Fin de semana en Puerto Morelos, Quintana Roo
Cada vez que pienso en consentirme me viene a la mente la playa. Digo, igual podría ser en un bosque, en la selva, pero para descansar, lo que se dice relajarse, sólo tirada en la arena... Pero necesitaba una experiencia diferente. Me contaron de una marina en la Riviera Maya en donde abordas un catamarán y te lleva a una playa desierta, una de las más bellas del planeta. ¿No se oye encantador? Y así fue.
Escápate un fin de semana:
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Dicen que quien no conoce el mundo, no aprecia su propio país. Esto es muy cierto. Después de gastarme todas mis millas en el extranjero, miro atrás y lo único que veo es que como México no hay dos. Pero destacamos en algo en especial… las playas. Una de las más bellas es sin duda, la Riviera Maya, una franja costera de más de 140 kilómetros de largo, ubicada en la costa oriental de Quintana Roo. Comprende desde playas solitarias hasta modernos conjuntos arquitectónicos que incluyen hoteles, marinas, instalaciones deportivas y restaurantes. Por lo que hay mucho de dónde escoger: Puerto Morelos, Playa del Carmen, Puerto Aventuras, Akumal, Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Boca Paila y Punta Allen. Elegí Puerto Morelos porque me contaron que ahí había un hotel con marina propia, en donde lo tendría todo para un fin de semana. Así que no esperé más.
VIERNES
10.00 horas
Llegué al aeropuerto internacional de Cancún, tomé un transporte y en 20 minutos ya estaba en Puerto Morelos, en el Hotel Marina El Cid. ¡No creía que fuera tan cerca! Pronto ya estaba en un fresco salón con un brazalete de “todo incluido”. Fue más que un registro, una bienvenida. En un carro de golf fui conducida a mi habitación y ahí comenzó mi tan soñado fin de semana.
12.00 horas
Después de darme una ducha, disfruté un poco de la fabulosa vista desde la terraza de mi habitación, donde había fresca fruta y una botella de vino. Después me di cuenta que sobre la mesa tenía dos menús para hacer mi noche más confortable, uno de aromaterapia y otro de almohadas. ¡Qué delicia! Elegí el que titulan Refrescante, con aroma a lima, y prometía aportarme energía y mejorar mi sentido del humor… les aseguro que con sólo ordenarlo, éste cambió. Me decidí por una almohada aromática con esencia de manzanilla.
14.00 horas
Salí a disfrutar de la playa, pero antes pasé a la marina para reservar mi lugar en el tour en catamarán, no quería perdérmelo por nada. Se recomienda hacerlo al llegar, ya que es sólo una salida al día. Después caminé por la playa, ¡no hay mejor escenario! Niños jugando con su tabla en el mar, equipos multinacionales jugando voleibol de playa, otros más meciéndose lentamente en sus hamacas disfrutando del espectacular azul del mar. Decidí unirme a los deportistas para hacer más hambre, no sin antes proveerme de un coctel.
16.00 horas
El área de la alberca es realmente grande, por lo que siempre encuentras un lugar en los camastros, ya sea en el ala común o en la zona del silencio, donde no se permiten niños. Ahí hay un jacuzzi y camas con velos para hacer el rato aún más agradable. Ahí me estacioné un rato para relajar los músculos después de los partidos en la playa. También están dispuestas las camas de masaje de El Cocay Spa Maya. Parecía que me llamaban a gritos y aún más después de echar un ojo a su carta de masajes, ya que todo es tratado bajo las tradiciones y tratamientos utilizados por nuestros ancestros mayas. Pero mejor hice una cita para el día siguiente en la palapa que está sobre el mar y me fui a arreglar para comer.
18:30 horas
Decidí esperar hasta esta hora para comer porque abren el bufete de uno de los tres restaurantes del hotel, en el Hacienda Arrecife. Se me antojó mucho porque la carta es 100% mexicana y tienen una variedad de más de 50 tequilas. Está junto a la alberca y tiene un ambiente muy agradable.
20:00 horas
Salí del hotel para conocer Puerto Morelos. Es una pequeña villa de pescadores, con gente cálida. Pintores, escritores, artesanos y gente de todas partes del mundo han decidido establecerse para disfrutar de este bello lugar. El icono del puerto es un faro inclinado que así se quedó en recuerdo de uno de los huracanes que han azotado sus playas, pero siempre el ánimo de sus moradores se pone de pie y eso es lo importante. En mi paseo me percaté que existen muchas casas de huéspedes, condominios y hoteles para todos los bolsillos. No hay bancos, pero sí hay cajeros y una casa de cambio. De aquí sale el crucero ferry Yucatán Express que llega a Tampa, Florida (cheque primero los estados del tiempo, ya que en época de huracanes se suspende este servicio). La cocina local, según me contaron, es muy buena, con especialidades yucatecas e internacional. Si visita el pueblo de día, le recomendamos la granja de cocodrilos Crococun, el Jardín Botánico YaaxChe y el Parque Natural Marino Arrecifes de Puerto Morelos.
21:30 horas
La verdad, la ilusión de regresar a mi habitación aromatizada hizo que apurara el paso. Abrir la puerta fue toda una experiencia sensorial, de verdad, se los recomiendo. Para completar el momento perfecto: una copa de vino y unas fresas bañadas en chocolate que dejaron como sorpresa.
SÁBADO
7:30 horas
Me desperté y desayuné ligero para no tener problemas en alta mar (buen punto para los que como yo son propensos a marearse). La noche anterior se puede poner en el picaporte de la puerta lo que se desea desayunar con un formato especial que te da las opciones de hora para que te lo lleven a la habitación.
9:00 horas
Para esta hora, ya estaba en la marina. El embarcadero es una belleza. Me presentaron al capitán y él nos llevó al catamarán. Nunca me había subido a uno. Es una nave muy estética compuesta de dos cascos unidos por un marco y propulsada a vela, a diferencia de otro tipo de catamaranes que lo hacen por motor. Pensaba que era un diseño moderno, pero me enteré que es un invento muy antiguo (siglo V d.C.) de los paravas, una comunidad de pescadores en la costa sur de Tamilnadu, India. Navegar en él fue una deliciosa experiencia, se puede tomar el sol mientras se disfruta del mar. La tripulación fue muy amable y el paseo incluye agua, cervezas, refrescos y un refrigerio. El destino es una de las playas más hermosas del mundo: la blanca Maroma. Como el catamarán no puede acercarse mucho a la orilla, el plan es llegar a ella remando en kayak, lo que es muy divertido. Ya en la playa desierta, lo que queda es tomar el sol, gozar del entorno y del juego de azules que regala el mar, como ningún lugar en el mundo.
13:00 horas
El regreso a la marina transcurrió plácido y con el viento a nuestro favor. Al llegar a las oficinas nos contaron que al otro día habría un tour de snórquel en los arrecifes. ¡Era la oportunidad de nadar en el segundo arrecife de coral más grande del mundo! ¿Cómo perdérselo? Así que me anoté sin pensarlo. Después de darme un regaderazo, me fui directo a la alberca para continuar con el proceso de bronceado y refrescarme en su wet bar.
17:00 horas
A esta hora era mi cita para el masaje tradicional maya, y ya en la palapa sobre el mar me esperaba la terapista. Elegí el Ook T’óon que es uno de pies y piernas cansadas. El alivio fue casi mágico. Muy recomendable. Después de 45 minutos, terminé de consentirme en el jacuzzi de la zona del silencio.
20:00 horas
Después de una ducha, me arreglé para cenar en el restaurante gourmet Alcázar del hotel. Por cierto, es necesario hacer previa reservación. Con una atmósfera contemporánea y tenue iluminación, disfruté de su carta plena de fusiones que me encantaron. Además incluye una extensa variedad de vinos importados.
DOMINGO
9:00 horas
Me levanté totalmente descansada, sintiéndome con gran energía para snorquelear. Subimos a la lancha y en 15 minutos ya estábamos poniéndonos los chalecos para saltar. El espectáculo submarino es increíble, es como estar en otro mundo. El guía nos hacía ver cada detalle y nos ayudó a descubrir a muchos extraños seres. Popularmente, a estos arrecifes quintanarroenses se les considera de barrera, pero los especialistas dicen que estrictamente hablando son de tipo bordeante, ya que están en la costa y no a decenas de kilómetros de ella como los de la Gran Barrera Coralina de Australia. Esta diferencia hace que nuestro arrecife coralino bordeante sea el más largo y delicado del mundo.
12.30 horas
Salí al aeropuerto, de regreso a la gran ciudad, con la esperanza de volver muy pronto. Muchos piensan que el Caribe mexicano es ya exclusivo de los extranjeros, por los altos precios que se manejan, pero hay muchas formas de acercarse a estas blancas playas, son nuestras y tenemos que vivirlas. Puerto Morelos es una entrada más…
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