Fiesta del Maíz en Tlaxcala - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Fiesta del Maíz en Tlaxcala

Tlaxcala
Fiesta del Maíz en Tlaxcala fifu

En la Fiesta del Maíz, que se celebra el 19 y 20 de marzo, se disfruta el color, el sabor y el aroma del grano que alimenta al cuerpo y al alma de los mexicanos.

En marzo, cuando los maíces ya están ávidos de ser resguardados en la tierra para recibir el aliento de vida, muchos lugareños interrumpen sus labores en el campo y se congregan en el centro de San Juan Ixtenco para hacer la Fiesta del Maíz (Ngo r´o dethä, en otomí).

Los preparativos inician desde meses antes. Primero seleccionan las variedades de maíz que habrán de sembrar, después cuidan las plantas con mucho esmero, luego pizcan la mazorca —cortarla una vez que ha madurado—.

Al retirar las hojas que la cubren pareciera que en las manos de las campesinas floreciera la más hermosa flor, cuyos pétalos aprisionan los colores de las gemas más preciadas. La Fiesta del Maíz es un festín donde sin duda hasta el mismo arcoíris se sorprendería ante tanto colorido.

Este día las mujeres lucen muy orgullosas sus blusas cuyos bordados con la técnica del pepenado llevan plasmadas la flora y la fauna de su entorno; complementan el atuendo con sus respectivos collares y aretes hechos con maíz. Si te gustan estos accesorios, puedes obtenerlos con alguno de los expositores, o mejor aún adquirir allí los granos para que después liberes tu creatividad y hagas tus propios enseres que serán la envidia de quien los admire.

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La fe de los campesinos se plasma en alguna de las imágenes religiosas hechas de semillas. Los autores de estos cuadros, primero delinean la figura, enseguida la colorean con granos de maíz o de alguna otra semilla; lo hacen con tanto esmero, ensimismados, que parecieran cumplir una antigua manda, pero no, más bien ratifican su devoción.

Del maíz todo se aprovecha: con la corteza de las cañas enmarcan las imágenes religiosas y las hojas de la mazorca las tiñen y las utilizan para dar forma a flores y figuras de animales o personajes en miniatura que recrean la vida cotidiana y denotan el talento y la imaginación de sus hacedores.

De pronto la Fiesta del Maíz se convierte en un túnel del tiempo a través de la exposición de metates. Cada pieza encierra una historia de dolor, de hambre y de alegría, ya que estos metates pertenecieron a las abuelas de sus abuelas, quienes pasaron parte de su vida moliendo el maíz o ablandando la masa para hacer las tortillas que nutrieron los cuerpos, y que hoy alimentan nuestra memoria.

 David Lauer

Junto a los metates hay instrumentos agrícolas con los que antaño acariciaban el suelo al cultivarlo. Algunos artefactos como los garabatos o las horquillas son rústicas, pues los materiales y el diseño los hizo la propia naturaleza; a los campesinos solo les correspondió hacerle adaptaciones para que sean funcionales.  

Después de este recorrido se antoja comerse los colores: acércate a alguno de los espacios donde las mujeres otomíes, aprovechando la variedad de maíz y retomando ancestrales recetas, preparan atoles, tamales, tortillas, tlatloyos, moles, sopas y dulces.

¿Para quién es? 
Los que valoran los sabores auténticos, los ingredientes orgánicos y las expresiones culturales.
 
Dónde dormir
En Ixtenco solo hay dos pequeños hoteles; en Huamantla, a 8 km, está Hacienda Soltepec (Km 3 carr. Huamantla-Puebla; T. 01247 472 1466; haciendasoltepec.com), solo que se debe reservar con anticipación.
 

Cómo llegar 
Desde la Ciudad de México se llega por la autopista 150D (Méx-Pue); luego, toma la 140D (Perote/Xalapa) y, finalmente, la 136 rumbo a Huamantla.
 

 

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autor Cornelio Hernández Rojas
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