Festival de aves toh, un recorrido diferente por Yucatán - México Desconocido
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Festival de aves toh, un recorrido diferente por Yucatán

Yucatán
Festival de aves toh, un recorrido diferente por Yucatán fifu

El estado cuenta con 444 especies de aves, lo que representa cerca del 50% de las registradas en el país, y para que el visitante aproveche al máximo su estancia, se han propuesto varias rutas que funcionan como guía para los observadores de aves y para que también disfruten del mundo maya.

Yucatán se ha convertido en un excelente destino para el turismo de naturaleza, con la posibilidad de participar en el evento anual denominado Festival de las Aves de Yucatán, que recibe el nombre maya de Toh o Pájaro Reloj (Eumomota superciliosa), una de las aves más hermosas de México.

Toda la Península y en especial el estado de Yucatán, se visten de colores variados cuando inicia el otoño, pues éste marca la llegada y paso de miles de aves migratorias; no obstante, es a mediados del año, cuando la mayoría de las aves residentes entonan sus cantos y son más visibles porque así delimitan sus territorios de crianza.

En esta región con alto endemismo en flora y fauna, existen 11 especies de aves endémicas, unas 100 subespecies endémicas y más de 100 migratorias, por ello, las aves son un atractivo para los amantes de la naturaleza; además, el clima cálido con una estación seca y otra húmeda influye en la composición específica de las aves del estado, lo que permite elegir la mejor época para encontrar alguna especie en particular.

Sihunchén: Parque Ecoarqueológico

Los rayos matutinos iluminan un sendero en este parque al oeste del estado, a sólo 30 km de Mérida. El chirrido casi metálico trrr trrrtt trrriit, el canto melancólico del tecolote o el lejano murmullo de una paloma, se escuchan de manera continua. La selva baja amanece húmeda y es difícil identificar las especies por la abundancia del follaje de katsim, guaya o chechém; las aves están “enchumbadas” (esponjadas, mojadas) y sólo algunos pájaros pequeños como las perlitas, colibríes y mosqueros brincan de rama en rama, empiezan inquietos el día buscando insectos, frutas y flores. Entre esta variada avifauna se puede ver una matraca yucateca sobre un kantemoc, en el cielo una aguililla y sobre una penca de henequén un cenzontle gris hace equilibrio.

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Avanzamos por senderos interpretativos que atraen a visitantes de Mérida y poblados aledaños, pues esta selva baja reviste gran importancia porque en su interior alberga varias pirámides mayas con una plaza ceremonial. En pocas horas observamos varias decenas de especies, a lo que contribuyó nuestro excelente guía, Henry Dzib, un gran conocedor de los nombres mayas, en inglés o el nombre científico de las aves observadas o escuchadas. Durante el recorrido, también identificamos por su nombre maya a varias plantas de uso medicinal y ornamental. Después de conocer este lugar mágico, ubicado entre el poblado de Hunucma y la Hacienda San Antonio Chel, desayunamos típicos panuchos, polcanes y huevos con chaya, y así partimos hacia Izamal.

Izamal, Oxwatz, Ek Balam: mundo maya modificado

Casi en el centro del estado, a 86 km de Mérida, arribamos a una de las más bellas ciudades de México, Izamal, Zamná o Itzamná (Rocío del Cielo), que destaca por sus coloridas casas blancas y amarillas, hoy incluida en el programa de Pueblos Mágicos de sectur y que este año será sede de la Clausura del 6º Festival de las Aves 2007.

Desde la tarde contactamos a los guías locales que nos conducirían hasta Oxwatz (Tres vías), un sitio abandonado por mayas contemporáneos que despertó nuestra curiosidad.

La neblina matutina nos acompañó las casi dos horas del recorrido que incluyó Tekal de Venegas, Chacmay y cascos de antiguas haciendas. En el camino rústico encontramos aves como el espléndido pájaro toh, un cardenal, varias codornices, calandrias y decenas de garrapateros. Los sonidos producidos por grillos y chicharras se confunden con el canto de una tucaneta, la algarabía de las chachalacas y el llamado de un gavilán en la entrada a Oxwatz, un predio de 412 hectáreas delimitado por árboles de más de 20 metros de altura, como el dzalam, chakáh e higuerón. Finalmente llegamos a los restos de un poblado maya rodeado por densa selva mediana caducifolia, donde también existen antiguas estructuras mayas de más de 1,000 años, según Esteban Abán, que se dice descendiente de akicheles mayas y cuyos abuelos habitaron este lugar.

Caminamos en fila india bajo frondosos árboles y desde lo alto de un pich, un pequeño tecolote observaba atento; pasamos junto a un arbusto con decenas de jícaras colgantes donde un colibrí canela revolotea, y poco después, entre la maraña de ramas, lianas y bromelias, admiramos un pájaro toh que movía su larga cola como un péndulo. Recorrimos los bordes del enorme cenote Azul parecido a un plácido lago; pasamos frente al cenote Kukula y llegamos a la pirámide central que se eleva casi 30 metros y que luce porciones de paredes completas en la cima, hasta la que subimos para admirar varios cenotes y aguadas, todo rodeado por la inmensidad de esta nutrida selva tropical.

Atrás quedó Oxwatz, y nuestra siguiente escala fue en la extensa zona arqueológica de Ek Balam, un lugar recién restaurado y con impresionantes esculturas. El área está rodeado de bellos cenotes, entre los que destaca el Centro Ecoturístico Cenote Xcanché, un lugar donde tiene su hábitat el toh, asociado con sitios arqueológicos, porque anida en oquedades de la pared de algunos cenotes, en recovecos entre las estructuras mayas y también en los antiguos chultunes, que sirvieron para almacenar agua desde tiempos remotos. Por suerte, aquí admiramos media docena de toh, saliendo de sus nidos ocultos, en la parte media e inaccesible de las paredes de este cenote.

Río Lagartos: aguas teñidas de motas rosas

Llegamos muy temprano a éste, el último punto del recorrido, un pueblo pesquero que cuenta con toda la infraestructura para realizar recorridos por la costa, los manglares y para admirar las colonias de flamencos. Aquí, Diego Núñez nos condujo en su lancha por canales entre los mangles, donde pudimos observar aves raras o amenazadas como la garza pico de zapato, el ibis blanco, la cigüeña americana y la espátula rosa; más adelante encontramos islas de mangle cubiertas por fragatas, pelícanos y cormoranes. Vemos todos los espacios ocupados por aves diversas, pues en sitios con aguas bajas vagan playeritos, candeleros, garzas y gaviotas. Mientras que el cielo siempre está adornado por decenas de fragatas y pelícanos, y algunos zopilotes.

El camino que nos lleva hasta a Las Coloradas, está rodeado por dunas costeras donde abunda el sisal, un pariente cercano del henequén, un algodón silvestre y densos arbustos que dan cobijo a varias especies de palomas, a algunas rapaces y aves migratorias llegadas de Norteamérica. En sitios donde el agua de mar se comunica con los canales interiores, se crean las rías, sitios donde encontramos decenas de garzas anidando. Poco después de la fábrica de sal, bordeamos extensos estanques rojizos de donde se extrae la sal. En esta maraña de caminos de saskab (tierra caliza), buscamos un estanque que hace pocos días observó durante un recorrido aéreo un experto en conservación de aves coloniales, el doctor Rodrigo Migoya. Después de recorrer más de 2 km, hallamos nuestra meta, una gran colonia de flamencos, cientos o miles, nos deslumbran con el rosa intenso del plumaje. Con la ayuda de binoculares descubrimos lo más interesante, un manchón color café oscuro cerca de la colonia, era una bandada de 60 a 70 polluelos de flamenco, algo difícil de ver, porque estas aves son ariscas, se reproducen en sitios inaccesibles, su nidada es baja y con frecuencia son perturbados por tormentas tropicales, humanos y hasta por jaguares.

Poco después, al disfrutar una rica mariscada en la palapa Isla Contoy, hicimos el recuento: recorrimos medio estado y vimos casi 200 especies de aves, aunque, lo mejor fue admirar a la especie más emblemática del sureste, el flamenco y sus crías, por lo que hoy sabemos que el próximo año, otros participarán de este espectáculo.

6º Festival de Aves de Yucatán 2007

El evento principal del festival es Xoc Ch’ich’ (en lengua maya, “conteo de aves”). En este maratón el objetivo es identificar el mayor número de especies en 28 horas, del 29 de noviembre al 2 de diciembre. Existen dos sedes: Mérida (inauguración) e Izamal (clausura). Todos los participantes deben pasar dos noches en ambientes rurales, para poder observar el máximo número de las 444 especies de aves en el estado.

Los equipos se forman de tres a ocho personas. Un integrante debe ser guía profesional y todos deben registrarse debidamente. El maratón inicia a las 5.30 del 29 de noviembre y termina a las 9.30 horas del 2 de diciembre. Rutas sugeridas en el oriente del estado: Ek Balam, Chichén Itzá, Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, Reserva Estatal Dzilam del Bravo, Izamal y sitios aledaños como Tekal de Venegas y Oxwatz. Cada equipo elige la ruta.

El evento también incluye también Maratón de Aves, Concurso de Fotografía, Concurso de Dibujo, Taller de Aves para Principiantes, Taller Especializado (aves playeras) y Conferencias.

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