeas, lianas de formas caprichosas y gigantescos árboles característicos de la selva tropical. Pasando unas cabañas, seguí caminando a la orilla del río hasta llegar a la Licuadora, también llamada El Cañón del Arco Iris, donde todo el cauce del río Santo Domingo se precipita y gracias a la brisa que se levanta, se forman mágicos arcoiris.
De regreso a la selva, seguí caminando por un sendero montaña arriba atravesando por formaciones rocosas para finalmente llegar hasta el mirador principal, ubicado en lo alto de uno de los peñascos de más de 100 metros de altura. Desde este punto disfruté de una maravillosa panorámica del río Santo Domingo que pinta de azul y blanco el paisaje selvático.
Muy cerca se puede explorar una cueva con más de 200 metros de longitud o hacer un descenso en rappel por las paredes de roca, cuya altura varía de los 15 a los 100 metros. También puede deslizarse por una larga tirolesa o escalar una vía ferrata. Otras actividades son: bicicleta de montaña, montar a caballo o nadar en las pozas ubicadas justo enfrente de las cabañas.
¿Dónde está Las Nubes?
Se localiza en los linderos de la Selva Lacandona y de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules. Es la mayor selva tropical húmeda de México y un espacio natural megadiverso, en apenas el 1% del territorio nacional que abarca, cobija a más del 20% de la diversidad biológica del país.
Es también el lugar con mayor concentración de especies animales y vegetales de América del Norte, por lo cual juega un importante rol en el equilibrio ecológico y climático del continente.
Dentro de la Selva Lacandona se desarrollan numerosos ecosistemas entre los que figuran el bosque de niebla, de pinos, pantanos y principalmente, la selva verde perenne. La abundancia de cuerpos de agua en su interior la convierten en un importante espacio concentrador de recursos para cuidar y preservar a futuro. Además de la riqueza biológica, comprende también el patrimonio étnico, cultural y arqueológico de la cultura maya.
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