Fiestas de San Santiago y Santa Ana en Aquismón, San Luis Potosí - México Desconocido
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Fiestas de San Santiago y Santa Ana en Aquismón, San Luis Potosí

San Luis Potosí
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© Carlos Adampol Galindo

El pueblo de Aquismón, en la Huasteca potosina, es muy conocido por ser paso obligatorio hacia las maravillosas rutas de los sótanos y las cascadas, sitios que el turismo de aventura y deporte extremos ha descubierto como fuente inagotable de prodigios naturales.

Quienes han estado aquí saben que es éste un pueblo tranquilo donde casi no pasa nada y la única actividad relevante tiene lugar en días de tianguis, cuando de las comunidades serranas bajan los comerciantes para mercar sus productos y los compradores para adquirirlos. Aquí todavía se observa el tradicional trueque entre los pobladores tének o huastecos, que aún visten sus ropas tradicionales.

Sin embargo, en la cuarta semana de julio las rutinas se trastocan y Aquismón se convierte en una romería, con la feria tradicional dedicada a San Santiago y Santa Ana los días 25 y 26. Lo singular de la fiesta es que ninguno de esos santos es el patrón del pueblo, pues este título recae en San Miguel Arcángel y se le festeja el 29 de septiembre con una celebración un tanto deslucida, si la comparamos con la tradicional de julio.

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FABIAN KRONENBERGER

Cuenta una leyenda que el santo original, San Miguel, fue impuesto por los frailes, pero los nativos prefirieron venerar a Santa Ana porque ella representa a la madre tierra y de algún modo se dio el sincretismo con Tlazoltéotl, su diosa equivalente. De hecho, la etnia huasteca siempre ha estado muy en comunión con nuestra madre, la tierra. En cuanto al culto a San Santiago tiene su origen en que los tének veían a los primeros españoles montados a caballo, siempre llevando un estandarte con la imagen de este santo y dedujeron que si los colonizadores lo traían consigo era porque se trataba de la deidad más poderosa de todas. Pero resulta que San Miguel era muy celoso y ordenó que a sus rivales se los llevaran a otras partes; fue así como la imagen de Santa Ana fue adoptada en Tanlajás, mientras que la de San Santiago se trasladó a la comunidad de Santa Bárbara. No obstante, el culto a ambos santos ha seguido muy arraigado en las tradiciones locales.

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La fiesta y feria de San Santiago y Santa Ana es muy colorida. En la plaza se colocan los puestos de artesanías regionales: el de medicina tradicional, con hierbas huastecas, o el de prendas de vestir, dígase el quisquem o cayem –en algunas regiones de influencia náhuatl lo llaman quechquemitl–, una especie de capa de algodón blanco bordada en punto de cruz con diseños geométricos de flores y pájaros; la talega, un tipo de morral; la huiclab o faja de manta bordada, y el petob o corona, formado con madejas de estambre de diversos colores.

Por su parte, en la calle que sube a la iglesia, en el atrio y en una sección de la plaza se instalan los juegos mecánicos. Para saciar el apetito no faltan los puestos de comida regional que ofrecen cecina habitualmente acompañada de enchiladas huastecas; zacahuil, un tamal que puede medir tantos metros, relleno con carne de puerco, guajolote o pollo –a esta variedad se le conoce como bolim–; los bocoles, un pequeño tamal del tamaño del dedo pulgar; y los pemoles, galletas o panecillos preparados con pinole.

En la mañana del 25 y como parte fundamental del festejo, llega la procesión proveniente de Santa Bárbara con la imagen de San Santiago. Los peregrinos ingresan al pueblo siempre acompañados por una banda musical y un cohetero, cruzan la plaza y siguen hasta la parroquia para hacer la entrada de cera y dejar ofrendas. Como a las 10:30 u 11:00 se oficia la misa de la fiesta y al concluir toda la gente se reúne en el atrio, donde se organiza un concurso de danzas autóctonas.

Desde temprano del 26 inicia una cabalgata por todas las calles de la población; los numerosos jinetes se forman y al frente llevan la imagen de San Santiago, pasan por la iglesia, donde dejan una ofrenda y culminan su recorrido en el pequeño lienzo charro. Ahí los esperan muchos lugareños para disfrutar del jaripeo y las novilladas. En la noche es la quema de pólvora y la fiesta concluye con un animadísimo baile popular.

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