"Francisco Gabilondo Soler. 100 años, 100 fotos" - México Desconocido
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Arte y Artesanías

“Francisco Gabilondo Soler. 100 años, 100 fotos”

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Como cada 15 de septiembre, los mexicanos fuimos convocados a honrar la memoria de los Héroes de la Independencia, con lo cual pudo comprobarse una vez más que esos mismos ideales de libertad y justicia que impulsaron a nuestros antepasados, permanecen aún vivos dentro de cada ciudadano

Pero otros fueron los motivos que el día 17 de septiembre nos impulsaron a festejar y celebrar la vida de otro héroe, un personaje entrañable cuyas armas no fueron cañones o bayonetas, sino una pluma, un piano, y una vívida imaginación con la cual logró construir un país de ensueño que muchas generaciones logramos conocer.

El Centro Cultural Juan Rulfo, un recinto de aires decimonónicos, fue el lugar que nos acogió cálidamente mientras afuera se observaba un ambiente de lluvia, el cual no impidió que a las 18:00 se inaugurara oficialmente la exposición 100 años, 100 fotografías, con la cual se iniciaron los festejos por el centenario de Francisco Gabilondo Soler, el “Guasón del Teclado”, más popularmente conocido como “Cri-Cri, el Grillito Cantor”.

Después de la embriagante respuesta del público que asistió al Palacio de Bellas Artes para celebrar los cien años de la “paloma pintora”, Frida Kahlo, la celebración del centenario de don Pancho, como cariñosamente se le ha llamado, viene a recordarnos la importancia de la niñéz como semilla de la vida adulta, así como de la magia que existe en los cuentos de hadas, de las cuales Cri-Cri fue siempre entrañable amigo.

Delicioso es recordar los felices momentos en los que “la Patita” salía con “su canasta y su rebozo de bolita”, para ir de compras al mercado, o cuando el rey Bombón I recibió la noticia de que la Princesa Caramelo aceptaba casarse con él.

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Igualmente emotivos son los recuerdos extraidos del ropero de la abuelita, como la espada del abuelito coronel, o la muñeca de grandes ojos color de mar, propiedad de la madre del narrador, así como las inocentes reflexiones en torno al por qué la abuela ya no podía saltar sobre las camas o por qué ante ese mismo ropero ella solía llorar a ratos.

Estos y otros recuerdos saltaron a la mente de todos los que pudimos observar las más de 100 fotografías que cubrían los blancos muros de las galerías del recinto, en las cuales se retratan los lugares, las personas y los momentos que convirtieron poco a poco a Francisco en Cri-Cri.

Destacan entre otras, las imágenes de los bosques cercanos a la Orizaba de principios del siglo XX, de donde seguramente surgieron las historias de los habitantes de pelo y pluma que habitaban gran parte de los cuentos que el Grillito Cantor narraba en las emisiones radiales de la XEW de la década de los 40.

Abundan los retratos de familia, tanto de la niñez, como de la vida adulta de Cri-Cri, de los cuales destacan la figura amable de su abuela materna, doña Emilia Fernández, y de su madre, Emilia Soler, pilares de la formación artística y de la personalidad afable de don Pancho.

Siempre rodeado de amigos se observa a Francisco Gabilondo Soler, en los sets de la XEW, en el ruedo, en el observatorio, en el extranjero, en los múltiples homenajes que se le rindieron en vida, los cuales, aún hoy, siguen llenando de orgullo a sus hijos y nietos para quienes Cri-Cri fue simplemente Francisco, su padre.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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