Fray Servando Teresa de Mier, héroe que se convirtió en momia
Conoce la historia de Fray Servando Teresa de Mier, el héroe nacional que se convirtió en momia después de que en vida promoviera la independencia de la Nueva España.
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Fray Servando Teresa de Mier terminó convertido en Momia y ése es un final acorde con la vida que llevó. Y es que después de promover abiertamente la Independencia de la Nueva España precisamente en Europa, y de negar las apariciones de la Virgen de Guadalupe no se podía esperar un final menos impresionante.
Quién fue Fray Servando Teresa de Mier
Este emblemático personaje nació en Monterrey, Nuevo León, en 1765. Ingresó a la orden dominica cuando tenía 16 años. Estudió filosofía y teología y obtuvo el doctorado a los 27 años.
Fray Servando fue un distinguido predicador, sin embargo, el 12 de diciembre de 1794 pronunció -frente a las autoridades civiles y religiosas- un discurso poniendo en duda la veracidad de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, lo que le valió ser desterrado de la Nueva España y enviado a Europa. Permaneció preso en Santander y al ser trasladado a Madrid huyó, pero fue descubierto y enviado a la cárcel de Burgos de donde también logró escaparse.
En el año de 1802, Fray Servando decidió abandonar la orden dominica y secularizarse en París. Después regresó a Madrid y fue apresado de nuevo por sus discursos en defensa de la independencia de la Nueva España. Nuevamente, el tiempo de encarcelamiento no fue mucho pues el papa lo liberó como recompensa por haber sido capaz de convertir a dos rabinos al catolicismo.
Durante su estancia en Londres, Fray Servando convenció a Francisco Javier Mina de luchar contra el rey de España desde México, y lo acompañó en su empresa. Una vez que llegaron a la Nueva España también fue apresado por los realistas poco después de desembarcar en Soto la Marina y recluido en la prisión de San Carlos y después en la cárcel de la Inquisición. En 1820 fue llevado a La Habana de donde huyó para dirigirse a Filadelfia (Estados Unidos).
Regreso a la Nueva España
Una vez consumada la Independencia volvió a México, pero también fue detenido y enviado a San Juan de Ulúa. Sin embargo, gracias a las gestiones del Congreso fue liberado y elegido diputado por Nuevo León.
Fray Servando era enemigo de Iturbide así que fue encarcelado en el convento de Santo Domingo, en la Ciudad de México -del que también se fugó, por séptima vez-. En diciembre de 1823 pronunció un elocuente discurso en el cual recomendaba que México fuera gobernado como república centralista. Firmó la constitución de 1824 y el presidente Guadalupe Victoria lo llevó a vivir a su lado.
Cuando Fray Servando ya estaba muy enfermo invitó a las autoridades y a sus amigos a la ceremonia en la que le impartieron los santos óleos, ocasión que aprovechó para pronunciar un discurso autobiográfico. Murió en 1827 y fue sepultado con grandes honores.
Fray Servando, la momia que no descansa
Es claro que ni después de muerto, Fray Servando detuvo su andar por el mundo pues después de que su cuerpo fuera exhumado en 1842 y colocado en un osario junto con otros 12 difuntos, su descanso fue abruptamente interrumpido en 1861, cuando los liberales saquearon numerosas tumbas en busca de tesoros ocultos. Sin embargo, al no encontrar nada más allá de los cuerpos momificados, los liberales decidieron exhibirlos como muestra de los “excesos de la inquisición”.
Posteriormente, algunas de las momias fueron compradas, y entre ellas iba la de nuestro fraile. Se dice que el comprador fue un hombre llamado Bernabé de la Parra, dueño de un circo trashumante. Sin embargo, la última vez que se tuvo noticias de estas momias fue en el siglo XIX, en un circo en Bélgica, pero hasta ahora no se tienen más detalles, ni se sabe dónde podría andar la momia de Fray Servando. Sin duda alguna, Fray Servando es una momia que no descansa.
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