Viaje a las cabañas de Mazamitla
En los alrededores del pueblo mágico jaliscienses se encuentran las maravillosas cabañas de Mazamitla en donde puedes tener experiencias increíbles.
Esta vez me tocó pasar el fin de semana en las cabañas de Mazamitla, con la familia de mi novio. Soy de Monterrey y he ido un par de veces a visitar a mi novio que vive en Guadalajara. Su familia, siempre me da la mejor atención, siempre me llevan a conocer los lugares más icónicos cerca de la ciudad. Esta vez, mi suegro cumplía años y tenía ganas de volver a aquel lugar donde había compartido aventuras con sus hijos años atrás, quería volver a aquella cabaña que se escondía todas las noches y amanecía entre la niebla en medio del bosque, rodeada de enormes pinos, deseaba disfrutar de una velada junto a la chimenea que te calienta los pies mientras disfrutas de una copa de vino.
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Con el sueño de llegar a este lugar maravilloso nos dimos una escapada a este maravilloso lugar; íbamos mi novio, su hermano con su esposa, mis suegros y no podían faltar los caninos: Canelo y Martina, que creo que hasta disfrutaron más que nosotros.
Mazamitla se encuentra en la Sierra del Tigre, al sur del Lago de Chapala. Es un pueblo mágico que ofrece muchísimos restaurantes y miles de tienditas para comprar recuerditos y artesanías locales. Cerca del pueblo, hay un fraccionamiento hermoso de cabañas en la sierra, así como también uno de los hoteles más grandes de cabañas de México: Monteverde.
Mi suegro como tenía el plan de visitar su antigua cabaña, decidió llamar a aquel amigo a quien le había vendido el lugar unos tres años atrás, para ver si podía prestarsela de jueves a sábado, no dudó ni un segundo en decirle que sí. Escapada confirmada, nos vamos!
Primero fuimos al súper a comprar comida para hacer carne asada, salimos a carretera y solo hicimos una hora y media de camino desde la ciudad, la carretera es divertidísima porque vas pasando por lugares con vistas hermosas, como el lago de Chapala y luego, poco a poco vas subiendo las montañas que rodean el lago, disfrutando de la vista desde un ángulo más alto.
Entramos al bosque de La Sierra del Tigre y llegamos al fraccionamiento Los Cazos, mientras avanzabamos por las calles empedradas mi suegro sacaba la mano por la ventana señalando las distintas cabañas entre los pinos “Mira esa qué bonita llena de flores!” “…y esta con su enorme jardín!” nos decía. Íbamos embobados con las ventanas abiertas disfrutando del aire fresco.
Llegamos justo a la hora de comida, así que nos instalamos y entre mi suegro y José (mi novio) prepararon la carne asada, yo no como carne así que disfruté de un rico salmón asado y verduras,
después pasamos la tarde tomando unos ricos carajillos y contemplando la vista del bosque desde la terraza. Como a las 8pm me llevaron a conocer el pueblito, que está como a 10 o 15 minutos en carro. Nos estacionamos y nos sentamos a tomar un chocolate caliente delicioso frente la plaza central.
Mi suegro me platicaba que lo más especial de Mazamitla es que en las cabañas siempre llega la niebla en la noche, a mi me encanta ver este fenómeno natural y justo cuando regresamos, ahí estaba, entre los pinos, haciendo el momento muy místico y regalandonos un poco de su brisa junto a la chimenea, mientras tomábamos una copa de vino y jugamos dominó.
Al día siguiente fuimos a un restaurante en el pueblo a desayunar, venden un chocolate caliente riquísimo y unos chilaquiles delicioso, sin duda de los mejores que he probado.
Luego caminamos y compramos algunos recuerditos del lugar y volvimos a la cabaña. En la noche, salimos a cenar al “Cava Nostra”, excelente lugar para degustar un buen vino y comer delicioso. !Me encantó! la terraza está de lo más agusto y, además, la música bossa nova de fondo no pudo hacer un momento más ameno. En la parte de abajo, en un piso subterráneo está la cava, bajamos para escoger un vino. Nos pedimos cada quien una pasta diferente y mi novio una hamburguesa, me contaron que de chiquito él decía que era la mejor hamburguesa del mundo, así que antes de darle la primera mordida dijo “vamos a ver si es cierto” y, !claro, dice que sigue siendo la mejor hamburguesa del mundo! Sin duda es un lugar riquísimo para ir a comer o cenar.
Al día siguiente ya nos íbamos, pasamos a desayunar en el buffet del hotel Best Western, nos sentamos en la terraza porque tiene una vista hermosa hacia el valle a lo lejos, me quedé con ganas de quedarme a pasar la tarde y ver el atardecer desde ese lugar. Sin duda me quedo con ganas de volver, de pasar más noches junto a la chimenea con ese olor a leña que me transporta, que me recuerda todo lo que nos regala el bosque y la naturaleza, y con ganas de seguir recorriendo el pueblo mágico que realmente tiene algo muy especial, que con sus calles antiguas calles y sus tradiciones, nos atrapa en el tiempo.